Camino cortado para Elon Musk en Suecia: la justicia aprueba la huelga de los carteros que deja a Tesla sin matrículas

Carlos del Castillo

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Elon Musk se queda sin opciones justo cuando se cumplen dos meses de la histórica huelga nacional sueca para que Tesla firme un convenio colectivo con sus 120 mecánicos del país. Los trabajadores suecos (a los que se les han unido los noruegos, daneses y finlandeses) han recibido un regalo de navidad en forma de notificación de los juzgados: la huelga de los carteros contra el fabricante de vehículos eléctricos que impide que le lleguen matrículas es legal. Tesla no recibirá más placas.

Con los mecánicos, los trabajadores de la limpieza, los estibadores, los transportistas, los electricistas o el servicio de basuras apoyando la huelga, el bloqueo de los carteros es visto como un movimiento clave para el éxito de la protesta contra Musk. En Suecia la ley estipula que las placas de matrícula deben entregarse por correo, por lo que la huelga de los trabajadores de PostNord, la empresa pública adjudicataria del contrato, puede llegar a ser determinante para frenar el negocio de Tesla y forzarla a negociar pese a la aversión de su dueño a los sindicatos.

“El derecho a huelga está protegido constitucionalmente y es tan fuerte que puede considerarse fuerza mayor. Tiene un rango superior a la obligación de PostNord de pagar dividendos”, explicaron fuentes de la empresa a elDiario.es, advirtiendo que no forzarían a sus trabajadores a entregar las placas. Tesla reaccionó llevando el caso a los tribunales e intentado presionar a la Transportstyrelsen, la agencia de transporte, para disponer “formas alternativas de distribución de matrículas”, confirmaron a este medio fuentes del organismo.

La postura de respetar la huelga del servicio postal no constituye sabotaje

La Transportstyrelsen se negó a cambiar el modelo de distribución por un conflicto laboral de Tesla y ahora la justicia sueca lo confirma. El tribunal de apelación sueco afirma que PostNord “no puede conseguir que cese la huelga y que su postura de respetar la huelga legal no constituye sabotaje”, reza el fallo, al que ha tenido acceso la Agencia Bloomberg. Cualquier aprobación de las demandas de Tesla correría el riesgo de infringir el derecho de los empleados a movilizarse, añade.

A pesar de que los responsables de Tesla en Suecia denunciaron el bloqueo postal (“El hecho de que la autoridad estatal responsable de la entrega de las matrículas en Suecia, y PostNord, una empresa pública, contribuyan de esta manera a la acción desproporcionada de los sindicatos suecos es algo extraordinario”, declararon cuando se declaró la huelga), la marca asegura ahora que la decisión del tribunal no cambia nada.

“Esta decisión no afecta a nuestra capacidad de entregar coches nuevos a nuestros clientes”, afirma una portavoz de Tesla a esta redacción.

Tesla empieza a notar los efectos de la huelga

El Tesla el Model Y ha sido el coche más vendido en Suecia por un amplio margen en 2023. Sin embargo, su distancia con el segundo se ha recortado un 4% frente a los datos de septiembre, antes de que el runrún del conflicto sindical comenzará a percibirse en las calles suecas.

La ventaja que le llevaba a Volvo, que aunque desde 2010 es de propiedad china ha seguido manteniendo su sede central y algunas de sus factorías en Suecia, se ha congelado. Hasta el punto de que el Tesla Model Y cae a la cuarta posición entre los coches más vendidos en el país tomando como referencia solo los meses de octubre y noviembre.

Las cifras podrían ser un indicador de que el bloqueo de los trabajadores suecos está surtiendo efecto o de que se está produciendo un rechazo de la marca por parte de ciertos consumidores. Tesla lo niega. “Seguimos tanto llevando coches a Suecia como matriculándolos y entregándolos. Nuestra cuota de mercado en Suecia se ha más que duplicado en 2023 y el Modelo Y es el modelo de coche más entregado de todas las categorías”, afirma su portavoz.

Medios suecos han informado de que Tesla va a intentar sortear el bloqueo de los carteros pidiendo a sus clientes que pidan personalmente la placa de matrícula a la agencia de transporte para que la reciban y la instalen en sus propias casas. La marca no lo confirma, como tampoco explica cómo va importar sus coches a Suecia esquivando la “huelga de solidaridad” que han declarado los estibadores y transportistas daneses, noruegos y finlandeses para impedir que la compañía estadounidense use sus países para saltarse el conflicto laboral en Suecia.

La figura del paro de “solidaridad” existe en toda Escandinavia, que comparte un modelo laboral similar. Como explicaron varios académicos suecos a este medio, este tiene como piedra angular los convenios colectivos, que fijan los salarios mínimos o las horas de la jornada de trabajo. El 90% de los trabajadores suecos están cubiertos por uno. En otros modelos, como el español, esas normas están fijadas en la legislación nacional a través del Estatuto de los trabajadores.

“Si lo dejamos pasar se abrirá una grieta en todo el sistema”, dice Tommy Wreeth, responsable del Sindicato Sueco de Trabajadores del Transporte. “No se trata solo de los sindicatos de trabajadores del metal y del transporte. Esto es importante porque está en juego todo el modelo sueco”, incide, en un discurso que han hecho suyo los sindicatos de toda la región.

Tesla, como muchas otras empresas, ha optado por no suscribir un convenio colectivo. Más del 90% de nuestros empleados han optado por permanecer en sus puestos

Para Tesla, ese modelo tiene el gran problema de que depende de sentarse a negociar con los sindicatos. Algo que se niega rotundamente a hacer, aunque eso haga que una huelga por 120 trabajadores se extienda a cuatro países que, en suma, representan un mercado del tamaño de Alemania.

“A lo largo de los 20 años de historia de Tesla, nos hemos enfrentado a numerosos retos, pero siempre hemos prevalecido gracias a nuestro enfoque único de la resolución de problemas”, explica la portavoz de Tesla.

“Cada día, se anima a nuestros empleados a innovar y colaborar con otros equipos para mejorar la satisfacción de los propietarios de Tesla y ayudar a acelerar la llegada de la energía sostenible. A cambio, se les recompensa con condiciones laborales justas. Por eso Tesla, como muchas otras empresas, ha optado por no suscribir un convenio colectivo. Más del 90% de nuestros empleados han optado por permanecer en sus puestos, listos para recibir a nuestros clientes en nuestros centros de entrega, centros de servicio y tiendas”, concluye.