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Crisis de seguridad en el AMBA

La “trompada política” a Berni: impacto en la interna K, el peronismo en La Matanza y el aprovechamiento electoral de JxC

Berni cae contra el paredón con el nombre pintado de Fernando Espinoza, en General Paz y Ruta 3, luego de ser agredido por los choferes que reclamaban contra el asesinato de un compañero.

Mauricio Caminos

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“Acá vengo solo”. Sergio Berni sacaba pecho ante los choferes de colectivos que lo tenían acorralado sobre un muro en las intersecciones de Ruta 3 y la General Paz, frontera entre la Capital Federal y La Matanza. Ya lo habían agredido los compañeros del asesinado Daniel Barrientos, pero todavía no lo había “rescatado” la Policía de la Ciudad. Detrás suyo, la pintada política “Fernando Espinoza” era un telón de fondo más que elocuente. Un mero decorado preelectoral cuando las mayores preocupaciones son la altísima inflación o la inseguridad. Hoy la política recibió una trompada de realidad.

El episodio de violencia que sufrió Berni demuestra la fragilidad de la gestión de seguridad en la provincia de Buenos Aires, bastión que el kirchnerismo quiere retener en las próximas elecciones con la reelección de Axel Kicillof. Como el cruce del límite jurisdiccional, es un hecho que conecta la interna oficialista con la disputa opositora por ganar el poder, que tiene en CABA su principal trinchera.

El propio ministro metió la crisis entre Cristina Kirchner y el presidente Alberto Fernández. Lo dijo mientras aguantaba ante el muro frente casi por cadena nacional ante todos los móviles periodísticos y lo repitió al salir del hospital Churruca, cuando ya había dejado el traje de guapo. “Pedimos desesperadamente la presencia de la gendarmería en la provincia desde el 10 de diciembre de 2019”, exigió. “Hablé personalmente con el Presidente y se comprometió a hacer una reedición del operativo Centinela”, cuestionó Berni, recordando el plan que se implementó en 2014, cuando él era secretario de Seguridad nacional, y se dispuso que haya 6000 gendarmes patrullando las calles.

¿Cómo voy a renunciar? Tengo que duplicar los esfuerzos. Un soldado muere de pie, no de rodillas

Sergio Berni Ministro de Seguridad bonaerense

Hace apenas diez días la presencia de la Gendarmería en el conurbano ya había sido motivo de tensión entre Kicillof y Fernández. Entonces el gobernador también cruzó al ministro Aníbal Fernández. La salida que se encontró fue la creación del denominado Comando Unificado Conurbano, la semana pasada, que reunirá en 5 comandos a todas las fuerzas federales que tienen presencia en el AMBA. Con el asesinato de Barrientos parece haber quedado obsoleto. 

Según declaró públicamente, Berni no va a dejar su cargo. “¿Cómo voy a renunciar? Tengo que duplicar los esfuerzos. Un soldado muere de pie, no de rodillas”, dijo en tono de épica. ¿Busca posicionarse electoralmente? Luego del episodio, el ministro habló con Kicillof y esperaba que le den el alta médica para asistir a la reunión que estaba prevista durante la tarde en La Plata con los representantes del gremio de la UTA, que conduce Roberto Fernández ininterrumpidamente desde 2008. Mientras, hay paro total de colectivos y miles de personas perjudicadas para regresar de sus trabajos a sus casas.

La gravedad de la situación hizo que el propio gobernador encabezara la cumbre, que en principio iba a ser coordinada solo por el ministro de Transporte, Jorge D’Onofrio. “Fue una situación que se termina saliendo de las manos. Nada alcanza cuando tenemos los resultados que tenemos”, admitió públicamente el funcionario que responde al massismo. “Estamos analizando qué medidas tomar”, confió una fuente del gabinete de Kicillof.

La Matanza y Espinoza

La crisis golpea en el kirchnerismo donde más le duele, porque el cordón del conurbano es el reducto donde la vicepresidente está confiada en que podrá salvar la ropa en las próximas elecciones. Ese mapa tiene en el centro a La Matanza, el municipio más populoso, y que el PJ maneja desde el retorno de la democracia. En vano, los choferes de colectivos reclamaban en el piquete la presencia de Fernando Espinoza. 

“Estamos en una reunión larga e infernal”, comentaron desde la intendencia a elDiarioAr, lo que expresa el clima interno que se vive por estas horas. 

Espinoza atraviesa una crisis de legitimidad inédita desde que asumió el cargo por primera vez en 2005. Es muy probable que en las elecciones tenga que habilitar las PASO al Movimiento Evita, que lleva al frente la candidatura de la diputada provincial Patricia Cubría –además, esposa de Emilio Pérsico–. 

“Mi más sentido pésame, solidaridad y apoyo en este difícil momento a la familia, amigos y compañeros de Daniel Barrientos. Un nuevo episodio de inseguridad que lamentamos todos los vecinos y vecinas de La Matanza. Que en paz descanse”, aprovechó para tuitear Cubría. Entró en contacto con los delegados de la UTA para mostrarse a su lado. Donde mataron a Barrientos podría haber muchos votos: Virrey del Pino es uno de los confines matanceros.

Ya en las legislativas pasadas Espinoza le bajó las listas al Evita, pero la gravedad de la situación socioeconómica hace difícil que el jefe comunal opere con la misma maniobra. Incluso Máximo Kirchner está detrás de la interna –según supo elDiarioAR– “preocupado” por el futuro del municipio. Últimamente se han hecho constantes los llamados entre el hijo de la vice y Pérsico.

La oposición

Aunque las encuestas todavía lo dan como favorito a Espinoza en La Matanza, la oposición de Juntos por el Cambio tiene con qué disputarle votos. Los referentes amarillos allí son el diputado nacional Alejandro Finocchiaro y el concejal Lalo Creuce. También hicieron leña del árbol caído.

“Subvirtieron todo orden. En vez de luchar contra la delincuencia la avalaron. A algunos presos los liberaron, a otros les dieron celulares. A esta violencia desatada nos trajeron sus decisiones. Con decisión política y la CN en la mano vamos a recuperar el orden necesario para vivir”, comentó en sus redes Finocchiaro. “Teléfono Espinoza. ¿Dónde están los 4.100 millones de pesos de seguridad?”, le reclamó Creuce, que acusó al intendente de “liberar la zona”.

No tardaron en aparecer los mensajes de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, ambos precandidatos a presidentes por el PRO.  “Matan a un colectivero a meses de jubilarse. ¿Cómo no indignarse? Esto sucede cuando, en vez de luchar de frente contra el crimen, se participa de un gobierno que avala la delincuencia. No admito la violencia contra la autoridad, ni hoy ni cuando fuimos víctimas. La autoridad y el orden son necesarios y se construyen con el ejemplo, estando siempre del lado de la institucionalidad y no solo cuando conviene”, expresó Bullrich, titular del partido de Mauricio Macri.

Menos beligerante, Larreta también se hizo eco del episodio, que además como alcalde tenía una responsabilidad en el hecho como máximo jefe de la policía porteña. “Toda mi solidaridad con la familia del chofer asesinado en La Matanza y el agradecimiento a la Policía de la Ciudad por su trabajo, especialmente a los 8 policías heridos. Repudio las agresiones al ministro Berni, estamos en contra de toda violencia, nos merecemos vivir en paz”, expresó Larreta.

“Es una locura que el ministro de seguridad de la provincia ande solo. Lo fuimos a rescatar porque era lo lógico que tendría que haber ocurrido”, aseguró a elDiarioAR un importante funcionario del gabinete de Larreta. “A mí me llevaron arrastrándome. Yo no me quería ir. La policía porteña cumplió su protocolo”, se quejó Berni. 

Partes de prensa de la Ciudad ​​se encargaron de informar que hubo ocho efectivos “heridos por golpes y pedradas”, con lesiones en la cabeza y los brazos. Hubo una presentación en la Fiscalía Contravencional Sur, a cargo de Jonathan Patti. El operativo lo manejó CABA porque la General Paz es de su jurisdicción.

“El ministro Berni había aterrizado en Alberdi y General Paz sin dar aviso al Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad ni a la Policía de la Ciudad y se dirigió hacia el lugar de la protesta”, destaca el comunicado oficial. “Ante la agresión, el personal de la Policía de la Ciudad (que se encontraba en el lugar con motivo del corte) lo defendió con todos los recursos posibles. La tensión comenzó a incrementarse hasta que el ministro fue rodeado y agredido a golpes”, continúa. Finalmente fue un operativo de la Infantería que terminó “rescatando” a Berni, verbo también incluido en el parte de prensa.

No hubo alusión alguna a las imágenes que se vieron en televisión, en las que un efectivo golpea con su escudo en la cara a uno de los choferes. Los policías de la Ciudad que “rescataron” a Berni ahora responden al flamante ministro porteño Eugenio Burzaco.

MC

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