A ocho días de las elecciones provinciales en Misiones, Karina Milei aterrizó este viernes en la tierra colorada y reactivó su gira por el interior con una visita a la ciudad de Oberá, donde encabezó una caminata junto a Martín Menem, el extenista Diego Hartfield —primer candidato libertario a diputado provincial— y Adrián Núñez, presidente de La Libertad Avanza local. La actividad fue la segunda protagonizada por la secretaria general de la Presidencia en territorio misionero en menos de seis meses —había pisado Posadas en diciembre pasado—, y marcó un nuevo impulso a la campaña de la única lista autorizada oficialmente por la Casa Rosada.
Desde el mediodía, el centro de Oberá se convirtió en una escena de alto voltaje político. Entre locales y comerciantes que recibían a la hermana del Presidente con entusiasmo, no tardaron en aparecer los sectores críticos. Un grupo de productores yerbateros y tareferos, afectados por la desregulación de la actividad que impulsó Javier Milei apenas asumido, se apostó en el centro cívico con pancartas que denunciaban el abandono del sector. “Milei, no somos la casta, somos tareferos. Nos prometiste otra cosa”, rezaba uno de los carteles. Otro exigía “precio justo para la yerba mate”.
La tensión escaló cuando, al paso de la comitiva libertaria, comenzaron a lanzar hojas de yerba sobre los militantes que acompañaban la recorrida y se produjeron empujones, gritos e insultos que obligaron a la intervención de la custodia presidencial. En medio de la agitación, se escucharon arengas como “Hartfield es Milei” y, del otro lado, respuestas como “Fuera de acá, porteños. Misiones no es para amarillentos”. Karina Milei logró subir a la camioneta sin más sobresaltos y se retiró del lugar.
La agenda continuó por la tarde en Posadas, donde se sumó a la comitiva la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ya formalmente integrada al esquema libertario. Bullrich acompañó a Karina y a Menem en una nueva caminata por el centro de la capital provincial, con punto de inicio en la intersección de Colón y Entre Ríos. Más tarde, ambas participaron de una reunión con candidatos y sublemas en el salón principal del Hotel Julio César, en un acto en el que también estuvieron presentes Hartfield y Núñez.
En su segunda actividad del día en Misiones, los principales referentes nacionales y provinciales de La Libertad Avanza recorrieron varias cuadras de la ciudad capital entre saludos, selfies y gritos de apoyo. Al final del trayecto, ya en la mesa de trabajo con dirigentes locales, tomaron la palabra uno a uno. “Este país será libre, de una vez y para siempre. Yo vivo para que La Libertad Avanza esté en todo el país”, dijo Karina. A su turno, Martín Menem destacó el rol de la hermanísima en tanto “arquitecta” del armado nacional y echó un manto de sospecha sobre la transparencia del sistema electoral misionero: “No alcanza con ganar, hay que cuidar cada voto”.
Sin embargo, fue Bullrich la única que se refirió abiertamente al poder local. “En muchas provincias los argentinos no ven que el Estado se está achicando, porque allí lo mantienen o incluso lo agrandan, como el caso de Rovira en Misiones”, lanzó la ministra de Seguridad, en un mensaje que contrastó con la cautela general del espacio. Por su parte, Hartfield agradeció el acompañamiento de los vecinos. Y Núñez cerró con tono militante: “En Misiones ya ganó Javier Milei. Tenemos que seguir construyendo el faro de la libertad: vamos a triunfar”.
La semana pasada, Menem ya había estado en Iguazú, pero en esa ocasión viajó solo, sin Karina. Esa ausencia parcial fue aprovechada por el oficialismo provincial del Frente Renovador de la Concordia para sembrar dudas sobre el respaldo nacional a la lista libertaria. Adolfo Safrán, ministro de Hacienda provincial, escribió en X: “#HartfieldMiente. Queda evidenciada una vez más la forma de hacer política de algunos referentes: la mentira. Karina Milei se bajó de la visita a la provincia para no quedar pegada a él, lo que muestra que Hartfield no cuenta con el apoyo de los Milei ni del pueblo misionero”.
La jugada quedó expuesta este viernes, cuando la secretaria general de la Presidencia no solo llegó a Misiones, sino que protagonizó dos caminatas y encabezó un acto junto a los candidatos. La desmentida fue en los hechos, y dejó al oficialismo local en una posición incómoda: el intento de confundir al electorado se desarmó en tiempo real.
Desafío misionero
La elección legislativa del 8 de junio renovará 20 de las 40 bancas de la Legislatura unicameral. La Libertad Avanza no tiene representación actualmente en el cuerpo, por lo que cualquier banca obtenida significará una ganancia directa. El problema para los representantes de Milei es la dispersión: además de la lista oficial de Hartfield, competirán otras dos referenciadas en el “libertarianismo”. Una de ellas es encabezada por el diputado nacional Martín Arjol, uno de los “radicales peluca”, que fue desplazado de la UCR y ahora competirá con el sello del Partido Libertario. La otra, más disruptiva aún, postula desde la cárcel a Ramón Amarilla, líder de la revuelta policial de 2024, hoy detenido en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul.
Esa fragmentación favorece al Frente Renovador de la Concordia, que controla la provincia desde hace más de dos décadas y hoy pone en juego 11 bancas. Sin haber cerrado un acuerdo formal con La Libertad Avanza, el espacio que comanda el exgobernador Carlos Rovira incluyó en su boleta a tres figuras “libertarias” —Aryhatne Bahr, Juan Manuel Rodríguez y Victoria Cáceres—, al tiempo que, de cara a octubre, el segundo lugar en la lista de diputados nacionales sería para otra renovadora que dice referenciarse en Milei: la abogada Micaela Gacek, actual subsecretaria de Coordinación General de Gabinete del gobernador Hugo Passalacqua.
A diferencia de Chaco, donde el radical Leandro Zdero selló una alianza abierta con Milei, Rovira eligió otra vía: absorber la ola violeta y crear a sus propios “libertarios”. La estrategia, cada vez más explícita, es la de una mimetización, que muchos no dudan en calificar de un intento de lisa y llana “infiltración”. En el mapa discursivo de Misiones, hay momentos en que parece que el mandamás provincial dijera: “Milei soy yo”.
El vínculo entre Milei y Rovira, en rigor, tampoco es malo. Comenzó en 2021, cuando ambos mantuvieron una reunión reservada. Aunque las señales de acercamiento se multiplicaron con el tiempo, en 2023 hubo un momento de tensión: Misiones fue una de las pocas provincias donde La Libertad Avanza no presentó candidatos ni a diputados ni a senadores. No fue casual. La Justicia Electoral local impugnó con minuciosidad el armado libertario, bajo presión del oficialismo provincial.
Esa maniobra le permitió a la Renovación quedarse con dos bancas propias y bloquear la irrupción de un nuevo actor que hubiera puesto en riesgo su hegemonía. Durante la campaña, aunque sus legisladores nacionales iban pegados a la boleta de Sergio Massa, en los barrios comenzaron a circular ejemplares cortados con Milei presidente. En voz baja, desde la Renovación justificaban el operativo: “No vamos a regalar el territorio”.
A partir del triunfo libertario en el balotaje, la convivencia se hizo explícita. En abril de 2024, el entonces ministro del Interior, Guillermo Francos, y Eduardo “Lule” Menem viajaron a Posadas y se reunieron con Rovira. El entendimiento fue simple: respaldo legislativo a cambio de fondos y autonomía. Misiones terminó siendo una de las provincias más beneficiadas con transferencias discrecionales de la Nación durante el primer tramo de la gestión. Esa alianza silenciosa se terminó de sellar en la firma del Pacto de Mayo en Tucumán, con el gobernador Passalacqua junto a Milei en la foto oficial.
Ficha limpia y después
En La Libertad Avanza de Misiones reconocen, por lo bajo, que existe un pacto de gobernabilidad con Rovira, al que no conviene tensar más de la cuenta. Por eso, en la Casa Rosada se cuidan de no ir a fondo con las críticas, incluso cuando el bloque misionero se aparta de la línea oficial. Pero eso no les impidió presentar una lista propia en la provincia y motorizar la campaña del extenista Diego Hartfield con el respaldo directo de Karina Milei. El juego es doble: preservar la buena vecindad sin resignar proyección política.
Pero el pacto subterráneo quedó al desnudo con el escándalo por el rechazo al proyecto de ficha limpia en el Senado. A principios de mayo, los dos senadores misioneros, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, quedaron en el ojo de la tormenta luego de votar en contra de una iniciativa que el oficialismo libertario había hecho propia en la retórica pública. En los pasillos del Congreso, nadie dudó de que había sido una jugada para evitarle a Milei un costo político directo. El Presidente intentó despegarse con una escena televisiva forzada: durante una entrevista en Telefe, estiró su brazo hacia la periodista Mariana Brey y le ofreció su celular. “Decime si hay un llamado a Rovira”, dijo, mientras la cámara captaba la escena entre el morbo y la incredulidad.
Según testigos de una reunión cerrada, el propio Rovira les dijo a sus legisladores que el pedido de votar contra ficha limpia había llegado desde la Casa Rosada. El jueves siguiente, frente a unas 150 personas en el Salón de las Dos Constituciones de la Legislatura, su fortaleza política, reafirmó su visión de que el proyecto era una jugada electoral del macrismo para potenciar a Silvia Lospennato en la disputa porteña. Días después, con la victoria de Manuel Adorni y la derrota del PRO en su bastión histórico, los principales funcionarios misioneros celebraron con el hashtag #RoviraTeníaRazón.
Pero Rovira está preocupado. Más allá de los acuerdos de gobernabilidad, Milei es peligroso: ganó el ballotage con el 56% de los votos y las últimas encuestas lo muestran con alrededor de 50 puntos de aprobación en la provincia. La apuesta de Karina, Bullrich y Menem es que aquella sintonía con el electorado se vuelva a replicar este año, pero sin el Presidente en la boleta. La duda es si una sola lista puede capitalizar un voto fragmentado, en un distrito que funciona bajo la lógica de la Ley de Lemas —norma que permite que, a la hora del escrutinio, se sumen los votos de cada sublema y gane el lema que tiene más, aún cuando el candidato ganador no sea el más votado— y donde el oficialismo juega con todos los recursos. La suerte está echada.
PL/MC