Reino Unido, Canadá y Australia reconocen a Palestina como Estado

Después de meses de debate, el Gobierno británico anunció este domingo el reconocimiento simbólico del Estado palestino después de que Israel haya intensificado su ofensiva en Gaza en lugar de avanzar hacia un alto el fuego, como pedían el Reino Unido y otros aliados. El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció su decisión a primera hora de la tarde de manera coordinada con Canadá y Australia, miembros de la Commonwealth.
La declaración oficial del Reino Unido tiene un peso histórico especial al venir de un país clave para la fundación del Estado de Israel en 1948. El Reino Unido y Canadá, además, son los primeros miembros del G7 en dar este paso.
“Hoy, para revivir la esperanza de paz entre palestinos e israelíes, y una solución de dos Estados, el Reino Unido reconoce formalmente el Estado de Palestina”, dijo Starmer en una declaración emitida en vídeo unos minutos después de los anuncios de Canadá y Australia. El primer ministro británico insistió en el futuro de un Israel “seguro” y un Estado palestino “viable”.
“Hamás es una organización terrorista brutal. Nuestra llamada a una solución auténtica de dos estados es exactamente lo contrario de su visión llena de odio”, dijo Starmer, que insistió en que la decisión “no es un premio para Hamás” y anunció que el Gobierno británico aprobará nuevas sanciones a líderes de Hamás en las próximas semanas. Poco después de su declaración, el Ministerio de Exterioes de Israel repetió que el gesto del Reino Unido y otros es “un premio para el yihadista Hamás”.
En junio, el Gobierno británico ya sancionó a dos ministros del Gobierno Netanyahu por “incitar a la violencia” contra los palestinos, y Starmer volvió a repetir este domingo la condena a sus acciones: “El bombardeo incesante y creciente de Gaza por parte del Gobierno israelí, la ofensiva en las últimas semanas, la hambruna y la devastación son completamente intolerables”, dijo Starmer. “Cientos de miles de personas fueron asesinadas, incluyendo miles que intentaban conseguir agua y comida. La muerte y destrucción nos horroriza a todos nosotros. Debe terminar”.
El vice primer ministro, David Lammy, volvió a decir este domingo que el gesto no cambiará la hambruna ni la masacre en Gaza, pero es importante para el futuro: “Debemos mantener la idea de dos Estados viva para los niños de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental”. En particular, el Gobierno británico está preocupado por los planes del Gobierno de Netanyahu de partir en dos Cisjordania mientras continúa la violencia de colonos extremistas contra civiles palestinos, y el retroceso desde julio. “En este momento el alto el fuego yace hecho trizas y las perspectivas son sombrías”, dijo Lammy, en una entrevista en Sky News.
Familiares británicos de rehenes y la líder del Partido Conservador se quejan, como Israel, de que el reconocimiento ahora es un “premio a Hamás”, que ha presumido de que los gestos diplomáticos son “un fruto” de los atentados del 7 de octubre. Lammy defiende que los palestinos son mucho más que la organización que ha gobernado Gaza.
“Hamás no son los palestinos. Un Estado palestino es una causa justa. Nuestro país, que firmó la declaración de Balfour hace 108 años, cree en un hogar para el pueblo palestino, pero también creemos en los derechos civiles y religiosos de los palestinos, y ahora es el momento de defender los dos estados”, dijo en la BBC Lammy, refiriéndose a la declaración del Gobierno británico de 1917 en el origen de Israel.
Horas después de la visita del presidente Donald Trump al Reino Unido, Starmer anunció su decisión coordinada con Canadá y Australia y que lleva meses consultando con Francia y otros europeos. Portugal también hará la misma declaración este domingo, y Francia, Bélgica y Luxemburgo, entre otros, también harán este gesto este lunes, en la conferencia internacional sobre Palestina de Naciones Unidas en Nueva York, en coincidencia con la reunión de jefes de Estado y de Gobierno por la Asamblea General.
Alemania es el país más grande de Europa que se sigue oponiendo al reconocimiento ahora: el canciller alemán, Friedrich Merz, defendió este jueves ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que éste debería ser “el último paso” en un proceso de paz. Italia tampoco ha dado señales de querer dar este paso ahora.
Estados Unidos, el país con más peso para la región, criticó la decisión, pero el jueves Trump evitó en Londres una crítica directa. “Es el único punto en el que no estamos de acuerdo”, dijo el presidente de Estados Unidos, en la rueda de prensa junto a Starmer al ser interrogado por el inminente reconocimiento. Cuando el primer ministro británico dijo que la situación en Gaza es “intolerable”, pero desea que Hamás “no sea parte del futuro Gobierno de Palestina”, Trump le dio unas palmaditas en la espalda como gesto de aprobación.

Canadá y Australia, a la vez
El reconocimiento canadiense llegó de manos de un comunicado del primer ministro canadiense, Mark Carney, hecho público poco antes de partir hacia Nueva York, donde se reunirá este domingo con el secretario general de la ONU, António Guterres, y posteriormente participará en la Asamblea General del organismo.
Carney justificó la decisión de reconocer a Palestina porque “el actual Gobierno israelí trabaja de manera metódica para impedir que llegue a establecerse un Estado palestino” con “una política implacable de expansión de asentamientos en Cisjordania” y la invasión de la Franja de Gaza, “que ha provocado una hambruna devastadora y evitable en violación del derecho internacional”.
“La política declarada del actual Gobierno israelí es que 'no habrá un Estado palestino'”, dijo Carney, que ve en este reconocimiento “un paso necesario para preservar la solución de dos Estados, dada la insostenible naturaleza de la situación actual”.
En el caso de Australia, el reconocimiento se ha hecho oficial mediante un comunicado conjunto del primer ministro Anthony Albanese y de su ministra de Exteriores Penny Wong, en el que defienden que el gesto “refleja el compromiso duradero de Australia con la solución de los dos Estados, que siempre ha sido la única vía para asegurar la paz y la seguridad para los pueblos de Israel y Palestina”.
Australia reconoce de facto a Mahmud Abbás, líder de la Autoridad Palestina, como jefe del Estado. Albanese había acordado un encuentro bilateral con el presidente Abbás en Nueva York para esta semana aunque la denegación de su visado por parte de Estados Unidos lo ha impedido.
Sanciones
En junio, el Gobierno laborista fue uno de los primeros occidentales en sancionar a los dos ministros del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu por “incitar a la violencia” contra los palestinos. Entonces, el Reino Unido anunció las sanciones en coordinación con Canadá, Australia y Noruega. Antes también rompió sus negociaciones para un acuerdo comercial con Israel y suspendió exportaciones de armas a ese país.
La opinión pública británica se ha inclinado a favor de los palestinos en los últimos dos años después del apoyo inicial a Israel tras los atentados del 7 de octubre. Ahora, el 44% de los ciudadanos está a favor de que el Gobierno reconozca un Estado palestino independiente, el 18% está en contra, y el resto no sabe, según una encuesta recién publicada por YouGov. Hay división según ideología, con una clara mayoría a favor de votantes que se identifican con los laboristas, los liberaldemócratas y los verdes. Los votantes del Partido Conservador están divididos con más en contra del reconocimiento, mientras que los de la extrema de derecha de Reform se oponen más claramente.
Las multitudinarias protestas propalestinas fueron un motivo de tensión en las calles durante meses, sobre todo en las de Londres. En julio, el Gobierno clasificó como grupo terrorista a Palestine Action, un grupo que entró en una base área del ejército británico en junio y dañó con pintura y palancas varios aviones. Desde que la organización fue incluida en la lista, cientos de personas han sido detenidas por manifestarse a favor de este grupo en un caso polémico que cuestiona el derecho de protesta.

Algo que sirva
Starmer lleva meses insistiendo en que el reconocimiento tenía que servir para algo más allá del gesto simbólico, y lo había utilizado hasta ahora como una forma de presión a favor de una tregua. Lo ha hecho en coordinación con Francia y tratando de plantear el reconocimiento como “parte de un paquete completo que con suerte nos aleje de la situación espantosa en la que estamos ahora y lleve al resultado de un Israel seguro, que ahora no tenemos, y un Estado palestino viable”.
Más de 140 países reconocen la existencia del Estado palestino, la mayoría por decisiones durante la Guerra Fría. En la Unión Europea, países del centro y el este de Europa que estaban al otro lado del Telón de Acero hicieron entonces ese reconocimiento.
Desde el estallido de la actual guerra de Gaza, cuatro países en Europa han dado ese paso: España, Irlanda, Noruega y Eslovenia. Pero estos son países con poca capacidad militar, no especialmente cercanos a Israel y con poca influencia en la zona, a diferencia del Reino Unido, que fue clave para la fundación de Israel. La declaración de Balfour apoyó en 1917 la creación de “un hogar para el pueblo judío”en Palestina, entonces parte del imperio otomano. Palestina estuvo bajo mandato británico a petición de la Sociedad de Naciones entre 1920 y 1948.
El primer ministro británico ha mantenido un canal de comunicación con el Gobierno de Netanyahu pese a haber sancionado a sus ministros y a haber llamado a consultas a su embajador varias veces.
A principios de septiembre, Starmer recibió a Isaac Herzog, el presidente de Israel, que estaba en el Reino Unido para un viaje privado. La reunión, según contó el líder israelí, fue “difícil” y acabó en una discusión.
La palabra
El Gobierno de Starmer, que es abogado especializado en derechos humanos, ha evitado utilizar la palabra “genocidio”, aunque sí lo hacen diputados y otros laboristas, como el alcalde de Londres, Sadiq Khan.
En una carta en respuesta a una pregunta sobre los detalles de la aplicación del embargo británico de armas a Israel, el 1 de septiembre, David Lammy, entonces ministro de Exteriores, escribió que el Gobierno no ha llegado a “la conclusión” de que Israel esté cometiendo un genocidio según la definición legal.
“El alto número de víctimas incluyendo mujeres y menores y la dimensión de la destrucción en Gaza es totalmente deplorable. Sobre la convención contra el genocidio, el crimen de genocidio sólo sucede cuando hay ‘una intención específica para destruir todo o parte de un grupo nacional, étnico, racial o religioso’. El Gobierno no ha llegado a la conclusión de que Israel esté actuando con esa intención”, escribe Lammy.
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