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HOGAR

Estas son las razones por las que las cucarachas prefieren nuestra casa a la del vecino

Cucarachas

Jordi Sabaté

Diario.es —

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Las cucarachas llevan conviviendo con nosotros desde que el primer homo antecessor fundó su hogar en alguna escondida cueva de Atapuerca allá por el Pleistoceno Temprano. Entre otras cosas porque ellas estaban en este planeta cientos de millones de años antes de que el primer mamífero viera la luz, y probablemente seguirán aquí cuando nuestra especie sea poco más que polvo y olvido. 

Como el resto de blattodeos, las cucarachas llevan muchos millones de años perfectamente adaptadas a casi cualquier entorno de la tierra y cuentan con una gran capacidad de resiliencia. Es por ello que no debe extrañarnos que de vez en cuando nos encontremos en la cocina, el baño o incluso la cama, a un representante de sus más de 4.500 especies, que ha decidido pasar a visitarnos. 

Sin embargo, inevitablemente nos surge la pregunta: ¿por que a nosotros sí y a los vecinos, no? ¿Debe haber alguna oscura razón? Sin duda la hay, pero no es tan oscura como creemos y para entenderla debemos estudiar el comportamiento y el hábitat de estas criaturas. 

Comida, calor, humedad y oscuridad: lo que aman las cucarachas

Las cucarachas son unos insectos que viven de la carroña. Esto es de cualquier resto que huela a detrito, tanto excrementos de hamster, conejo, gato o rata, como restos de pizza olvidados, papas fritas o cualquier tipo de comida. Incluso pueden roer restos de papel, plástico, granos de arroz, etc. Por lo tanto, irán allá donde puedan encontrarlos. 

El segundo elemento que adoran estos bichitos que tanta repugnancia nos producen es el calor, proceden de eras en las que la tierra era un hervidero de volcanes y no tienen capacidad para regular su temperatura corporal, por lo que si hace frío no pueden prosperar. Así que buscan el arrullo del calor. Por eso suelen salir de debajo de máquinas que expulsan calor, como heladeras o calderas.

El tercer elemento es la humedad, su otro factor limitante. Las cucarachas precisan de un ambiente con humedad elevada porque no pueden regular su humedad corporal. En ambientes muy secos, aunque se adaptan, el crecimiento de sus colonias no es tan exponencial. Y finalmente su cuarto gran aliado es la oscuridad, ya que les permite prosperar sin ser vistas por sus depredadores, tales como murciélagos, salamancas o pequeñas aves insectívoras. 

Por qué mi casa sí y la tuya no

Así que con estos elementos tenemos pistas de porqué a las cucarachas les gusta nuestra casa: reúne los cuatro jinetes del apocalipsis cucarachil: hay sitios calurosos, húmedos, con restos de comida olvidados o comida almacenada, y sobre todo oscuros. Además, a ello hay que sumar que tenemos vías de entrada para las cucarachas en nuestra humilde morada. 

Basta con que sea la cañería de una bacha que apenas se usa, en un baño de servicio, alguna grieta que conecta con el exterior, con un falso techo o con la zona donde guardamos el tacho de la basura, sin duda el cuerno de la abundancia para las cucarachas. Ayudan también los restos de cartones mojados, las cajas húmedas, zonas donde da el sol en sitios cálidos, pero que a la vez cuentan con algún tipo de protección para el cobijo, etc. 

Así, si por ejemplo tenemos una heladera contra una pared que nunca limpiamos, no por detrás ni por debajo, donde puede haber restos de prácticamente cualquier cosa y donde eventualmente cae agua, habremos creado un hogar para cucarachas perfecto. Y lo mismo detrás de una estufa, en una grieta con filtraciones o, por ejemplo, un armario para el cubo de la basura por el que cruza una tubería de desagüe. 

Ahora ya sabemos por qué la vecina no tiene cucarachas y nosotros sí: ellos limpian debajo y detrás de los electrodomésticos; limpian con frecuencia la alacena donde va el tacho y han sellado todas las grietas que pudiera haber en la casa, sobre todo las provocadas por las tuberías. 

Además quitan los adornos de los muebles de la cocina y aspiran a conciencia los bajos mesadas. Y también lo hacen con mucha frecuencia detrás de los armarios y debajo de los sillones. Y por si fuera poco, procuran no dejar ningún resto de comida, ni cartones húmedos y tapan el tacho de la basura. En una palabra, el vecino es más limpio y previsor que nosotros. 

De acuerdo, el vecino limpia mejor: ¿qué puedo hacer?

Pues hay una serie de trucos para ahuyentar a estos viejos conocidos, aparte de, llamar a una empresa de plagas. Pero si quieren evitar fumigados y tóxicos, pueden probar con esto:

  • Hojas de laurel: debajo de muebles, heladeras, etc. Si lo ve alguna visita creerá que hacen vudú, pero funciona. Al parecer el potente olor del laurel las repele e impulsa a buscar otros destinos. 
  • Lavanda: queda un poco más elegante pero el resultado viene a ser el mismo, un olor que las repele. Lo colocaremos al igual que las hojas de laurel, o bien podemos aplicarla en aceite. También podemos ponerla al lado de la basura para que contrarreste el apetitoso olor de estas. 
  • Mentas: la menta gatera, y por extensión cualquier tipo de menta, también causa a las cucarachas la misma repulsión que ellas a nosotros. 
  • Sellar grietas: buscaremos cualquier posible grieta que conecte con otras casas o con el exterior para sellarla. 
  • Pulverizar los rincones de difícil acceso con vinagre: otro olor que no pueden soportar. 
  • Aspirar periódicamente: debajo del sofá y sillones especialmente, pero también rincones con polvo y la parte trasera de muebles y grandes electrodomésticos. 

J.S.

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