15 allanamientos a la sede de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), la Droguería Suizo Argentina, los domicilios de la familia Kovalivker y, como frutilla del postre, el country donde reside el ex titular de la ANDIS, Diego Spagnuolo. Con esta imagen, Javier Milei cerró la peor semana de su gobierno. De la emergencia en Discapacidad a las coimas en Discapacidad, el Gobierno encadenó sus fracasos legislativos con los coletazos sanguinarios de una guerra interna que aún busca un chivo expiatorio. Y los dolores de cabeza, prometen desde las filas opositoras, están recién empezando.
“Esto es un desastre, dicen que hay más audios. Tenés a 5 grupos de librepensadores que le hablan a Milei y se tiran mierda entre sí. Caputo, Karina, los Backstreet Boys de las redes, Francos. Todos se pinchan entre sí y acá tenés el resultado”, masculla, irritado, un armador del cosmos libertario. En las filas de La Libertad Avanza coquetean entre la furia y el hermetismo. Quienes no mantienen un silencio iracundo, buscan culpables. De todo: de la volteada del veto a la emergencia en Discapacidad en Diputados, del rechazo de los decretos en el Senado, de la sanción del Garrahan o de la filtración de los audios de Spagnuolo.
Las acusaciones sobrevuelan entre las terminales de la interna libertaria. La hermana presidencial, Karina Milei, quedó en el ojo de la tormenta por ser la supuesta beneficiaria del mecanismo de coimas que menciona Spagnuolo en los audios filtrados. Pero en LLA descuentan que será otro el funcionario que se lleve la marca. Y es ahí que los ojos se posicionan sobre el otro protagonista de los audios: Eduardo “Lule” Menem, la mano derecha de Karina. “Se compró todos los números”, desliza un viejo enemigo interno.
Los coletazos de la interna del triángulo de hierro, con Santiago Caputo de un lado y Karina y los Menem del otro, superan, sin embargo, el escándalo por el supuesto caso de corrupción. Solo esta semana, el descontrol de la cúpula libertaria se vio reflejada en otras dos ocasiones. Ambas en el Congreso.
Una fue la ruptura del bloque libertario en medio de una de las sesiones más importantes del Gobierno. Minutos después de que la oposición consiguiera los dos tercios para voltear el veto a la emergencia en Fiscapacidad, Marcela Pagano y Carlos D’Alessandro anunciaron que abandonaban LLA para crear su propio bloque, junto a la excomulgada Lourdes Arrieta, llamado “Coherencia”.
“Usted no es casta. Pero lo rodea. Y lo peor: lo manipula. Le han tomado el timón y lo conducen, como en los días más oscuros de nuestra historia, hacia la tormenta. Lo están llevando hacia el abismo, Presidente. No lo hacen enemigos, sino sus ‘amigos’”, advirtió, con dureza, Pagano en una carta abierta a Milei. Sin ahorrar en sutilezas, la ex periodista apuntó contra los Menem y la hermana presidencial, oficializando una ruptura que venía gestándose hace más de un año. Pero que se consolidaba, finalmente, el día de la sesión.
No fue solo un gesto, una puesta en escena. Fue un golpazo. Pagano y D’Alessandro, que presidirá el bloque, no solo votaron todas las iniciativas vetadas por Milei. Cometieron la traición máxima: votaron a favor de reactivar la comisión $LIBRA, el fantasma que sobrevuela hace meses a los hermanos Milei.
La segunda demostración del caos de la conducción libertaria se vio reflejada en las derrotas legislativas. En solo 48 horas, la oposición le asestó 10 profundas derrotas legislativas: le volteó el veto a la emergencia en Discapacidad, aprobó el desempantanamiento de la comisión $LIBRA, sancionó la ley de reparto de Aportes del Tesoro Nacional de los gobernadores, le rechazó cinco decretos desreguladores, sancionó la emergencia en el Hospital Garrahan y la ley de presupuesto universitario.
Y lo hizo casi todo consiguiendo dos tercios en el Senado y Diputados. Es decir que el peronismo y el pichettismo lograron romper las alianzas estructurales del Gobierno con radicales, PRO y gobernadores. Si bien LLA pudo celebrar haber blindado el veto al aumento a los jubilados, el logro se perdió en la avalancha de tortazos legislativos que le mostraba, con fiereza, que Milei estaba más solo que nunca.
Milei había comenzado mal la semana y la terminó peor. Y promete empeorar.
La oposición huele sangre
La crisis no terminó, sino que amenaza con profundizarse. Y no solo por la interna fraticida del Gobierno, sino porque la oposición huele sangre. “Acá dejan el arco libre y nosotros le vamos a meter todos los goles juntos, sin ninguna duda”, prometió el jefe de la bancada peronista en el Senado, José Mayans, en la sesión del jueves. Horas después, el formoseño mantuvo conversaciones con Miguel Ángel Pichetto, a quien conoce hace más de 30 años, sobre la posibilidad de avanzar en un juicio político contra Milei y su hermana.
La idea no cobró vuelo, sin embargo. La propia Cristina Fernández de Kirchner, que salió con dureza a cuestionar a Milei vía Twitter, lo desactivó. El pichettista Oscar Agost Carreño, mientras tanto, optó avanzar con una interpelación contra el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Salud, Mario Lugones, para que vayan a Diputados a brindar explicaciones. La iniciativa todavía tiene que aprobarse, aunque, curiosamente, el Gobierno mismo se anticipó: este miércoles al mediodía, Francos asistirá a la Cámara de Diputados a brindar el informe de gestión. Y en la oposición los esperarán con los tenedores afilados.
Mayans, mientras tanto, aprovechará para juntar los dos tercios para insistir en la emergencia en Discapacidad. Mientras los diputados esperan a que Milei vete formalmente el aumento al financiamiento universitario y la emergencia en el Garrahan, el peronismo en el Senado estará preparándose para terminar de voltear el veto de Milei. El objetivo es convocar una sesión para los primeros días de septiembre. Hace más de 20 años que el Congreso no logra voltear un veto presidencial.
El verdadero desafío para Martín Menem, sin embargo, llegará el jueves, cuando se reúna la comisión investigadora $LIBRA. La comisión está empantanada hace cuatro meses debido al empate de integrantes del oficialismo y la oposición que han impedido la designación de autoridades. Hasta ahora. La oposición aprobó el miércoles una modificación del reglamento que habilita que, en casos de empate, la presidencia caiga en manos del principal bloque opositor. Es decir, de Unión por la Patria, que viene proponiendo la candidatura de Sabrina Selva.
Esto significa que el jueves, la oposición podrá dar rienda suelta, finalmente, al trabajo de la comisión. Se podrá pedir material probatorio a la Justicia y a organismos públicos. Y lo que es más importante: la oposición tendrá la facultad de traer por la fuerza a testigos a declarar. Los nombres sobran. Desde el ex asesor de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Sergio Morales, hasta el mismo ministro de Economía, Luis Caputo.
Y todo se desarrollará durante la campaña electoral, mientras el Gobierno busca aplacar otro escándalo de corrupción.
MC/MG