Salvo imponderables, Federico “Fred” Machado parte hoy extraditado a Estados Unidos. Enfrentará cargos por narcotráfico y fraude que le podrían valer décadas de cárcel, pero intentará negociar una pena menor. Cuenta con el precedente de otros imputados en el expediente de Texas que alcanzaron acuerdos y el período en que estuvo detenido en Argentina, aunque la persona sindicada como su socia principal en la organización, Debra Mercer-Erwin, no pactó y fue condenada a 16 años de prisión en 2024.
En el transcurso del juicio contra la mujer, hubo párrafos de los fiscales que sugirieron que Machado era el accionista principal de la trama delictiva. Otros indicios ubicaron a Mercer-Erwin un escalón arriba, ya que era quien figuraba como dueña del fideicomiso Aircrafts Guaranty Corporation, un vehiculo oscuro utilizado para administrar más de mil aviones.
El empresario argentino resistió con todas sus fuerzas la hipótesis de ser extraditado. Si bien estaba privado de la libertad, se encontraba relativamente cómodo en la espaciosa casa ubicada a veinte kilómetros de Viedma, rumbo a la desembocadura del río homónimo. Mientras cuidaba a sus perros en esa propiedad anotada a nombre de una hermana, Machado seguía monitoreando negocios y pensaba la política de hoy con las mismas ideas libertarias que le habían tendido un puente a José Luis Espert hace seis años.
Este argentino nacido en Carmen de Patagones se sentía condenado de antemano en Texas, por ser extranjero y por el volumen público que alcanzó su caso en al menos tres países en los que hizo negocios: Estados Unidos, Guatemala y Argentina. Con el tiempo admitió haber cometido una estafa, pero siempre negó la vinculación narco. Para los fiscales de Texas, presuntas evidencias de fraudes y lavado por al menos US$ 350 millones y los vínculos del oscuro fideicomiso de Machado y Mercer-Erwin con aviones que fueron apareciendo en pistas de Centro y Sudamérica cargados de cocaína eran concluyentes sobre su culpabilidad.
Desde que fue detenido en Neuquén en abril de 2021, prácticamente una entrega voluntaria, Machado jugaba con la idea de que su vida terminaría donde nació. Ese pensamiento sombrío lo visitó a diario desde que elDiarioAR volvió a iluminar aquel nexo con la campaña del Frente Despertar de seis años atrás. La repercusión del caso a partir de la caída de Espert y su desplazamiento de la lista de candidatos de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires hace apenas un mes llevó a Machado a titulares en todo el mundo. Se precipitaron cambios abruptos en su vida, como en la de Espert. Hoy Machado, dueño de una personalidad ciclotímica y por momentos desconcertante, encara el viaje a Texas con otro ánimo.
El operativo de revocación de la domiciliaria de Machado hace un mes, su traslado a dependencias de la Policía Federal en Viedma y, desde el domingo, a una sede en Buenos Aires, y su despegue hoy están supervisados por Patricia Bullrich. En el reino ultra, que aparezcan indicios de la ministra de Seguridad en la trama Machado a través de la familia propietaria de la empresa Lácteos Vidal, Bada Vázquez, no es óbice para que la funcionaria se mantenga activa en el trámite de extradición. Los Bada Vázquez fueron clientes del fideicomiso y probablemente socios de Machado, a la vez que aportantes de campaña de Bullrich en 2023. Nada que preguntar, por ahora.
El de Bullrich y Bada Vázquez no es el único cabo suelto que requeriría, al menos, una mirada judicial. También aparecieron misteriosos movimientos en el fideicomiso de Machado por más de US$11 millones asociados a los aviones presidenciales Tango 01 y Tango 04 en 2016, primer año del Gobierno de Mauricio Macri. Ingresos y egresos con intermediarios offshore y empresas fantasma, de los que nadie da cuenta. Machado tiene la respuesta, porque algunas de esas firmas también le hicieron giros a él. Por ahora, el dueño de South Aviation calla, mientras los tribunales argentinos lo dejan ir.
La pregunta que subyace es qué resortes se activaron para que Machado fuera negado y ninguneado por sectores del macrismo que asimilaron a Espert como una útil espada hiriente durante tantos años para contener el ascenso de Javier Milei, y, de buenas a primeras, la Corte Suprema y los Gobiernos de Milei y Donald Trump aceleraran el trámite de extradición en poco más de un mes.
Por ahora, 'Fred' Machado calla, mientras los tribunales argentinos lo dejan ir
En las horas previas a que se le revocara la domiciliaria, Machado insinuó en entrevistas que conserva una alta capacidad de daño. Una vez que Espert rompió el pacto y denunció a “este narcotraficante”, “el maldito Fred Machado”, el empresario que había dilapidado al menos centenares de miles de miles de dólares entre 2019 y 2020 en la proyección de Espert se animó a cuestionarlo. Tímidamente, le reprochó que lo hubiera negado, a la vez que ratificó varias de las informaciones que había publicado este diario, como que había visitado la casa de Espert en Beccar semanas antes de ser detenido en abril de 2021, y que el acuerdo de pago (¿uno de varios?) había sido por un millón de dólares. La forma de confirmar esa cifra fue con un contrato roto dejado a la vista en la casa de Viedma, cuando la Policía Federal golpeaba la puerta para trasladarlo.
Espert pasó de actuar como un matón que proclamaba “cárcel o bala” a quien interrumpiera una calle en una protesta social o amenazaba con golpear a quien lo increpara en la vía pública a refugiarse en la suntuosa casa de Beccar que compró apenas terminó la campaña electoral de 2019.
Desde allí, imputado por presunto lavado por la fiscalía federal de San Isidro, el diputado en uso de licencia observa en silencio cómo le dan la espalda aquellos que se sirvieron de su verba ofensiva e impiadosa.
Tantos años de disimulo pese a que la asociación con Machado estaba retratada en una foto y un video publicados por la revista Noticias en 2021, y ahora le niegan hasta la presunción de inocencia. Milei, que tanto había utilizado (vía Lilia Lemoine y otros) aquella vieja sospecha mientras ambos competían por los mismos votos ultraderechistas, pasó luego a fingir demencia y venerar al “Profe”, para finalmente soltarle la mano, cuando el principal candidato de LLA quedó sepultado bajo los escombros de sus mentiras. Bullrich, la primera que se anotó para hacer leña del árbol caído.
El derrumbe de Espert disparó elucubraciones.
Hay voces relevantes del peronismo que creen que las informaciones publicadas por este medio fueron disparadas por la Embajada de Estados Unidos, con el fin de cambiar el eje de la derrota del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires y ayudar a Milei. Dentro de La Libertad Avanza, algunos llegaron a sospechar que Diego Santilli fue el motor de la denuncia, para quedarse con la candidatura principal en la Provincia. El propio Machado, que en el fondo coincide con la mirada económica de Espert y Milei (no con su violencia discursiva), cree que el escándalo que protagonizó terminó favoreciendo al oficialismo, a la luz de la remontada de la lista ultraderechista el 26 de octubre.
Demasiadas elucubraciones y demasiado rebuscadas. ¿Qué pensará Espert?
No es menor en la mente del economista, quien según refleja en el libro No va más (Penguin House, 2020), tenía la peor opinión de Juntos por el Cambio y sus dirigentes, que Santilli haya emergido como un ganador en un puesto que el propio Milei le había reservado para él, “El Profe”, contra la opinión de Karina y Santiago Caputo. ¿Más hipótesis de fuego amigo?
La carrera de Espert termina (¿termina?) como cuando se lanzó a la arena política, allá por 2018: repleta de intrigas y traiciones, sin sustancia programática y con cargas de odio que anegan la escena. Por ahora pasa un mal trago, pero el destino penal seguramente se encauzará en algún punto con los interses politicos, como suele ocurrir tarde o temprano en los tribunales federales.
En cuanto a Machado, aquel jovencito que dejó Viedma y se afincó en la costa oeste de Estados Unidos, se mudó a Florida, voló alto, demasiado alto, se encontrará en las próximas horas ante la escena que temió todos estos años: fiscales federales de Texas le dirán qué pruebas tienen en su contra y cuál es el margen de negociación.
Habrá que ver cuánto está dispuesto Machado a contar de lo que sabe, y qué les interesa escuchar a los fiscales.
SL
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