Manzur, el lazo con Estados Unidos y el teléfono de la mujer de Biden

Entre el gran abanico de relaciones que exhibe como credencial, Juan Manzur tiene un lazo poderoso que lo une a Estados Unidos y lo convierte en uno de los dirigentes del peronismo que mejor sintoniza con la comunidad de negocios de Nueva York. El ahora jefe de gabinete no sólo ostenta un vínculo de lo más estrecho con empresarios locales como el ex presidente del Congreso Judío Latinoamericano Adrián Werthein y tiene una llegada envidiable a la embajada norteamericana en Buenos Aires. Además, viajó varias veces a Washington en los últimos años y aceitó sus contactos con el Departamento de Estado y la OEA a partir de su cercanía con el argentino Gustavo Cinosi, dueño de la franquicia del Hotel Sheraton de Pilar y asesor especial del uruguayo Luis Almagro en la OEA. 

En la larga lista de instituciones con las que Manzur acredita conexiones figuran la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la Universidad George Washington, el Atlantic Council, el City College de Nueva York, el Centro Woodrow Wilson, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) y empresas farmacéuticas que son líderes en el negocio global de los medicamentos, como Mylan, con presencia en 156 países.

Sin embargo, ninguno de esos contactos cotiza tan alto como el que Manzur mantiene con Jill Tracy Jacobs Biden, la primera dama de Estados Unidos. Ahora en uso de licencia, el gobernador de Tucumán aterrizó en la Casa Rosada dispuesto a hacer valer una capacidad de lobby que no reconoce fronteras. Según le dijo a elDiarioAR, una de sus colaboradores históricos, Manzur recordó en las últimas horas ante su entorno que puede levantar el teléfono y hablar con la mujer del presidente norteamericano si es necesario. Tal vez, alguien lo esté pensando en momentos en que el gobierno nacional acaba de pagar 1900 millones de dólares al Fondo Monetario y tiene que llegar a un acuerdo con el organismo antes del 22 de diciembre, la fecha límite para el segundo vencimiento de deuda que tiene Argentina este año con la entidad donde Estados Unidos pesa como nadie.

La relación de Manzur con la Primera Dama norteamericana tiene por lo menos cinco años, pero para el ex ministro de Salud de Cristina Fernández comenzó a cobrar mayor importancia en enero pasado, cuando Biden se convirtió en el sucesor de Donald Trump. 

Hace poco más de seis años, en junio de 2016, la esposa del presidente estadounidense visitó la Argentina en su rol de aquel entonces, viceprimera dama del Biden que era vicepresidente de Barack Obama. Docente de formación y doctora en Educación, Jill Biden estuvo junto a Esteban Bullrich, el primer ministro de Educación de Mauricio Macri, visitó a Juliana Awada en la residencia de Olivos y viajó después acompañada por el embajador Noah Mamet a la provincia argentina que quería conocer, la Tucumán de Manzur.

De 70 años y casado con Biden desde 1977, la ahora primera dama declaró entonces que quería conocer el lugar en el que se declaró la independencia argentina. Visitó la Casa de Tucumán, comió empanadas con el gobernador y dio finalmente un discurso frente a 1500 maestros en el Teatro Mercedes Sosa.

“Soy de Filadelfia, en Pensilvania, el lugar donde nació Estados Unidos; del mismo modo que Tucumán es el lugar donde nació Argentina, es por eso para mí un honor estar hoy con ustedes. Así que tenemos mucho en común”, dijo Biden en inglés ante los docentes argentinos. Según afirmó Manzur a modo de agradecimiento, se trató de “la presencia más importante de Estados Unidos que haya tenido Tucumán en sus 200 años de historia”. 

“El presidente Barak Obama fue un maestro, Domingo Sarmiento fue un maestro, el papa Francisco fue un maestro. Ustedes están entre lo mejor que nuestros países tienen”, dijo Biden y recordó que cuando su esposo se convirtió en 2009 y se mudaron a Washington, decidió seguir dando clases. “Enseñar no es solo lo que hago, es lo que soy”, dijo.

La gestión de Manzur como gobernador estuvo marcada por las reiteradas misiones comerciales, científicas y culturales a Estados Unidos y las reuniones con funcionarios y autoridades de los organismos internacionales que tienen sede en Washington. En septiembre de 2019, sin ir más lejos, el ahora jefe de Gabinete viajó a la capital norteamericana como presidente pro tempore de la Zona de Integración del Centro Oeste de América del Sur para firmar un acuerdo con el empresario Cinosi y el titular de la OEA Luis Almagro. Apenas dos meses después, la relación entre Almagro y el presidente electo Alberto Fernández llegaría al máximo de tensión durante las jornadas que marcaron el golpe en Bolivia contra Evo Morales, cuando Almagro y la OEA denunciaron fraude por parte del líder indigenista y le dieron el respaldo al gobierno de facto de Jeanine Añez.

DG