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Apertura de sesiones ordinarias

En un mensaje contradictorio, Milei despotricó contra los políticos y los invitó a un pacto de unidad nacional

Javier Milei, escoltado por Victoria Villarruel y Martín Menem, en la apertura del 142º período de sesiones ordinarias del Congreso.

Pedro Lacour

2 de marzo de 2024 00:24 h

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En un clima de extrema tensión, tanto dentro como fuera del recinto, Javier Milei tuvo su primer frente a frente con la “casta” que tanto desprecia. El Presidente dio por inaugurado el periodo de sesiones ordinarias del Congreso con un discurso confrontativo, plagado de menciones religiosas y frases grandilocuentes, pero que sin embargo no pudo escaparle a la contradicción: luego de trazar un tajante “ustedes” y “nosotros”, sus palabras desembocaron en un llamado a la unidad nacional, con la invitación a la dirigencia política en su conjunto para firmar lo que denominó “Pacto de Mayo”, en Córdoba, el próximo aniversario de la primera junta.

“Si eligen el camino de la confrontación, se encontrarán con un animal muy distinto al que están acostumbrados”, había desafiado Milei apenas unos pocos minutos antes de hacer esa convocatoria, en uno de los tramos más calientes de su exposición, que fue leída desde un atril ubicado frente al estrado de la Cámara de Diputados. Con dardos teledirigidos a los políticos, el libertario no vaciló en anunciar que llevará adelante “el cambio” que le prometió a la sociedad “con o sin las herramientas que nos puedan brindar”. Y que, en caso de no contar con ellas, lo que hará será “gobernar únicamente con los resortes legales del poder ejecutivo, como venimos haciendo hasta ahora”.

“Porque nosotros no vinimos a jugar el juego mediocre de la política, no vinimos a prestarnos al toma y daca de siempre. Nosotros cuando nos encontramos con un obstáculo no vamos a dar marcha atrás, vamos a seguir acelerando”, sostuvo Milei, en medio de los aplausos de los legisladores de La Libertad Avanza presentes en el recinto y tras advertirle a la oposición que “si lo que buscan es conflicto, conflicto tendrán”.

El discurso presidencial había comenzado con la mención de lo que Milei calificó como un “esquema putrefacto” de “más de 100 años”, basado en “un desastre económico, una orgía de gasto público y de emisión monetaria”. El Presidente pidió “paciencia y confianza” a los argentinos para poder percibir “el fruto de las reformas” implementadas y recordó al expresidente Carlos Saúl Menem. “Él le hablaba al pueblo argentino en un contexto con algunas similitudes económicas con el contexto actual”, planteó. Y añadió que, al igual que Menem hace tres décadas, él también estaría obligado a tomar “decisiones difíciles”. “Hace 35 años dijo que el coraje de un pueblo no se comprueba únicamente en el campo de batallas o al enfrentar desgracias, sino que también se comprueba por la cantidad de verdades que es capaz de soportar”, lanzó.

Nosotros cuando nos encontramos con un obstáculo no vamos a dar marcha atrás, vamos a seguir acelerando

Tampoco estuvieron ausentes las referencias a los gobernadores, a los que Milei confrontó y cuya cruzada tuvo su punto más álgido en la pelea con Ignacio Torres por los fondos de la coparticipación. El libertario se refirió indirectamente al chubutense cuando mencionó a los “degenerados fiscales”, un mote que había utilizado contra él en X. También apuntó sin mencionarlo contra el radical Gerardo Morales, que fue noticia esta semana por la liberación de dos hombres que estaban presos en Jujuy, acusados de publicar en redes sociales rumores sobre una supuesta infidelidad de su esposa. “Ofende el silencio de aquellos que se dicen republicanos”, repitió dos veces.

Por otro lado, Milei anunció el cierre de Télam, la agencia de noticias del Estado, de la que dijo que se convirtió en una herramienta de “propaganda kirchnerista”. Y festejó como un logro de su corta gestión la reducción del gasto público (un ajuste que catalogó como “el más profundo de la historia”) y la desaceleración de la inflación, pese a que el IPC calculado por el INDEC acumuló entre diciembre y enero más del 50%. En ese momento, reprodujo su mantra de que si no se hubiese hecho el ajuste fiscal, la inflación hubiera escalado al 7.500% anual. En la previa se había especulado sobre algún anuncio vinculado al plan de dolarización, pero Milei se limitó a explicar el sentido de las medidas que tomó su gobierno, de las que, según sus propios dichos, se verán sus peores consecuencias en marzo y abril.

“Pacto de Mayo”

Finalmente, cuando promediaba la hora de discurso, Milei anunció la tan esperada “sorpresa”: un llamado a la dirigencia política a “deponer intereses personales” y “encontrarnos el 25 de mayo en Córdoba, para un nuevo contrato social llamado Pacto de Mayo”. En un llamativo tono conciliador, disonante con el que había tenido hasta ese momento, les propuso que le “demuestren que la política es más que lo que es, que podemos aspirar a ser mejores”. Y aseguró que el país atraviesa “un momento histórico”, para “hombres o mujeres de Estado” que “piensan en la historia” y “están dispuestos a arriesgarlo todo en beneficio de la Nación, porque arreglar este país requiere de enormes sacrificios”. Sin embargo, aclaró que ese pacto de 10 puntos tendrá condiciones: los lineamientos del consenso estarán sujetos a la aprobación previa de la presentada “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” y a la firma de un nuevo pacto fiscal.

De esa manera, Milei defendió tanto el proyecto de Ley ómnibus (del que dijo que fue “manoseado” por la oposición) como el mega DNU de desregulación de la economía, en línea con la reunión que por la tarde mantuvo el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, con los diputados y senadores del oficialismo. Allí se enfatizó en la necesidad de trabajar en los capítulos que habían sido aprobados y así impulsar su “tratamiento por separado”.

La jornada de este viernes contó con al menos dos particularidades inéditas: Milei habló por la noche, a las 21, en lugar de hacerlo al mediodía, con el argumento de que eso ayudará a tener una mayor audiencia televisiva. Se trató de un cambio tan disruptivo como otro: lo hizo parado, delante de un atril que estuvo ubicado frente al estrado, en una puesta en escena que buscó emular el formato del recinto del Capitolio de los Estados Unidos.

Técnicamente, fueron las primeras palabras que pronunció Milei como presidente ante el conjunto de los legisladores, a quienes no duda en tildar de “coimeros” y “extorsionadores” cada vez que tiene oportunidad. En diciembre, en una decisión atípica, el libertario pateó el tablero al no realizar su discurso de asunción en el recinto de la Cámara de Diputados —el “nido de ratas” que supo tenerlo sentado en una de sus bancas— y sí hacerlo en la explanada del Palacio Legislativo, desde donde se dirigió a la multitud que había llegado a la plaza del Congreso para escucharlo. “No hay plata” fue el leitmotiv de aquel discurso al que tampoco le faltaron ínfulas refundacionales.

PL/DTC

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