Los herederos del cuadro robado por un oficial nazi quedaron bajo arresto domiciliario en Mar del Plata

La Justicia argentina dispuso el arresto domiciliario de Patricia Kadgien y su esposo, herederos del cuadro robado por un oficial nazi durante la Segunda Guerra Mundial, tras una serie de allanamientos en domicilios vinculados a la pareja en la ciudad de Mar del Plata en la noche del lunes.
Patricia Kadgien y su esposo, dueños de la casa donde la obra de arte fue detectada en una publicación de internet por un periodista holandés, quedaron bajo arresto domiciliario por al menos 72 horas, acusados de entorpecer la investigación que pretende dar con 'Retrato de una dama', obra del italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743).
Este cuadro fue confiscado de la galería del comerciante de arte judío Jacques Goudstikker, en Ámsterdam, durante la ocupación nazi.
Patricia Kadgien es hija de Friedrich Kadgien, un alto funcionario de Adolf Hitler que murió en Buenos Aires en 1978, señalado como uno de los responsables de la apropiación de numerosas obras de arte, mediante saqueos o ventas forzadas, a judíos holandeses, entre ellas varias de la colección de Goudstikker.
Jacques Goudstikker fue uno de los principales galeristas de Ámsterdam. Tras la invasión alemana de 1940 intentó huir con su familia a Nueva York, pero murió durante el viaje en barco. En su galería quedaron más de 1.100 obras, documentadas en un inventario. Esa colección fue liquidada a precios irrisorios entre altos jerarcas del Tercer Reich. Uno de ellos fue Göring, comandante de la Luftwaffe, y otro habría sido Kadgien, conocido como “el mago de las finanzas” del nazismo.
Su esposa Desiree y su único hijo llegaron a Estados Unidos guardaron un folleto en el que el galerista judío describía todas las obras de arte de su propiedad. Durante la ocupación nazi, el banquero alemán Alois Mield compró la galería y todos sus activos en una operación jamás reconocida por los herederos de Goudstikker. El mariscal del Reich y coleccionista de arte Herman Göring y otros funcionarios nazis adquirieron todas las obras de arte de la colección por un valor muy por debajo del real.
Según el diario neerlandés, “documentos oficiales muestran que el alto funcionario alemán Friedrich Kadgien poseía ”Retrato de una dama“, del pintor italiano del período barroco y rococó Giuseppe Ghislandi (1655-1743) y cuyo valor se desconce.
La búsqueda del cuadro
Allanada por primera vez hace justo una semana, la Policía ingresó la noche de ese lunes de nuevo a la casa de Kadgien en busca de más pistas sobre el paradero del cuadro, buscado desde hace décadas, y tras esa operación tanto ella como su esposo fueron detenidos.
También se allanaron otros tres domicilios vinculados a la pareja, pero en ninguno de ellos encontraron la obra en cuestión.
'Retrato de una dama' fue descubierta por el periódico holandés AD en una publicación de venta de la casa de Kadgien.
En las fotos de la publicación de la agencia inmobiliaria Robles Casas&Campos, que ya fue dada de baja, se pudo ver la pintura expuesta en el salón principal de la vivienda, colgada encima de un sillón verde.
Cuando los efectivos policiales ingresaron por primera vez al domicilio encontraron, en su lugar, un enorme tapiz con motivos de paisaje y caballos.
Tras las detenciones, la familia Kadgien adelantó que entregará la pintura en cuestión a la Justicia, mientras que el abogado de la empresaria textil de 59 años, Carlos Murias, explicó que “Retrato de dama” se “está consignando en el fuero Civil, que es el que la familia considera competente para dirimir esta cuestión, no la Justicia Penal, en el marco de una supuesta denuncia de Arca por un delito que presuntamente le están imputando a mi cliente por ‘encubrimiento de contrabando’, una figura extraña de un delito prescripto”.
Quién fue Friedrich Gustav Kadgien
Nacido en Elberfeld en 1907, Kadgien había ingresado al Partido Nazi en 1932 y a la SS en 1935. Como experto en divisas, ocupó un lugar clave en la Oficina del Plan Cuatrienal que dirigía Göring. Desde allí articuló redes de empresas pantalla en Suiza para mover oro, diamantes y obras de arte robadas a judíos y opositores. Cuando la guerra llegaba a su fin, huyó a Suiza y luego a Brasil, hasta instalarse definitivamente en Argentina. Se radicó en Buenos Aires, fundó empresas y vivió sin ser molestado hasta su muerte, en 1978, sepultado en el cementerio alemán de la ciudad.
El destino de la fortuna de Kadgien sigue siendo un misterio. Investigadores europeos sospechan que controlaba entre 1.000 y 3.000 millones de Reichsmark ocultos en cuentas suizas. Su paso por Sudamérica incluyó negocios en Brasil y vínculos con empresas alemanas en la región, además de contactos con la administración de Juan Domingo Perón.
La aparición del cuadro en Mar del Plata reavivó la sombra de ese pasado. Según el corresponsal del Algemeen Dagblad, Peter Schouten, el rastreo de las hijas de Kadgien llevó años. Ellas nunca respondieron a las consultas sobre el origen de las piezas. Solo un descuido –las fotos de la inmobiliaria Robles Casas & Campos– permitió localizar el Retrato de una dama. El aviso fue retirado inmediatamente después de la publicación de la investigación.
En paralelo, se detectó que otra pintura desaparecida, atribuida al artista holandés Abraham Mignon, podría estar también en manos de la familia. Una de las hijas de Kadgien la habría mostrado en sus redes sociales, según el mismo diario.
En Europa, los herederos de Goudstikker insisten en que la restitución es un paso necesario para reparar una parte del saqueo cultural más grande de la historia moderna.
El caso demuestra que, 80 años después, los ecos del expolio nazi siguen resonando en lugares tan lejanos como una tranquila residencia marplatense. El Retrato de una dama continúa desaparecido, pero su historia volvió a la luz, recordando que detrás de cada obra de arte saqueada permanece una deuda de memoria y justicia.
EFE
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