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Provincia de Buenos Aires

El Excel de los votos perdidos: los datos que Kicillof y Máximo miran para la elección de noviembre

Axel Kicillof

Pablo Ibáñez

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Es un punteo, distrito por distrito, de los votos “perdidos” el 12-S respecto al 2019. Marca lo que se le fugó al Frente de Todos en menos de dos años, cómo se movió el votante de Juntos y enfoca, en paralelo, a la caída en la concurrencia, un indicador que por matemática y optimismo, abrazan en los peronismos como dato para dar vuelta, o al menos emparejar la elección, el 14 de noviembre próximo.

Es la autopista electoral de la derrota. Migración de votos y ausencias, los dos datos que un análisis pormenorizado que circula en el gobierno bonaerense, que procesan Axel Kicillof y Máximo Kirchner, para encarar una táctica de abajo hacia arriba para tratar de revertir el resultado y tratar de obtener, luego de la paliza del 12-S, una doble recuperación: simbólica, en la ida de que no todo está perdido, y en la práctica, respecto a legisladores y concejales.

“No se movieron votantes históricos del peronismo, en los barrios, vinculados a la estructura clásica. ¿Por qué no se movieron? Porque los territorios sobraron la situación, no hicieron todo lo que había que hacer”, detalla un funcionario con juego territorial y, además, entrenado en otras elecciones.

Un intendente del conurbano oeste coincide en el diagnóstico pero presenta un interrogante. “Quizá no fueron porque no tenían ganas de votarnos y lo que hicieron fue no ir para no votarnos en contra. Ahora se pueden movilizar más pero ¿estamos seguros de que nos van a votar si no generamos un mejor clima?”, le dijo el alcalde a elDiarioAR.

Un ejemplo para entender la magnitud de la fuga de votos. En La Matanza, en 2019 el FdT sumó 519624 votos pero en la última PASO, acumuló 290.492. Solo en ese distrito, un dominio emblemático del peronismo, se “perdieron” 229,132 votos. Casi un cuarto de millón.

Representa, aunque en el distrito que gobierna Fernando Espinoza, la diferencia que obtuvo el FdT fue de las más altas de la provincia, casi un 10% de los 2.347.776 votos que según el Excel que analizaron Kicillof y Máximo se le escaparon al peronismo en menos de dos años.

Hay un dato, que destaca el informe, que encendió todos los alertas de la mesa política del FdT, Comparado con el 2019, el oficialismo perdió votos en los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires pero en 33 de esos distritos, la merma de votos en cantidades absolutas, fue de más del 50%. Es decir: sacó menos de la mitad de los votos que en la elección de dos años atrás.

En ese subgrupo aparecen territorios del conurbano gobernados por el FdT como, por citar algunos, Quilmes, a cargo de Mayra Mendoza, Moreno de Mariel Fernández y Merlo de Gustavo “Tano” Menéndez. De los 33 donde la caída de votos fue de más del 50%, el frentodismo solo ganó en cuatro.

La caída de votos del FdT se vincula, dicen en el PJ, con la ausencia. Trazan una paralelismo directo entre descenso de porcentaje del oficialismo con baja de la concurrencia. Es un dato que se repite. Según coinciden intendentes y funcionarios, en el conurbano la asistencia fue menor en barrios filo PJ que en los centros que son, en general, opositores. “Faltaron votos que en general se reparten 7 a 3 a favor nuestro. Eso no fue”, apunta un dirigente.

Con esa matemática, que Máximo Kirchner hizo con la mesa chica de La Cámpora y que los intendentes hizo cada uno por su lado en su territorio, hay un clima general en el FdT de que se pueden acortar la diferencia en al menos 300 mil sobre los más de 360 mil que Juntos, con la sumatoria que lograron Diego Santiili y Facundo Manes, obtuvo en la cuenta última.

“Hay 300 mil votos de sectores que no pasaron a la general. Y se puede mejorar mucho entre los que no fueron. Aunque se crezca en proporción, tenemos la posibiliad de queda pegados o un poquito abajo”, proyectó un funcionario. “Si ganamos por un voto, salimos a festejar”, agregó otro.

Comparaciones

Hay, claro, una observación metodológica respecto a cómo se trazan las comparaciones y que lo correcto sería medir legislativa con legislativa. Es cierto pero cuando se define la táctica electoral, el plan de campaña y la logística para el 2021 sobre un “votante posible”, en el FdT entienden que lo logrado en el 2019 fue un número posible, aunque haya en el tránsito entre ambas elecciones votantes que se vayan o no repitan.

En 2019, según el Excell de Kicillof y máximo, el FdT ganó en 65 municipios pero en 2021 lo hizo solo en 26 municipios, la mayoría del Gran Buenos Aires, y en todos lo hizo por menor diferencia. El dato paradóijo es que ganó en uno, General VIllegas, donde había perdido en el 2019 y esta vez ganó.

“Axel se va a poner la campaña encima, no va a esperar lo que defina Nación. Victoria (Tolosa Paz) ya está haciendo el mano a mano en los barrios, y vamos a provincializar la campaña para hacer un trabajo más fino”, confió a elDiarioAR una fuente del gobierno bonaerense, que participa del diseño de la campaña. La provincialización de la campaña no implica sacar a Alberto Fernández de la marquesina pero si, de mínima, seguir una lógica y agenda propia.

“En 2013, también porque se enfermó, pero Cristina salió de la campaña y se la dejó a Insaurralde y Scioli”, recordó un dirigente. Aparece, en paralelo, el reproche de algo que cruzó todo el proceso previo: desorden en la agenda, campañas encimadas y mensajes confusos. “Fue la peor campaña del peronismo en 30 años”, dictaminó un veterano dirigente.

Con los cambios de gabinete, se supone que también se logrará otra dinámica: no porque pueda, en siete semanas, lograr efectos en materia de gestión pero si un mayor involucramiento de los territorios en el día a día. La llegada de Martín Insaurralde a la jefatura de Gabinete y la de Leo Nardini a Infraestructura, alcaldes de la Tercera y Primera sección respectivamente, suponen -en teoría- que el PJ y los intendentes se meten en la gestión y, en consecuencia, en la campaña para la general de noviembre.

Hay, como siempre, reproches cruzados. Algunos imputan a Máximo Kirchner no haber permitido que haya primarias en el FdT, lo que le dio resultado a Juntos, mientras que otros señalan a los intendentes que jugaron a medias.

“El día de la elección hay que movilizar a 50 militantes para que estén en los barrios, acompañen, marquen presencia. Hay que recuperar eso que en la primaria no se hizo. ¿Alcanza para darla vuelta? Nadie sabe pero hay que hacerlo”, apuntó un funcionario.

PI

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