Nueve canchas de River completas, más de medio millón de personas personas dispuestas a pagar entre $8.000 y $19.500 por el show musical de Coldplay. El dato resuena en un contexto en el que más del 37% de los argentinos y argentinas son pobres y el poder adquisitivo del salario real acumula años de caída.
Un informe de la consultora Analytica, da una pista para entenderlo. Según precisa, la combinación de brecha cambiaria, elevada inflación e incertidumbre política generan incentivos para el consumo, sesgando las decisiones a la adquisición de bienes transables. Las entradas para Coldplay tienen valores similares a lo que cuesta un ticket afuera y en la Argentina, “lo que tiene olor a dólar, se compra”.
De acuerdo con el informe de Analytica, titulado “Faltan dólares para producir, no para consumir”, la participación de los bienes de consumo importados en el consumo total se encuentra en máximos históricos. Está, además, 20% por encima de lo que se correspondería a la actual estructura de precios relativos e ingresos reales.
El cepo alienta la idea de que adquirir bienes de consumo importados es una oportunidad, en especial teniendo en cuenta las expectativas de cambio de régimen macroeconómico y/o devaluación de shock, según la consultora que dirige el economista Claudio Caprarulo y preside Ricardo Delgado.
“La alta inflación transforma cualquier bien no perecedero en un instrumento para trasladar riqueza en el tiempo. Además, la plata quema; mejor usarla”
“Esta dinámica del consumo importado responde a una lógica diferente a la del mercado interno. Por caso, las ventas en centros de compra a precios constantes a un están 23% por debajo de 2018, a pesar de la recuperación que marcan los datos del INDEC de esta semana”, señala. En el primer trimestre del año “el consumo en centros de compras creció 26,8% interanual y la venta de electrodomésticos un 12,4 por ciento”, señaló el informe.
MT