Lobby de las gigantes y pymes informáticas contra monotributistas que trabajan para el extranjero

Este martes, la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado dictaminó favorablemente el proyecto, llegado en revisión de la Cámara de Diputados y enviado originalmente por el Poder Ejecutivo al Congreso, destinado a la creación de un régimen simplificado para pequeños contribuyentes tecnológicos y de un régimen cambiario específico, el llamado monotributo tech. La iniciativa permitirá elevara de US$ 12.000 a 30.000 anuales las divisas que no deben liquidar por sus exportaciones los trabajadores independientes de la economía del conocimiento, no soló informáticos. Incluye a al menos 30.000 profesionales periodistas, docentes universitarios, gamers, arquitectos, guionistas, traductores, psicólogos, fonoaudiólogos, economistas, abogados, contadores, politólogos, expertos en marketing o recursos humanos y analistas de datos, entre otros.

Pero este miércoles, la Cámara de la Industria Argentina de Software (CESSI) emitió un comunicado en contra de la norma con el argumento de que “será la mayor precarización laboral en un sector que está en pleno crecimiento, ya que atenta contra la estabilidad de las empresas nacionales, de los empleados, de la producción nacional del software y del ingreso de divisas extranjeras”. Temen que los trabajadores informáticos no quieran ser contratados locamente sino que lo hagan por empresas del exterior que les paguen más. Alegan cuatro puntos. Primero que si son empleados del extranjero no tendrán aguinaldo, vacaciones pagas, obra social, aportes a la Seguridad Social, licencias por maternidad. Segundo, también sostienen que a las firmas locales se les hará “imposible exportar”. Tercero, que caerán los ingresos públicos por trabajador por año de $ 13,6 millones a 376.000 y, por último, que se reducirán “la producción nacional y el ingreso de divisas”.

La presidencia y las vicepresidencias de la CESSI están ocupadas por empresas como Snoop Consulting, Finnegans, Cóndor Technologies, G&L Group y Mercap, pero su comisión directiva se completa con representantes de gigantes del sector: Néstor Nocetti, uno de los dueños de Globant; Marcelo Fiasche, del gigante norteamericano Oracle; Fermín Larrarte, de la irlandesa de consultoría Accenture; Matías Fernández Díaz, de Mercado Libre; y Marina Bericua, de Microsoft. Más de 1.800 firmas integran la CESSI.

La Asociación Gremial de Computación (AGC) les contestó con un comunicado titulado “Ante el vergonzoso comunicado de CESSI por el dictamen del Mono Tech”. “El punto 1 es quizás el más insólito. Si algo ha caracterizado a la CESSI a lo largo de estos años fue su tozuda e irracional negativa a toda clase de diálogo social. Precisamente el ámbito de mesa convencional es el que garantiza, asegura y ha sido artífice de los derechos mencionados. A saber: sueldos complementarios, mejores vacaciones y licencias, pago de guardias adicionales y cumplimiento de todas las obligaciones gremiales es exactamente lo que exigimos desde el sindicato desde hace años y que la CESSI ha optado por ignorar. Años atrás, el modelo de la CESSI era el freelance y el monotributo.

Hoy, gracias a la demanda extranjera, un segmento de perfiles informáticos trabaja directamente para el exterior. Ante ese nuevo escenario, la CESSI descubre súbitamente las ventajas del trabajo registrado y con derechos laborales garantizados. Es vergonzoso -además de engañoso- argumentar que la formalización de los autónomos, contractors y freelancers, es sinónimo de precarización laboral. Hoy, un “contractor” no puede justificar sus ingresos, complicando su vida cotidiana. ¿Cómo justifica legalmente la compra de una vivienda, un auto o un terreno? El monotech es, en ese sentido y con todos sus defectos, una inestimable ayuda para los trabajadores en este contexto de alta brecha cambiaria“, argumenta la AGC.

El sindicato recuerda “las ventajas tributarias que perciben” las empresas “gracias a la ley de economía del conocimiento y el acceso a dólares billete para exportaciones incrementales”, es decir, las que superen las del año anterior, “además de subsidios, fondos de formación nacional y provinciales, baja en el impuesto a los ingresos brutos, descuentos en el de ganancias”. “Según la CESSI, un trabajador aporta al fisco $13.637.060 anuales. Eso es equivalente a $1.049.004,62 mensuales. ¿Qué salario tiene que cobrar un trabajador para que su aporte al fisco sea ese? Lo más llamativo es que las propias encuestas de la CESSI refutan este dato: la mediana de un desarrollador semi-senior era de $256.000 en Julio 2022 Aún considerando la inflación interanual no hay forma de que esos números tengan sentido. ¿O quizás haya algo que no sepamos?”, se pregunta el gremio.

El proyecto crea un monotech para los profesionales que facturan sus servicios basados en el conocimiento y para quienes “participen en competencias de e-sports (nivel profesional)”. El objetivo de la iniciativa es evitar la informalidad de los trabajadores que desarrollan tareas para el exterior, así como aumentar la recaudación de divisas por servicios de exportación no registrados.

La medida incluye el beneficio cambiario de no liquidar las divisas y favorece a los pequeños exportadores de servicios basados en el conocimiento/e-gamers (sean autónomos o pequeños grupos), indicaron desde la Secretaría de Economía del Conocimiento. El proyecto del nuevo esquema tributario propone tres categorías de ingresos anuales: hasta US$ 10.000, hasta U$S 20.000 y hasta U$S 30.000. Cada categoría se establece de acuerdo con el tope de ingresos y el monto integrado correspondiente a cada una de ellas que se abonará, incluye impuesto a las ganancias, obra social y aportes jubilatorios- y el monto a abonar se corresponde con las categorías establecidas en el Régimen D, F y H, precisaron.

El proyecto considera que el monotributo es “compatible con el régimen General (que es el inscripto en IVA, Ganancias y Autónomos), con el régimen Simplificado (monotributo) y empleados en relación de dependencia, siempre que la inscripción sea por desarrollar una actividad diferente a la que alcanza el monotech”. Precisa que los monotributistas, además del importe que deban abonar por su categoría, deberán pagar por monotech el componente impositivo que le corresponden a las categorías más altas del monotributo. Si están categorizados en I, J y K deberán pagar el monto de impuesto integrado correspondiente a cada una de esas categorías.

AR