Mesa política de peso y despliegue territorial: lo que Macri tenía y a Larreta le falta

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Un larretista crítico mete el dedo en la llaga del proyecto Horacio presidente. Compara el armado político que Mauricio Macri tenía en 2014 con el que ahora, en el año previo a las presidenciales de 2023, exhibe Horacio Rodríguez Larreta. En 2014, el entonces alcalde Macri delegó sus ambiciones presidenciales en tres personas. El estratega era Marcos Peña, con la asistencia del consultor Jaime Durán Barba. El negociador y constructor de alianzas era Emilio Monzó. Y el encargado de la gestión diaria en el gobierno porteño era Rodríguez Larreta, que en ese momento era el jefe de gobierno de Macri. “Más allá del resultado de la presidencia posterior, ese era un dream team. Y el sistema de toma de decisiones era vertical y funcionaba”, recuerda el dirigente con nostalgia. 

Hasta la semana pasada, Larreta tenía tercerizado su plan presidencial en figuras de perfil mucho más bajo y de menor peso político. Su equivalente al Marcos Peña de Macri es el secretario de Comunicación, Contenidos y Participación Ciudadana de la Ciudad, Federico Di Benedetto. Su varón con vocación por el arte de la rosca es Eduardo Macchiavelli, secretario de Asuntos Estratégicos de la Capital. Y la gestión porteña quedó en manos de Felipe Miguel, el jefe de gabinete de Larreta. 

Cerca del alcalde admiten que en la comparación histórica sale ganando la escudería macrista de 2014. Y asumen que el equipo necesita refuerzos y un reordenamiento, frente al desafío de ir por la presidencia el año que viene. Con un agravante: a diferencia del camino allanado que encontró Macri dentro de Cambiemos en 2015, con una PASO ante meros sparrings, en adelante Larreta tendrá competencias reales y encarnizadas al interior de Juntos por el Cambio. Tanto por fuera como dentro del PRO. Patricia Bullrich ya demostró que no le dará tregua. A los 65 años, la presidenta del PRO entiende que en 2023 se jugará su bala de plata para llegar a la Casa Rosada. El gobernador y jefe de la UCR, Gerardo Morales, ensaya una tercera vía centrista para distinguirse del partido amarillo. Y el radical Facundo Manes también se anota en la pulseada, con perfil de outsider y prédica cientificista. 

Ante ese panorama hostil, Rodríguez Larreta pretende fortalecer su red de armadores rumbo al 2023. ¿Con quiénes? Los diputados Diego Santilli, Cristian Ritondo y el ex intendente de Vicente López Jorge Macri. Con ellos el alcalde almorzó el martes pasado en el Centro Cultural Recoleta. Ritondo estuvo por zoom. Mudado electoralmente a la Provincia de Buenos Aires, Santilli será el coordinador de esa nueva mesa. En la mueblería política de Larreta abundan los encuentros y los equipos que por momentos se solapan. Esa cultura del reunionismo es uno de los puntos que le critica Emilio Monzó. El diputado PRO-peronista está cerca de sumarse a la mesa integrada por Santilli, Ritondo y el primo de Mauricio Macri, a su vez nuevo ministro de Gobierno de la Capital. Monzó habla casi a diario con Santilli y Larreta. Pero pone una condición para concretar el pase: que el alcalde abandone el esquema radial de construcción de poder y apueste por una organización política más ordenada y jerárquica. 

Mauricio, ¿el ordenador herbívoro?

Monzó considera que Rodríguez Larreta puede ser la esperanza blanca de los moderados cambiemitas en 2023. Para Macri, en cambio, imagina otro papel. “Aspiro a que esté en la cabecera de JxC para ordenar este espacio; no para ser candidato”, opinó ante La Nación. El senador Luis Naidenoff también pensó en Macri, cuando reclamó un antídoto contra el caos en el que, por momentos, convive la familia opositora. Tras ganar la elección en 15 provincias, el clima triunfal de JxC se diluyó rápidamente. En los últimos dos meses, Juntos acumuló episodios de internismo explícito, la fractura del bloque radical en Diputados y un paso de comedia en el intento por modificar el impuesto a los Bienes Personales.

Pero no existe consenso respecto a quién podría armonizar a las tribus de JxC. El elegido no debería contar con una agenda de intereses propios rumbo al 2023. Pero en Juntos por el Cambio todavía no abundan los leones completamente herbívoros. Procesado en una de las múltiples causas por espionaje ilegal que protagonizó la AFI amarilla, Macri no está en condiciones de mostrarse fuera de la carrera electoral. 

Una mesa demasiado ambeña

De la mano de Santilli, Jorge Macri y Ritondo, Larreta le agregó expertise al equipo que proclama Horacio presidente. Al momento, los protagonistas de esa mesa eran Eduardo Macchiavelli, Bruno Screnci, Alvaro González, Fernando Straface y Augusto Rodríguez Larreta, más algunos invitados itinerantes. El déficit de la construcción larretista, sin embargo, está por fuera del AMBA. Santilli, Jorge Macri, Ritondo y hasta Monzó, en caso de concretarse su incorporación, son cuatro precandidatos a la gobernación bonaerense. 

En el resto del país no existe una red de punteros, candidatos, aspirantes y operadores que militen de forma exclusiva por el alcalde porteño. Con un problema extra: a los referentes indiscutidos de las provincias, como Rogelio Frigerio en Entre Ríos e Ignacio Torres en Chubut, ambos ganadores de las legislativas y aspirantes a la gobernación, no les resultará fácil tomar partido por Rodríguez Larreta en la interna de JxC. Mejor dicho: al alcalde le costará imponerles un contrato de fidelidad con su candidatura presidencial. Porque la mayoría de los gobernadores especula con la posibilidad de adelantar el calendario electoral del 2023 y despegarlo de la elección nacional. Con un fixture provincial corrido de la presidencial, los candidatos cambiemitas no se podrán dar el lujo de apostar solamente por Larreta, despreciando el apoyo de Patricia Bullrich o de cualquier figura nacional que les sume algún voto.   

“En consultoría, marketing y planes de gobierno estamos bien. Horacio es el único que tiene el respaldo de economistas, sociólogos y gente seria que piensa el post-23. Pero nos falta despliegue territorial amplio”, afirma un armador porteño. Ese intento de nacionalizar al alcalde además chocará de frente con el trabajo que realizó Patricia Bullrich en la última campaña. 

Aunque el equilibrista Larreta evitará esa colisión con La Piba. El alcalde elude el conflicto con sus aliados vigentes y potenciales. Con los halcones, las palomas y los no alineados. Eso explica que todavía no haya echado a Juan Sebastián de Stéfano del directorio de Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE). Pese a los reclamos cada vez más urgentes de Elisa Carrió, Larreta lo mantiene en su puesto. El abogado De Stéfano ocupó el directorio de Asuntos Jurídicos de la AFI macrista. Llegó a ese lugar por pedido de Daniel Angelici bajo la presidencia de Macri. El radical De Stéfano fue el protagonista locuaz de la reunión realizada el 15 de junio de 2017 en un edificio del Banco Provincia. Ahí, el exministro de Trabajo de María Eugenia Vidal blanqueó sus ganas de contar con una policía secreta como la de los nazis para terminar con los sindicalistas.

AF