ELECCIONES 2024 Análisis

Panamá: José Raúl Mulino, un derechista más en el club presidencial latinoamericano

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El domingo 5 de mayo, un padrón de 3 millones de votantes estaba convocado en Panamá para concurrir a las urnas y elegir el nuevo Ejecutivo, los 71 escaños del Poder Legislativo unicameral de la Asamblea Nacional, la 20 bancas del Parlamento Centroamericano81 alcaldes701 representantes de corregimiento y 11 concejales, todos cargos con sus suplentes, para el período 2024-2029.

“¡Misión cumplida, carajo (...), misión cumplida Ricardo!”  proclamó este domingo el ganador en las elecciones presidenciales, el abogado, diplomático y político panameño José Raúl Mulino, por el partido de derecha Realizando Metas, en el festejo con sus seguidores de su triunfo en los comicios.

Bajo la sombra del Caudillo

Con toda intención, el reciente presidente electo nombraba al ex presidente Ricardo Martinelli (2009-2014), el creador en 2021 de Realizando Metas que otorgó todo su apoyo y caudal político durante la campaña a Mulino.

El ex mandatario se encuentra refugiado en la embajada de Nicaragua debido a la condena a diez años de cárcel por blanqueo de capitales que lo inhabilitó de participar en la contienda electoral. Antes de la descalificación, el expresidente era el favorito de las encuestas.  Su administración es recordada en gran medida por el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, que resuena con los votantes que enfrentan altas tasas de inflación y desempleo. La proscripción no fue obstáculo para que Martinelli desde la embajada interviniera activamente en la campaña electoral, razón por la cual el presidente Laurentino Cortizo, quien rechazó el pedido del refugiado de un salvoconducto para salir del país,  reclamó a Nicaragua por intromisión en sus “asuntos internos”.

Cántaros a la fuente; el 28 de abril, Martinelli estuvo presente “virtualmente” en el cierre de campaña de Mulino y no se privó de pronunciar un discurso en línea en su apoyo. El domingo 5 de mayo,  Mulino visitó a Martinelli en la embajada nicaragüense quien difundió por la red X su agradecimiento por la visita.

“Un abrazo Ricardo (Martinelli) hasta allá donde estás. Como dije se acabó la persecución política en este país, el país está harto de las peleas politiqueras que no nos han conducido a nada bueno, no me considero enemigo de nadie, y espero que nadie me considere su enemigo”, declaró Mulino apenas se conocieron los resultados que consagraban su triunfo el 34% del total de los votos ante otros siete contrincantes.

Mulino resultó ganador ante el expresidente Martín Torrijos (2004-2009), quien aspiraba a la reelección por el centroderechista Partido Popular (PP); Rómulo Roux, por la alianza de los centroderechistas Cambio Democrático (CD) y Partido Panameñista (PPA); Ricardo Lombana, por el variopinto partido Movimiento Otro Camino (MOCA); José Gabriel Carrizo, actual vicepresidente del país del Partido Revolucionario Democrático(PRD, centroizquierda); y los candidatos de libre postulación Melitón ArrochaMaribel Gordón y Zulay Rodríguez.

Presidir sobre un país y sobre un canal bioceánicos

Mulino, abogado de 64 años,  fue el compañero de fórmula de Martinelli hasta que los tribunales lo descalificaron. Ejerció el cargo de ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Guillermo Endara (1989-94) elegido democráticamente en la sucesión presidencial del dictador Manuel Noriega. Más tarde, Ministro de Justicia (2009-10) y luego Ministro de Seguridad Pública (2010-14) de la gestión de Martinelli. El ex presidente refugiado inicialmente había elegido a su esposa Marta Linares como su compañera de fórmula, pero debido a la protesta pública la reemplazó por Mulino, cuya candidatura observada ante la Justicia por no haber sido elegido en elecciones primarias, sólo fue autorizada por el Tribunal Supremo el viernes 3 de mayo, dos días antes de la votación.

La cadena local ‘tvn’ describió a José Raúl Mulino como un político “de pocas sonrisas, directo, pero leal”. Sin embargo, también hay quienes lo califican como un hombre “de mano dura”. Y entre las críticas en su contra se destaca la represión policial en su desempeño como ministro de Seguridad contra protestas antigubernamentales como la ocurrida en Boca de Toro en 2010, donde al menos diez personas fueron asesinadas, entre ellos la mitad fueron niños y hubo 716 heridos.

Mulino, quien estuvo en prisión preventiva por supuestos delitos de corrupción y fue liberado por errores procesales, se ufana de haber sido “preso político” como también de que “para la izquierda no voy a coger nunca”. Casado con Maricel Cohen, dueña de un negocio para mascotas, el católico Mulino asegura que le encanta pasar el tiempo, entre gallinas y conejos, en la finca que su esposa le regaló cuando cumplió 50 años. 

La herencia del socialdemócrata Laurentino ‘Nito’ Cortizo, presidente saliente

El candidato electo Mulino asumirá la presidencia el 1 de julio por un período de cinco años. El balance de la gestión saliente del social democráta Laurentino Cortizo del país centroamericano de 75 517 kilómetros cuadrados,   escenario geográfico del canal de Panamá que asegura la unión y el paso entre las costas de los océanos Atlántico Pacífico; con una población de 4 279 000 habitantes, que atravesó la pandemia del Covid-19 y la invasión de Rusia a Ucrania que acrecentó la crisis migratoria y la inflación,  aparece signado  por la corrupción del Ejecutivo y de la Asamblea Nacional, un sistema de fondos de pensiones con problemas y revueltas sociales.

La primera, la  de los estudiantes universitarios y movimientos feministas y LGB panameño contra las reformas constitucionales en 2019. En noviembre 2021,  los sectores populares organizados salieron a las calles por la defensa de un sistema de pensiones público, gratuito y de calidad, el desempleo superior al 20% sin incluir las miles de personas con contratos suspendidos, la reforma electoral, el rechazo a la política minera metálica y reclamo de los colectivos feministas por seguridad social. En agosto de 2022, educadores, obreros de la construcción, movimientos indígenas y campesinos, trabajadores, médicos y estudiantes cantaron, bailaron y bramaron por vivir bajo la amenaza de inundaciones , de cortes diarios de agua y transporte con deficiente frecuencia, con los salarios que se esfuman entre alimentos y medicinas, precarios sistemas de salud y donde gran parte de la población trabaja y cobra cuando puede, sin saber lo que devendrá el mañana.

De la seguidilla de protestas, las del 2023, las más grandes que ha tenido Panamá en tres décadas comenzaron el 23 de octubre, en vísperas de las fiestas patrias, con un par de cientos de personas en las vías. Cuando el gobierno firmó un contrato de concesión minera con la multinacional canadiense First Quantum por hasta 40 años, más de 70 000 personas salieron todos los días a las calles de la ciudad de Panamá , otras tantas miles en las capitales del interior y pueblos remotos, y hasta en el mar: pescadores aceleraron sus lanchas por el golfo de Los Mosquitos hasta el puerto Punta Rincón, que controla la mina, con el mismo reclamo: Panamá libre de minería. El máximo tribunal panameño declaró inconstitucional el contrato en noviembre pasado

Simultáneamente, las previsiones económicas son poco halagüeñas. Panamá durante gran parte del este siglo tuvo la economía con mejor desempeño en América Latina,  sin embargo su crecimiento caerá del 7,3% en 2023 al 2,5% en 2024, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), además de una deuda pública de 50.000 millones de dólares. Se suman el desempleo, con una tasa en torno al 10 por ciento; la tasa de 45% de los puestos de trabajo en el mercado informal y un tercio de la población rural vive en la pobreza.

Al mismo tiempo, el Canal de Panamá, un motor económico por lo que transita por allá alrededor del 6% del comercio marítimo mundial, ha tenido que limitar su tráfico debido a una sequía que ha desencadenado los lagos de agua dulce que abastecen las esclusas, poniendo en entredicho su supervivencia a largo plazo.

Promesas de campaña: cerrar rutas migratorias, reactivar la economía, combatir al narco

Mulino afirmó que, de llegar a la Presidencia, “cerraría” el paso fronterizo en el Tapón del Darién. En 2023, más de medio millón de migrantes en busca de una vida mejor en EEUU cruzaron la peligrosa selva del Darién, que une a Panamá Colombia, para sucumbir en gran número en manos de bandas criminales. Aseguró también que pediría apoyo a los países de la región implicados en el flujo migratorio de personas que vienen de América del Sur, África y el Caribe.  “Panamá no es un país de tránsito” sostuvo Mulino; pero no dio más detalles sobre cómo podría cumplir con esa promesa de detener la migración.

Al igual que otros candidatos, Mulino ha dicho que se centraría en el empleo, el crimen y el acceso al agua potable. Buscará mejorar la infraestructura y el transporte público. Ha prometido expandir el sistema metropolitano de la ciudad de Panamá, un proyecto popular de la presidencia de Martinelli, a la cercana ciudad de La Chorrera, renovar el mantenimiento de las carreteras del país y un “ataque frontal” contra el narcotráfico.

Con todo, según una encuesta de Doxa, el 65% de los panameños sostienen que Martinelli será quien gobernará en la sombra. Como sea el próximo gobierno no cuenta con mayoría en la Asamblea Nacional y por lo tanto tendrá que negociar con las fuerzas políticas, sentarse en torno a la mesa y encontrar soluciones a los problemas graves y estructurales: la Caja de Seguro Social es uno, las consecuencias del Cambio Climático es otro, la situación fiscal es bastante crítica y la calidad de los servicios públicos. Después de una campaña con poca política y más bien con disputas de personas y liderazgos se abre una incógnita de cuál va a ser el tipo de política que dominará.

AGB