Claves de la amenaza de Trump

Una guerra comercial contra España obligaría a toda la Unión Europea a responder

Irene Castro / Andrés Gil

La Haya —
26 de junio de 2025 06:52 h

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Una de las razones por las que Donald Trump quiere que los miembros de la OTAN disparen el gasto militar es que se dejen miles de millones de dólares en la industria armamentística norteamericana. Es lo que explica la respuesta furibunda que dio a la negativa del presidente español, Pedro Sánchez, a gastar un 5% del PIB español en defensa para 2035. “Es terrible lo que está haciendo España y le vamos a hacer pagar”, dijo en la rueda de prensa posterior a la cumbre de los aliados en La Haya. En plenas negociaciones por los aranceles indiscriminados que puso, entre otros, a la Unión Europea, eleva la amenaza al asegurar que hará que los españoles “paguen el doble”.

La amenaza en plena negociación de la UE

La posibilidad de que Trump imponga más aranceles a España, o a productos que afecten especialmente a los sectores industriales españoles, supone una escalada generalizada de la guerra comercial con la UE. Es una suerte de 'si nos atacan a uno, nos atacan a todos y respondemos conjuntamente' similar a la que se aplica con el artículo 5 de la OTAN (la cláusula de la seguridad colectiva), pero trasladada a las competencias en materia de comercio, que son comunitarias. Es la Comisión Europea la que negocia en nombre de los 27 estados miembros.

La amenaza se produce a punto de comenzar la cuenta atrás para la fecha límite que Trump y Ursula von der Leyen –presidenta de la comisión– para lograr un acuerdo: el 9 de julio. Por el momento, la Comisión Europea guarda silencio al tratarse de lo que consideran sólo un comentario o un amago de amenaza verbal. Y ante esa situación, no suelen pronunciarse. “Estamos plena y profundamente comprometidos en las negociaciones: una solución negociada y mutuamente beneficiosa sigue siendo nuestro resultado preferido”, señala un portavoz del gobierno comunitario.

¿Qué puede hacer Trump?

Por el momento queda, por tanto, esperar hasta dónde llega Trump. Sus posibilidades son muy amplias. Puede imponer aranceles a las importaciones de productos procedentes de España, abriendo una brecha en el bloque comunitario, que ha sido el gran temor en la UE durante estos meses; a empresas concretas o a sectores especialmente relevantes para la economía española. Ese fue el caso, por ejemplo, de la aceituna negra, que fue uno de los productos afectados por los aranceles del primer mandato de Trump y que aún sigue sufriendo las consecuencias.

“Es el único país que no pagará la totalidad, quieren quedarse en el 2%. Creo que es terrible. Ya sabes, les va muy bien, la economía va muy bien, y esa economía podría desaparecer de un plumazo si ocurriera algo malo”, dijo Trump.

¿Y España?

Pero lo que está claro es que España forma parte de un club y que, por un lado, el desafío de Trump por el gasto militar puede afectar a toda la UE, y España no puede responder en solitario. De hecho, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha descartado la negociación bilateral a la que se ha referido Trump en su rueda de prensa. “Las negociaciones, el marco comercial entre EEUU y la UE, será a través de esta negociación de EEUU con la Comisión. Estamos en una unión aduanera de los 27 estados. Para nosotros es importantísimo que en este marco de negociación, esta relación bilateral entre la UE y EEUU, sigamos avanzando para conseguir un acuerdo que sea justo y equilibrado”, ha señalado Cuerpo, que ha englobado, por tanto, la nueva amenaza en la negociación arancelaria con la que Bruselas aspira a que EEUU retire el arancel generalizado del 10% a las importaciones europeas, el 50% al aluminio y el acero, y un 25% al sector del automóvil.

Así, le correspondería a la Comisión Europea hacerlo. No es la primera vez que lo hace ante contenciosos comerciales de un país, ni tampoco de España en concreto. Cuando Sánchez dio un viraje histórico a la posición sobre el Sahara para recomponer el trato con Marruecos, Argelia decidió congelar las relaciones con Madrid. Y Bruselas consideró que eso podría ser una vulneración del acuerdo comercial entre la UE y Argelia y amenazó a ese país con represalias.

“Todas las opciones sobre la mesa”

“Todas las opciones e instrumentos están sobre la mesa”, reconoce un portavoz de la Comisión Europea sobre la respuesta que la UE puede dar en caso de que no se alcance un acuerdo que, en principio, se ha puesto cuesta arriba con el nuevo enfado de Trump, aunque en Bruselas apelan a la prudencia al no haberse traducido en nada concreto, al menos por ahora.

La UE ya tiene un paquete de aranceles por valor de 21.000 millones de euros que suspendió como gesto de buena fe ante la tregua arancelaria que decretó Trump a una parte de los gravámenes. Esa represalia entraría en vigor de manera automática. El bloque comunitario también trabaja en otro paquete por un importe de unos 95.000 millones como parte de respuesta al resto del castigo comercial. Se está discutiendo internamente y con los sectores afectados, pero entre los productos que se verían afectados están el whisky Bourbon o los aviones Boeing.

Además, la Comisión Europea ha señalado a las 'Big Tech', que es uno de los sectores que ha susurrado al oído de Trump en contra de las leyes digitales de la UE y una de las opciones que están sobre la mesa son impuestos a las grandes tecnológicas. Y, como último recurso, la UE tiene el 'bazuca' o instrumento anti-coerción, que da un amplio abanico de opciones para responder a un tercer país que chantajee comercialmente al bloque: desde la prohibición a que sus empresas participen en licitaciones públicas hasta la restricción de las importaciones.

Así está la balanza comercial

El Gobierno ha estado relativamente tranquilo hasta ahora con la guerra comercial bajo el argumento de que no hay una enorme dependencia de EEUU. España importa más de EEUU de lo que exporta y su relación representa en torno al 1,3% del PIB, muy por debajo de lo que supone para otras economías, como Alemania o Italia y muy lejos también del gasto militar del 5% del PIB que fija Trump como meta.

El saldo de la balanza comercial de España con EEUU es deficitario, es decir, importa más que exporta. El déficit es de 6.083 millones de euros frente al superávit del conjunto de la UE de 190.323 millones, según los últimos datos disponibles de noviembre de 2023 a octubre de 2024 de la Cámara de Comercio de España. Las ventas de productos y servicios españoles al país norteamericano representan alrededor del 4,6% del total.

El déficit comercial español acumulado en los cuatro primeros meses del año se situó en 18.982,1 millones de euros, un 48,8 % más que en el mismo periodo de 2024, en un contexto global de tensión comercial y aumento de las importaciones. Según ha informado el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa este lunes en un comunicado, las exportaciones españolas sumaron 128.384 millones en esos cuatro meses, un 0,8% más; mientras que las importaciones escalaron hasta los 147.366 millones, un 5,1% más, según la Agencia EFE