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Medio Oriente

El proyecto para la “Riviera” de Trump en las ruinas de Gaza: desplazamiento forzoso para un centro turístico y tecnológico

Plan de EEUU para la Riviera Gaza.

Andrés Gil

Corresponsal en Washington —

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Dos millones de desplazados forzosos. El control de Estados Unidos. La desaparición del Estado palestino como horizonte. Y el marco de los acuerdos de Abraham como brújula geopolítica, que establece la normalización de las relaciones con Israel. Así son los planes que tiene la Casa Blanca para la llamada “Riviera de Oriente Medio” en Gaza, la fase posterior al genocidio israelí en la Franja.

Un plan para Gaza tras la masacre israelí, que circula dentro de la Administración Trump y que fue adelantado por The Washington Post el domingo, desarrolla la promesa del presidente de EEUU, Donald Trump, de “tomar el control” del enclave devastado y convertirlo en un territorio bajo administración fiduciaria de EEUU durante al menos 10 años, mientras se transforma en un complejo turístico y un centro manufacturero y de producción tecnológica.

El documento de 38 páginas que publicó The Washington Post prevé el desplazamiento de los más de dos millones de habitantes de Gaza a otro país o a zonas restringidas dentro del enclave: Gaza sería controlada en régimen de fideicomiso por Estados Unidos –entregada por Israel– durante al menos 10 años y requeriría reubicar a los dos millones de gazatíes, una propuesta que equivaldría a una limpieza étnica.

Imagen del plan de 38 páginas llamado GREAT sobre la "Riviera de Oriente Medio" en Gaza."

A quienes posean tierras, el Fondo para la Transformación, Aceleración Económica y Reconstrucción de Gaza (GREAT, en sus siglas en inglés) ofrecería un token digital a cambio de derechos para reurbanizar su propiedad, que se utilizaría para financiar una nueva vida en otro lugar o, eventualmente, se canjearía por un apartamento en una de las seis u ocho nuevas ciudades inteligentes impulsadas por IA que se construirán en Gaza, de acuerdo con The Washington Post. Cada palestino que decidiera marcharse recibiría un pago en efectivo de 5.000 dólares y subsidios para cubrir cuatro años de alquiler en otro lugar, así como un año de comida.

El plan estima que cada salida individual de Gaza supondría un ahorro de 23.000 dólares para el fideicomiso, frente al costo del alojamiento, supuestamente temporal, y lo que denomina servicios de “soporte vital” en las zonas seguras para quienes se quedan.

La propuesta fue elaborada por algunos de los mismos israelíes que crearon y pusieron en marcha la polémica Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), un sistema considerado por la ONU como “cortina de humo para más violencia” y supervisado por las tropas israelíes y una empresa de seguridad estadounidense que “militariza” la asistencia humanitaria. La planificación financiera corrió a cargo de un equipo que trabajaba en ese momento para Boston Consulting Group, que afirmó que el plan del fideicomiso no había sido aprobado expresamente, y que dos socios sénior que dirigieron la proyección financiera acabaron despedidos.

El miércoles pasado, Trump celebró una reunión en la Casa Blanca para debatir ideas sobre cómo poner fin a la guerra, que se acerca ya a los dos años, y decidir qué vendrá después. Entre los participantes se encontraban el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio; el enviado especial presidencial, Steve Witkoff; Tony Blair, cuyas opiniones sobre el futuro de Gaza fueron solicitadas por la Administración Trump –en julio salió a la luz que personal del think tank del ex primer ministro británico participó en un proyecto para desarrollar un plan de posguerra– y el yerno de Trump, Jared Kushner, que se encargó de gran parte de las iniciativas del presidente de EEUU durante su primer mandato en Medio Oriente y tiene amplios intereses privados en la región, según explica The Washington Post.

“No está claro si la propuesta detallada y completa del GREAT Trust es lo que Trump tiene en mente. Pero algunos elementos importantes, según dos personas familiarizadas con la planificación, se diseñaron específicamente para hacer realidad la visión del presidente de una 'Riviera de Medio Oriente”, asegura el periódico. Ni la Casa Blanca ni el Departamento de Estado respondieron a la solicitud de comentarios del Post, si bien el documento parece reflejar la ambición expresada por Donald Trump de “limpiar” Gaza.

La idea fue enunciada por Trump por primera vez el 4 de febrero pasado, durante la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a la Casa Blanca.

Según el documento publicado por el medio estadounidense, el plan del fondo “no depende de donaciones”. En su lugar, se financiaría con inversiones del sector público y privado en lo que denomina “megaproyectos”, desde fábricas de vehículos eléctricos y centros de datos hasta complejos turísticos de playa y rascacielos con apartamentos.

Los cálculos incluidos en el plan prevén un rendimiento casi cuatro veces la inversión, de 100.000 millones de dólares al cabo de 10 años, con flujos de ingresos “autogenerados” continuos.

La publicación del plan se produce después de que el Departamento de Estado haya negado visados a las autoridades palestinas para acudir a la Asamblea General de la ONU en Nueva York el próximo septiembre.

En febrero, Trump planteó la idea de que Estados Unidos se hiciera cargo de la Franja de Gaza para convertirla en la 'Riviera de Oriente Medio', una vez despojada de sus habitantes que serían desplazados a Egipto y Jordania.

Israel asesinó a más de 63.600 personas en Gaza, en su mayoría civiles, desde el 7 de octubre, según datos del Ministerio de Salud de Gaza. La venganza militar de Israel redujo sistemáticamente el enclave a escombros, desplazando a cientos de miles de personas y con casi medio millón enfrentándose a lo que un observatorio mundial de crisis calificó de hambruna catastrófica.

Las propuestas para el día después del fin del genocidio en Gaza proliferaron casi desde el 7 de octubre de 2023, cuando Hamas atacó por sorpresa a Israel, invadió el sur de Israel, mató a unas 1.200 personas y tomó unos 250 rehenes.

Trump, promotor inmobiliario en jefe

Cuando volvió a abordar la crisis como presidente, lo hizo para hablar de cómo emplearía sus habilidades como promotor inmobiliario una vez que los habitantes de Gaza se hubieran marchado. “Vi una foto de Gaza, es como una enorme zona de demolición”, declaró Trump a los periodistas mientras firmaba una serie de órdenes ejecutivas en el Despacho Oval dos días después de su toma de posesión. “Hay que reconstruirla de otra manera. Gaza”, dijo, era “una ubicación fenomenal... junto al mar, con el mejor clima. Todo es bueno. Se pueden hacer cosas maravillosas con ella”.

Dos semanas más tarde, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca con Netanyahu, Trump aseguró que “EEUU se haría cargo de la Franja de Gaza”. Al enunciar una “posición de propiedad a largo plazo”, añadió que a todas las personas con las que había hablado al respecto les “encanta la idea”. “Estudié esto muy detenidamente durante muchos meses y lo vi desde todos los ángulos”, dijo Trump: “No quiero ser ingenioso. No quiero ser un sabelotodo. Pero la Riviera de Medio Oriente podría ser algo magnífico”.

Netanyahu, sonriendo al lado de Trump, lo calificó de “audaz” y dijo que Israel y Estados Unidos tenían una “estrategia común”.

Cuando ese mismo día se le preguntó en una entrevista con Fox News si los gazatíes podrían regresar tras la ocupación, Trump respondió: “No, no lo harían, porque van a tener viviendas mucho mejores” en otros lugares.

Una semana después, el presidente de EEUU volvió a abordar el asunto en una reunión en el Despacho Oval con el rey Abdulá II de Jordania. “Con Estados Unidos controlando ese territorio”, dijo, refiriéndose a Gaza. “Por primera vez habrá estabilidad en Medio Oriente. Y los palestinos, o las personas que ahora viven en Gaza, vivirán maravillosamente en otro lugar”.

A continuación, Trump publicó en sus redes sociales un video generado por IA de una Gaza con rascacielos resplandecientes, playas inmaculadas, dinero cayendo del cielo, y Trump y Netanyahu tomando el sol en la costa. Como guinda, una estatua dorada de Trump domina el paisaje.

Mientras tanto, Israel avanzó en su genocidio en curso, acorralando a la población de Gaza, de unos dos millones de habitantes, en una estrecha franja costera en el sur, mientras se prepara para su ofensiva en el norte, en Ciudad de Gaza.

Naciones Unidas estima que el 90% de las viviendas del enclave han sido destruidas.

La promesa de Trump en febrero de adquirir y reurbanizar Gaza supuso tanto una luz verde como una hoja de ruta para el grupo de empresarios israelíes, liderado por los empresarios Michael Eisenberg, israelí-estadounidense, y Liran Tancman, exoficial de inteligencia militar israelí, explica The Washington Post.

En primavera, un equipo de Boston Consulting que había sido contratado para trabajar con el principal contratista estadounidense encargado de establecer el programa de distribución de alimentos del GHF estaba trabajando en la planificación financiera del GREAT Trust.

Tal y como se describe en el documento, Israel transferiría “las autoridades y responsabilidades administrativas en Gaza al GREAT Trust en virtud de un acuerdo bilateral entre EEUU e Israel” que “evolucionaría” hasta convertirse en una administración fiduciaria formal.

El borrador prevé inversiones finales por parte de “países árabes y otros” que convertirían el acuerdo en una “institución multilateral”.

Israel mantendría “derechos generales para satisfacer sus necesidades de seguridad” durante el primer año del plan, mientras que casi toda la seguridad interna correría a cargo de “TCN” (ciudadanos de terceros países) y contratistas militares privados “occidentales” no especificados. Su papel disminuiría gradualmente a lo largo de una década, a medida que la “policía local” entrenada tomara el relevo.

El fideicomiso gobernaría Gaza durante un período de varios años que, según sus estimaciones, duraría una década, “hasta que una entidad política palestina reformada y desradicalizada esté lista para tomar el relevo”.

El documento no hace referencia alguna a la eventual creación de un Estado palestino. La entidad gobernante palestina “se unirá a los Acuerdos de Abraham”, que establecieron relaciones diplomáticas entre Israel y cuatro Estados árabes.

El plan habla de la ubicación de Gaza “en un cruce de caminos”, lo que dará a EEUU acceso a recursos energéticos y minerales críticos, y servirá como centro logístico para el Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa, anunciado por primera vez durante la Administración Biden, pero que se vio frustrado por la guerra entre Israel y Gaza.

La reconstrucción de Gaza comenzaría con la retirada de grandes cantidades de escombros y municiones sin detonar, junto con la reconstrucción de los servicios públicos y la red eléctrica.

Los costos iniciales se financiarían utilizando como garantía el 30% de los terrenos de Gaza que, según los planificadores, ya son de propiedad “pública” y pasarían a pertenecer inmediatamente al fideicomiso.

Entre los megaproyectos financiados por inversores se incluye la pavimentación de una carretera de circunvalación y una línea de tranvía alrededor del perímetro de Gaza, que los planificadores denominan “autopista MBS”, en honor al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, cuya aprobación de dicha iniciativa contribuiría en gran medida a la aceptación regional. Una moderna autopista norte-sur que atraviesa el centro de Gaza lleva el nombre del presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammed bin Zayed al-Nahyan. Se construirían un nuevo puerto y un nuevo aeropuerto en el extremo sur, con conexiones terrestres directas con Egipto, Arabia Saudí e Israel.

Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos se comprometieron públicamente con la propuesta egipcia para Gaza y la eventual creación de un Estado palestino, sin que haya indicios de que hayan aceptado ningún elemento del plan fiduciario.

El GREAT Trust también prevé una planta desalinizadora y un parque solar en la península egipcia del Sinaí que proporcionarían agua y electricidad a Gaza.

La frontera oriental de Gaza con Israel sería una zona industrial “inteligente”, que incluiría empresas estadounidenses de vehículos eléctricos y centros de datos regionales para dar servicio a Israel y a los países del Golfo Pérsico. La costa occidental del enclave se reservaría para la “Riviera Trump de Gaza”, que contaría con “resorts de primera categoría” y la posibilidad de islas artificiales similares a las construidas frente a la ciudad de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos.

En el centro del enclave, entre los complejos turísticos costeros y la zona industrial —que, según el plan, crearía un millón de puestos de trabajo—, se construirían edificios de apartamentos de hasta 20 plantas en seis u ocho “ciudades planificadas dinámicas, modernas e inteligentes, impulsadas por la inteligencia artificial”.

Las zonas de uso mixto incluirían “residencias, comercios, industria ligera y otras instalaciones, como clínicas y hospitales, escuelas y más”, intercaladas con “zonas verdes, incluyendo terrenos agrícolas, parques y campos de golf”.

A las familias de Gaza que permanezcan, o que se marchen y luego regresen una vez finalizadas las zonas residenciales para canjear sus títulos de propiedad, se les ofrecerá la propiedad de nuevos apartamentos de 167 metros cuadrados que, según el plan, tienen un valor de 75.000 dólares cada uno.

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