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Papa Francisco: “¿Hacia dónde vas Europa si no ofreces caminos creativos para poner fin a la guerra en Ucrania?

El Papa Francisco en Lisboa.

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El Papa Francisco dedicó su primer discurso en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebra en Lisboa, a reprochar a Europa que no ofrezca soluciones “creativas” ni “procesos de paz” para “poner fin a la guerra de Ucrania” y otros conflictos en el mundo.

“Estamos navegando en circunstancias críticas, tempestuosas, y percibimos la falta de rumbos valientes hacia la paz. Mirando con cariño sincero a Europa en el espíritu de diálogo que nos caracteriza, nos saldría espontáneo preguntarle: ¿Hacia dónde navegas si no ofreces procesos de paz, caminos creativos para poner fin a la guerra en Ucrania y a tantos conflictos que ensangrientan el mundo?, preguntó el Pontífice.

Así lo indicó en su discurso durante un encuentro con autoridades de Portugal, con la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el Centro Cultural de Belém, en el primer día de su visita a Lisboa.

En este sentido, el Papa dijo que sueña con una Europa, corazón de occidente, “que utilice su ingenio para apagar los focos de la guerra y encender luces de esperanza”, que sepa “redescubrir su alma juvenil, soñando con la grandeza del conjunto y yendo más allá de las necesidades de lo inmediato”, con una Europa “que incluya a los pueblos y sus gentes con cultura propia, sin perseguir teorías ideológicas y colonizaciones”.

Por otro lado, criticó las “leyes sofisticadas” que se aprobaron en Europa como la ley de eutanasia y la falta de acogida a los migrantes. “¿Hacia dónde navegan Europa y Occidente con el descarte de los ancianos, los muros de alambre espigado, las tragedias en el mar y las cunas vacías?”, cuestionó también el Pontífice.

En un discurso pronunciado en italiano que giró en torno a las referencias al océano, Francisco lamentó que en un mundo desarrollado, “hoy, paradójicamente se ha convertido en una prioridad la defensa de la vida humana” que, según advirtió, fue “puesta en peligro por derivas utilitaristas que la desechan”.

“Pienso en tantos niños no nacidos y ancianos abandonados a su suerte, en la dificultad para acoger, promover e integrar a los que vienen de lejos y llaman a las puertas, en la soledad de muchas familias que luchan por criar a sus hijos”, añadió.

Asimismo, criticó algunas “leyes sofisticadas” aprobadas en Europa y, en concreto, se refirió a la ley de eutanasia que, a su juicio, ofrece “un remedio equivocado como fácil acceso a la muerte”.

“¿Hacia dónde van Europa y Occidente si ante el dolor de vivir ofrecen remedios superficiales y equivocados como fácil acceso a la muerte, una solución de conveniencia que parece dulce pero que es más amarga que las aguas del mar? Y pienso en tantas leyes sofisticadas al respecto”, manifestó.

LISBOA, CAPITAL DEL MUNDO

Además, se ha referido a la ciudad anfitriona de la JMJ, Lisboa, que “abraza diferentes pueblos y culturas” y que estos días “se vuelve más universal”. “En cierto sentido, se transforma en la capital del mundo”, ha destacado.

Lisboa, según ha señalado el Pontífice, como “ciudad del océano”, recuerda la importancia del conjunto, “de pensar las fronteras como áreas de contacto, no como fronteras que separan” y ha afirmado que puede “sugerir un cambio de ritmo” en medio de un mundo “dividido” a la hora de enfrentarse a los problemas globales.

“Sabemos que hoy las grandes preguntas son globales, pero a menudo experimentamos ineficacia para responderlas precisamente porque ante problemas comunes el mundo está dividido, o al menos no lo suficientemente cohesionado, incapaz de enfrentar unidos lo que pone a todos en crisis. Parece que las injusticias planetarias, las guerras, las crisis climáticas y migratorias corren más rápido que la capacidad, y muchas veces la voluntad, para enfrentar juntos estos desafíos”, ha explicado.

A juicio del Papa Francisco, “el mundo necesita de la verdadera Europa”, de su “papel de puente y de pacificador en su parte oriental, en el Mediterráneo, en África y en Oriente Medio”.

De esta forma, considera que Europa podrá llevar a la escena internacional su “originalidad específica”, surgida en el siglo pasado cuando, desde el crisol de los conflictos mundiales, “dejó brotar la chispa de la reconciliación, haciendo realidad el sueño de construir el mañana con el enemigo de ayer, para iniciar caminos de diálogo, caminos de inclusión, desarrollando una diplomacia de paz que apague los conflictos y alivie las tensiones, capaz de captar los más leves signos de distensión y de leer entre las líneas más torcidas”.

Francisco también aprovechó su discurso para denunciar que en muchos lugares, “se invierte más dinero en armas que en el futuro de los hijos”, unas armas “sofisticadas” que, según ha avisado, “no representan inversiones de futuro, sino empobrecimientos del verdadero capital humano, el de la educación, la sanidad y el estado del bienestar.

EL OCÉANO, VERTEDERO DE PLÁSTICO

Por otro lado, Francisco alertó del deterioro del medioambiente, un “problema global gravísimo” ya que “los océanos se recalientan y sus profundidades sacan a la luz la fealdad con la que hemos contaminado nuestra casa común”. “Estamos convirtiendo reservas de vida en vertederos de plástico”, lamentó el Pontífice en su discurso, al tiempo que invitó a “cuidar con esmero” el planeta para garantizar un futuro saludable a los jóvenes.

El Papa insistió en que “el futuro son los jóvenes” pero reconoció que hay “muchos factores que los desalientan, como la falta de trabajo, el ritmo frenético en el que están inmersos, el aumento del coste de la vida, la dificultad para encontrar vivienda y, lo que es más preocupante, el miedo a formar familias y traer hijos al mundo”. “En Europa y, más en general, en Occidente, asistimos a una fase descendente de la curva demográfica”, advirtió.

Para el Pontífice, “la buena política puede hacer mucho” en este sentido pues “no está llamada a ejercer el poder, sino a dar a las personas esperanza”. “Está llamada, hoy más que nunca, a corregir los desequilibrios económicos de un mercado que produce riqueza, pero no la distribuye; está llamada a redescubrirse como generadora de vida y cuidado; a invertir con clarividencia en el futuro, en las familias y en los niños, a promover alianzas intergeneracionales, donde el pasado no se borra con un golpe de esponja”, aseveró.

En cualquier caso, Bergoglio destacó que estos días, Lisboa “da motivos para la esperanza” porque ha sido inundada por un “océano de jóvenes” para participar en la JMJ que “no están en las calles gritando de rabia, sino compartiendo la esperanza del Evangelio, la esperanza de la vida”.

“Y si hoy existe un clima de protesta e insatisfacción en muchas partes, terreno fértil para populismos y teorías conspirativas, la Jornada Mundial de la Juventud es una oportunidad para construir juntos”, propuso el Papa.

Por su parte, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, aseguró que el país recibe a Francisco “con los brazos abiertos”. Según precisó, el país acoge el testimonio del Pontífice sobre la dignidad de las personas, su relación con la naturaleza, sobre la paz, la fraternidad, la lucha contra el hambre, la miseria, la opresión, el abuso, la xenofobia y la intolerancia. “Portugal está siguiendo su testimonio con mucho ánimo”, destacó.

Europa Press.

IG

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