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Panorama de las Américas - Opinión

Planes B, de Marco Berger a Joe Biden (y a Gabriel Boric)

Alfredo Grieco y Bavio Panorama de las Américas rojo

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“Yo terraplanista terraplanista no soy”. Pero algunas ideas piolas el terraplanismo tiene. Así perora Faro, o Rafael, en Los agitadores (2022). Este último film de Marco Berger es de una perfección más única que rara.

-¿Cuáles, por ejemplo? -le preguntan a este terraplanista discreto, moderado, ajeno al fanatismo.

Con su juicioso desprejuicio, Faro busca impresionar al auditorio veinteañero como él, en traje de baño como él, que lo escucha en la cocina de un country de Capilla del Señor entre Navidad y Año Nuevo.

-Que el agua no se curva.

-¿Cómo que no se curva?

-No se curva, mirá la laguna, todo es recto.

En bikini, una muchacha abre una canilla, le muestra a Faro una redondeada gota de agua arriba de su uña:

-¿Se curva el agua o no se curva?

Faro acerca la cabeza enrulada, examina:

-Sí, un poco se curva.

-¿Se curva o no se curva?

-Se curva.

Bolsonaristas bolsonaristas, trumpistas trumpistas, antiabortistas antiabortistas

Al final, el agua se curva, al final, esos aspectos muy piolas, que entusiasmaban, ya no exaltan al electorado cruzado de una causa. Las enormes figuras de Bolsonaro o de Trump son arquetipos eternos que sin embargo se desgastan con el uso. Se empiezan a ver las costuras, los resortes, los mecanismos, los automatismos de su movimiento y agitación perpetuas. Lucen mendaces, o insuficientes, o agotados en su caudal estético de erguida oposición al Establishment, inidóneos para el arte de injuriar, repetitivos en sus monótonas violencias verbales. Más aún, en los MiniMes, los clones apresurados, de mala terminación, copias fieles, pero de baja resolución, y en blanco y negro, de sus grandes líderes, que no han perdido su energía aunque iniciativa y creatividad originales se vean mermadas por la complacencia o la distracción.

Si el gran relato del Bien contra el Mal, de la Democracia en peligro por la inminencia de la Autocracia golpista fascista no sacaba de su apatía al electorado, tal vez sí el desprecio o la repugnancia. En Brasil, en la campaña del Partido de los Trabajadores (PT) de cara al balotaje ganado el último domingo de octubre, fue el tiempo del janonismo. Así llamado por el jefe de campaña de Lula, a la que dio un sentido y una dirección nunca antes priorizadas en la Izquierda. Sí, Bolsonaro era un golpista militarista autoritario fascista genocida misógino homofóbico etc. Pero, más importante, informaba la campaña, era un masón (video en logia), es decir un adorador del demonio, un oficiante de misas negras y cultos satánicos. Bolsonaro había elogiado la política hidroeléctrica del presidente paraguayo Stroessner, que 'como todos sabemos', era un pedófilo, por lo tanto Bolsonaro era un pedófilo.

El balotaje del 30 de octubre lo ganó el PT, y le arrebató a Bolsonaro la posibilidad de un segundo mandato, de una reelección inmediata. Sólo fueron 1,8 puntos de diferencia. El plan B, de acusaciones sexuales diabólicas, fue más efectivo que el plan A, donde se trataba al todavía presidente brasileño apenas de golpista o defensor de la tortura, la mano dura d ela Policía, el gatillo fácil de las FFAA. Joe Biden estuvo entre los primeros en felicitar a Lula por su triunfo. También el presidente francés Emmanuel Macron, un derechista discreto, moderado, ajeno al fanatismo.

La campaña del partido Demócrata para salvar la mayor cantidad de bancas posibles en un Congreso que anticipaban perdido, inundado por una ola roja republicana y trumpista en las elecciones de medio término del martes 8 de noviembre, fue también el de la Democracia en peligro, en riesgo por el incitador a la violencia de las turbas partidarias que asaltaron el Capitolio, el golpista negacionista de las elecciones, el republicano ultra-derechista Donald Trump.

Si esta declamación no ganaba votos a los candidatos declamadores, el plan B fue financiar las pre candidaturas más grotescas en las primarias republicanas, las más trumpistas, para que se oficializaran como candidatos a representantes, senadores, gobernadores. Y contar con el capital de repudio a esas figuras, que además de extremistas estaban patológicamente desprovistas de humor e histrionismo, de todo ese talento artístico para el show business que había impulsado a Trump de payaso siniestro de la televisión a ser, sin perder esta vis comica, el presidente n° 45 en la Casa Blanca.

En cinco estados de EEUU se votó un referéndum a favor o en contra del aborto. En los cinco estados, la opción en contra perdió. Se reconfirmó que los electorados 'antiabortistas antiabortistas' no son, aunque le encuentren cosas muy piolas a la posición pro vida. Esos electorados creían que querían leyes que prohibieran el aborto, pero reglamentaran todos los casos de excepciones. Pero en casilla de votación se dieron cuenta de que el agua se curva, de que no iban a votar nunca en contra de la penalización del aborto. Advertían que no eran antiabortistas que querían reglamentar excepciones. Eran abortistas que defendían la legalización, con la reglamentación de excepciones. Hay que decir que en el caso de los gobernadores, la condición pro-choice o pro-life no influyó: la mayor parte de los gobernadores republicanos anti-abortistas furiosos que se habían postulado a la reelección, la obtuvieron holgadamente en sus estados.

Y también

Un mes exacto atrás, el 18 de octubre, el presidente chileno Gabriel Boric, desde el Palacio de la Moneda, con la Alameda del presidente socialista Salvador Allende derrocado por PInochet a sus espaldas, evocó el tercer aniversario del 'estallido social' de 2019. Había sido anti-liberal, dijo, pero no anticapitalista.

En aquel estallido creció el Frente Amplio que lo hizo candidato presidencial en 2021 y surgió el reclamo de una Convención Constitucional que redactara el texto de una Constitución que sustituyera a la pinochetista de 1981 todavía vigente. Boric había declarado a su gobierno hermando a la Convención. Una vez acabada la redacción, hizo campaña, como presidente, por el Apruebo del texto constitucional. En el plebiscito del 4 de septiembre, con una asistencia electoral record, la victoria del Rechazo fue abrumadora.

Seguí jugando

Hoy las encuestas dicen que en Chile, si se convocara a una nueva Asamblea Constituyente, para que redactara un nuevo texto que sustituyera a la Constitución vigente desde la dictadura y al Proyecto repudiado, ganaría la derecha sólidamente la elección de la mayoría de convencionales.

Boric y el Frente Amplio llamaron al país a la reflexión. O se llamaron a ella. Conviene disociarse de momento de urgencias constitucionales, de esperar a un momento más propicio para votar una nueva nueva Convenció. Hay que gobernar, con urgencia, recuerdan. Hasta el momento futuro y propicio, gobernar con la Constitución pinochetista todavía en vigor. La Ley de Presupuestos 2023, el primer Presupuesto de su gobierno, está naufragando en Valparaíso, hundido por el Congreso opositor a concederle los fondos que la orientación estatista que buscan darle a la economía, la salud pública, la educación nacional y la seguridad social requiere para encaminarse en sus reformas.

El viernes 18, Boric debutó ante el foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC 2022), que se realiza en Bangkok, capital de Tailandia:participó de la XXIX Reunión de Líderes. También sostuvo una reunión bilateral con el presidente chino Xi Jingpin, reelegido en octubre por el XX Congreso del Partido Comunista para un excepcional tercer mandato al frente del Ejecutivo de Pekín. En las fotografías difundidas de las reuniones, se lo veía a Boric sentado junto a otro joven presidente, casi su coetáneo, el francés Emmanuel Macron, un derechista discreto, moderado, ajeno al fanatismo.

En una rueda de prensa, anunció que no coincidirá con sus aliados de Apruebo Dignidad (coalición que incluye al Partido Comunista), y que el precio de los transportes públicos aumentará. La protesta de estudiantes del Secundario que saltaron los molinetes del metro para combatir un aumento del boleto inició el estallido social de 2019. Desde entonces, y en atento recuerdo a su potencial incendiario, todo ha aumentado en Chile, menos el precio del transporte. Es artificial, y no se lo subsidiará como hasta ahora. No son treinta años, Boric, son treinta pesos.

AGB

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