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Guerra en Ucrania

Rusia y Argentina, un romance político que se queda en la primera cita a la hora de los resultados económicos

Fernández, con Putin, en Moscú. Principios de febrero. El Presidente le solicitó a su par ruso que Argentina sea "la puerta de entrada de Rusia a América latina".

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La relación bilateral entre la Federación Rusa y Argentina es un vínculo, hasta ahora, más fuerte en lo político que en los resultados económicos concretos y eso es lo que pareciera estar en riesgo para el gobierno de Alberto Fernández si acompaña las sanciones de Occidente contra Rusia o una condena a la guerra que apele directamente a Vladimir Putin: la apuesta de un romance que en los últimos años se quedó en un touch and go, según las fuentes consultadas por elDiarioAR.

El romance se basa en acuerdos ambiciosos que lejos, por ahora, de las sanciones a Rusia por la invasión a Ucrania, continúan vigentes, según informaron dos fuentes oficiales a este medio. Pero poco han avanzado o está previsto que avancen, no sólo por el contexto internacional marcado por la guerra sino por cuestiones propias de Argentina que ya han retrasado otros pactos de colaboración con Rusia. Una fuente oficial del Ejecutivo definió la relación entre Argentina y Rusia como “muy buena primera cita que después no avanza en una relación concreta”. 

“La responsabilidad es nuestra y tiene que ver con nuestras internas y trabas dentro del Estado argentino”, reconoció uno de los hombres que conoce de primera mano los pormenores de la relación bilateral. “Nuestro desorden interno hace muy difícil que los acuerdos marco se consoliden”, sostuvo la fuente, en base, dijo, a la experiencia con los acuerdos marco que se vienen celebrando con Rusia y otros países en la última década.

El presidente Alberto Fernández se refirió a la guerra con Ucrania como una “invasión” recién el 1° de marzo, durante su discurso por la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso. A principios de febrero, cuando ya se temía la invasión a Ucrania, había estado más de tres horas reunido con Putin en Moscú y hasta fue invitado al despacho del presidente ruso, algo que algunos señalaron como un gesto diferencial con otros mandatarios en visitas oficiales. Fernández le pidió a Putin que Argentina fuera la “puerta de entrada de Rusia a América Latina”.

“Alberto Fernández fue en el último viaje a abrir la puerta comercial a Rusia -explicó una fuente del Ejecutivo-. Hay que tener en cuenta que somos competitivos en el mercado porque ambos países tenemos cosas similares para exportar. El intercambio comercial está lejos en el ranking de los 50 principales de Argentina”.

¿Cuáles son las bases de esta relación bilateral? El juego de doble nivel, dice un funcionario ante la consulta. “Rusia sirve para abrir otras puertas y plantarse mejor frente a los Estados Unidos a la hora de negociar”, explicó un funcionario del Ejecutivo. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kichner fue quien mejor cultivó ese vínculo con Putin durante sus gobiernos.  

¿Cambiará ese vínculo si prospera el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional? No. “Rusia es vista como fuente de inversiones, pero no es una alternativa al FMI en materia de financiamiento (como lo fue Venezuela entre 2005 y 2008). Si no hay acuerdo con el Fondo, también será más difícil para empresas rusas o chinas invertir en Argentina por el default con el organismo, un previsible endurecimiento de los controles cambiarios y la consecuente incertidumbre respecto del acceso al mercado de cambios”, explicó Ignacio Labaqui, politólogo y profesor de la UCA y la universidad del CEMA.

¿Qué tan necesaria es la relación con Rusia? En términos de comercio internacional, el intercambio es pequeño comparado con países como China, pero la balanza comercial suele ser a favor de Argentina a excepción del periodo 2013-2015, cuando Argentina importó fuel oil, explicó a elDiarioAR Matías García Tuñón, coordinador general de la Cámara Argentino Rusa. “Con la llegada de Macri se cortaron las compras de fuel oil y se recuperaron las exportaciones argentinas”, agregó. 

Los números difieren un poco si se analizan las estadísticas locales y las declaradas por Rusia y reflejadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU). En 2020, el país exportó US$612,2 millones a Rusia, según datos del Indec. El 87,5% fueron alimentos: leche y productos lácteos, frutas y vegetales, especialmente cítricos; carnes y despojos comestibles; pescados y crustáceos; semillas y frutos oleaginosos.

Según los datos informados por Rusia, Argentina exportó a ese país US$811 millones, una diferencia de US$200 millones con respecto a los datos locales. Sólo representó el 0,4% de sus importaciones globales, aunque los datos son de 2020, cuando el intercambio comercial bajó notablemente. 

La principal importación de Rusia no es material bélico ni nuclear. Es fertilizante, explicó García Tuñón. Según las cifras que maneja la Cámara Argentino Rusa, el país importó casi 500 toneladas de fertilizante por casi US$250 millones en 2021. El Indec sostiene que es más de la mitad del total de importaciones desde la Federación. También se importan productos para la industria petrolera y petroquímica, entre otros.

“Uno de los mejores momentos de la relación comercial fue en 2008. Las exportaciones argentinas rozaron los mil millones de dólares y Rusia casi duplicó las suyas. Rusia volvió a tener records de exportaciones a Argentina entre 2013 y 2015. Esos picos se deben en gran parte a la importación de Argentina de combustible por la crisis energética”, afirmó García Tuñón. “Si bien el comercio bilateral bajó durante los dos primeros años de Macri, cuando cortó esas compras de combustible, pero volvió a repuntar en la última fase de su gobierno”, añadió el coordinador de la Cámara Argentino Rusa.

La vacuna

Sí hay un dato que sobresale en las estadísticas de la Cámara Argentino Rusa: entre 2020 y 2021 hubo un salto cuantitativo en uno de los ítems identificado en la lista de importaciones como “Secreto estadístico”. Se refiere a las vacunas Sputnik. Si bien todas las cifras crecieron el año último por el repunte de la economía global tras el primer año de pandemia, este ítem casi se triplicó entre 2020 y 2021 y pasó de 67.894 toneladas (por US$52,7 millones) a 179.774 toneladas (US$342,8 millones) en el último años. Datos que permiten evaluar cuánto pagó el Estado por las vacunas rusas, que representaron el 25% de las compras a la Federación, afirmó García Tuñón.

En la reunión Putin-Fernández, a principios de febrero, el líder ruso remarcó que “Argentina fue el primer país en Latinoamérica en registrar la vacuna Sputnik” y que “hay mucho potencial para nuestro comercio y ámbito económico y en el último año hemos visto un buen ritmo de crecimiento”, según la agencia Télam.

Una pequeña parte de las importaciones del ítem “secreto estadístico” fueron realizadas por Laboratorio Richmond para la producción local de la vacuna rusa. Una fuente del laboratorio ratificó a elDiarioAR que cuenta con stock de vacunas y que la inauguración de la planta de transferencia tecnológica con la Federación para la producción local y regional sigue en pie, con fecha agendada para octubre próximo.

La fuente del laboratorio también explicó que la provisión del principio activo para la fabricación de la vacuna no estaría en riesgo, por ahora, debido a que las importaciones y exportaciones en materia de salud durante conflictos bélicos cuentan con un salvoconducto por cuestiones humanitarias, como sucedió en Siria, cuando se excluyó este rubro de las sanciones económicas y comerciales. “El principio activo -que no está en stock porque debe utilizarse inmediatamente después de su llegada-  incluso podría transportarse por DHL al igual que los pagos”, afirmó. Aún así, reconocen: “Hace un año, hubiera sido distinto. Hoy no es dramático”

Inversiones y negocios

En 2022, las cifras podrían aumentar nuevamente. En uno de los últimos acuerdos que por ahora avanzaron más, Argentina adjudicó el 31 de diciembre a la empresa rusa TMH la compra de 70 trenes eléctricos por US$864 millones. Las formaciones se destinarán a las líneas Roca, Sarmiento y San Martín. 

La empresa es filial argentina del grupo privado ruso Transmashholding y ya había desembarcado en el país en 2017, durante la gestión de Macri con un anuncio de inversión por US$200 millones para la creación de un polo industrial con talleres de mantenimiento y reparación, y la construcción de una planta de fabricación de trenes. De aquel anuncio, en 2018, la compañía concretó una inversión de US$3 millones para renovar y reabrir el Taller Ferroviario Mechita, en Bragado, según informó el Ejecutivo ante la consulta de este medio.

El área militar es una de las apuestas bilaterales. En diciembre de 2021, ambos ministerios de Defensa fifirmaron un acuerdo que permitirá la admisión de personal militar argentino en instituciones rusas de capacitación de personal de defensa. Los países habían firmado en 2015 el “Diálogo Político Estratégico entre Rusia y Argentina en materia de Defensa”, pero nunca se materializó. 

El acercamiento también viene con ofertas de material ruso de rezago. “La Argentina se encuentra analizando ofertas realizadas por la parte rusa para el suministro de helicópteros Mi-171E y cazas multifuncionales”, informó una fuente oficial, que agregó que “existen posibilidades de cooperación para que la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) se constituya en un centro de integración, mantenimiento y coproducción de sistemas aéreos de fabricación rusa tanto para la Argentina como para la región latinoamericana”.

El principio activo de la vacuna -que no está en stock porque debe utilizarse inmediatamente después de su llegada- incluso podría transportarse por DHL al igual que los pagos

Rusia también presentó ofertas comerciales para el suministro de defensa antiaérea y “se está explorando la factibilidad de un emprendimiento conjunto” para “la producción de buques polares y de una lancha rápida de asalto”, agregó la fuente consultada. 

Todo estaba en veremos antes de la guerra en Ucrania. Otra fuente oficial con conocimiento directo de las tratativas, contó a este medio: “Si le encargás, por ejemplo, la construcción de barco a una empresa rusa, ellos te responden con un documento con centenares de preguntas técnicas para diseñar el encargo y ahí se empieza a trabar todo en el Estado argentino por el desorden”, agregó la fuente.

A esas dificultades internas, se suma ahora la restricción que seguramente impondrá a nivel internacional para adquirir material bélico de rezago a Rusia, explicó la misma fuente.

En 2014, Argentina y Rusia firmaron un acuerdo de cooperación en los usos pacíficos de la energía nuclear. Recién en 2018 se firmó la “hoja de ruta”. “Rusia se mostró dispuesta a explorar posibilidades de  cooperación” en el proyecto argentino de reactor modular pequeño CAREM, explicaron en el Gobierno. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) está atravesada por una interna entre “pro-rusos”, “pro-chinos” y “nacionalistas”, explicó una fuente oficial. “No se trata de cuestiones políticas, se refiere a los distintos tipos de tecnologías en el desarrollo nuclear. Esto ha trabado mucho el avance del acuerdo por la incapacidad nuestra de ponernos de acuerdo”. 

Rusia es vista como fuente de inversiones, pero no es una alternativa al FMI en materia de financiamiento (como lo fue Venezuela entre 2005 y 2008)

Ignacio Labaqui Politólogo y profesor de la UCA y la UCEMA.

La gigante Gazprom también ha incursionado en Argentina. En 2015, la gasífera rusa suscribió un acuerdo con YPF para la prospección y extracción conjunta de hidrocarburos en Argentina y en 2019 Gazprom analizó ingresar en la producción de gas no convencional en Vaca Muerta y en el área Fernández Oro, en Río Negro. La mayoría de lo programado por la rusa quedó en la nada, según las publicaciones de los últimos años.

La rusa también había entablado un acuerdo de entendimiento con Pampa Energía, el grupo energético que lidera Marcelo Mindlin, pero nunca avanzó. “Hace meses que no hay conversaciones”, respondió una fuente de la compañía argentina ante la consulta de elDiarioAR.

Los países firmaron también diversos acuerdos de cooperación en salud y cooperación espacial, un área en la que argentinos y rusos mantienen relaciones desde hace décadas. “Hay interés en avanzar en áreas como navegación satelital, misiones espaciales tripuladas y tecnología de lanzadores de satélites”, explicó una fuente del Ejecutivo. Se busca incluso obtener imágenes de la superficie de Venus para 2023 y Argentina podría adquirir material rusa para su proyecto Tronador para poder poner en órbita pequeños satélites. “Los rusos se especializan en motores de propulsión y los exportan incluso a Estados Unidos. son económicos y buenos”, resaltaron en el Gobierno. 

Los rusos

Un privado que ha participado de numerosas reuniones en visitas a Moscú resaltó que a la hora de hacer negocios con Rusia, es muy difícil separar lo público de lo privado. “Muchas veces vas a reunirte con empresarios rusos para cerrar un negocio, algo entre privados, y la presencia del Estado ruso está siempre ahí. Capaz que estás reunido y aparece un diputado ruso, se sienta en la reunión diez minutos y después se va. Todo parece tener la venia del gobierno ruso”, explicó. 

A pesar de que por ahora muchos acuerdos quedaron en pausa o en intenciones, el interés de los rusos existe, no es una ilusión. En diciembre de 2021, una comitiva de 33 empresarios de los sectores de finanzas, movilidad, turismo y energías renovables viajó a Buenos Aires con el Fondo Ruso de Inversión Directa y el banco ruso Sovcombank para “explorar oportunidades de inversión en Argentina”.

Mantuvieron reuniones con representante de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Asociación de Fabricantes de Automóviles (ADEFA), la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) y la Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos (AAVEA). 

La guerra

La guerra puso el intercambio comercial en pausa, explicó García Tuñón. La recomendación de la Cámara Argentino Rusa a los empresarios argentinos que exportan a ese país es que no envíen sus productos, eviten las operaciones comerciales o cerrar acuerdos por el momento. “Se cortó la cadena de pagos y por el bloqueo aéreo no llegan los documentos para liberar cargas, que tampoco llegan a destino, entre otros problemas”, como consecuencia de las sanciones económicas y bancarias de Occidente. “Vale destacar que no todos los bancos rusos están desconectados del sistema Swift”, resaltó García Tuñón.

A nivel estatal, hasta el momento el principal anuncio de las consecuencias oficiales de la guerra fue el de Aerolíneas Argentinas, que debió suspender su acuerdo con la rusa Aeroflot, debido a que el itinerario de los vuelos contemplaban una escala en Madrid y España cerró su espacio aéreo a Rusia, como otros países de Europa y Estados Unidos.

Argentina no se sumó a las sanciones, por el momento. El Presidente hizo su primera declaración sobre la guerra 15 horas después de la invasión, el 24 de febrero y a través de su cuenta en Twitter pero sin mencionar a Putin. En un hilo de Twitter mostró un tono neutral, apelando “a todas las partes a no usar la fuerza militar”. Luego, escribió: “Pedimos a la Federación de Rusia que ponga fin a las acciones emprendidas y que todas las partes involucradas vuelvan a la mesa del diálogo”.

Dos semanas antes, Fernández había estado en Moscú con Putin para “‘avanzar’ en el acuerdo de asociación estratégica integral entre ambos países”, según informó Télam. 

El Presidente consideraba entonces que “‘este es el momento’ para ir hacia otra etapa de ‘vinculación’ y, en ese marco, le planteó a Putin analizar ‘la manera en que la Argentina se convierta en la puerta de entrada’ de Rusia en América Latina. Una puerta que ya está abierta desde Brasil, principal socio comercial de la Federación en la región y que casi triplica en millones de dólares sus exportaciones a Rusia, según datos de la ONU de 2020. Argentina también era superada por Ecuador, México y Chile, al menos ese año.

Tras las críticas a la declaración de Fernández, vista por algunos sectores como “tibia”, y el silencio de la vicepresidenta, tres días más tarde, Fernández de Kirchner publicó en la misma red social un hilo “refrescando la memoria de algunos y algunas”, en el que hizo referencia a cuando Argentina votó en el Consejo de Seguridad de la ONU a favor a de la “soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial” de Ucrania. 

La votación había sido propuesta por los Estados Unidos en medio del conflicto por Crimea, entre el país balcánico y Rusia. “Hoy 27 de febrero del 2022, sigo pensando lo mismo”, agregó. Sin embargo, no condenó abiertamente la actual invasión rusa a Ucrania. Tampoco aclaró que doce días más tarde y conversación con Putin mediante, Argentina cambió su posición y se abstuvo de votar a favor de Ucrania en el organismo internacional, como publicó la semana última el periodista Martín Rodríguez Yebra.

Fernández volvió a pronunciarse en la última semana contra la guerra en distintas oportunidades con un tono más duro contra Rusia y cambió “acciones emprendidas” por “invasión a Ucrania”, aunque sin apelar a Putin directamente para el cese de la guerra. El lunes, el canciller, Santiago Cafiero, condenó la invasión rusa en su discurso ante la ONU.

ED

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