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entrevista

Juan Boutet, líder de la Juventud porteña de LLA: “La marcha universitaria es legítima y hay que escucharla”

Juan Ignacio Boutet junto a Javier Milei y su hermana Karina.

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Juan Ignacio Boutet nació el mismo día que Javier Milei, el 22 de octubre, pero en el año 2000. Por aquellos días, el presidente Fernando de la Rúa aseguraba a la juventud radical que estaba siendo víctima de un “golpismo oculto”. Su ministro de Economía, José Luis Machinea, buscaba inversores. Un apagón eléctrico afectaba a 4 millones de vecinos de Capital Federal y alrededores. Dos avionetas chocaban en el aire, dejaban un saldo de once muertos y el luto sobre la Fiesta del Maíz, en Chacabuco. Boutet, el joven que ahora fuma en una oficina del microcentro, tiene los años que pasaron desde entonces: 23.

Viernes en la sede porteña de La Libertad Avanza, un lugar prestado por una votante de Milei. El timbre no para de sonar: entran, una detrás de otra, personas que quieren pre-afiliarse al partido que gobierna desde el 10 de diciembre, es decir apenas cinco meses. Porque lo cierto es que Javier Milei llegó a la Presidencia con el espaldarazo de un gran frente armado con sellos y sellitos, y recién ahora –y por decisión de Karina Milei– busca conformarse como un partido de alcance nacional.

Juan Ignacio Boutet fue bendecido por la hermana del Presidente, la Secretaria General, El Jefe. Ella le asignó la tarea de reunir a los jóvenes que se sientan representados por LLA y para eso lo ungió como presidente de la Juventud de la Libertad Avanza de CABA. “Pero yo vengo del anarco capitalismo y no me gusta la palabra ‘presidente’ así que me defino como ‘nexo partidario’”, resume Boutet, una escarapela prendida a la solapa del saco.    

¿Cuáles son las demandas de los jóvenes libertarios y qué coincidencias tienen con aquellos que no se definen como libertarios?

–Las demandas son prácticamente las mismas. Una de las cosas que más jode es la inseguridad, porque al fin y al cabo la inseguridad que vivimos también es costosa para los pibes de la Ciudad de Buenos Aires. Si salís de joda y te pagaste una entrada de seis lucas para ir a Costa Salguero, te compraste dos tragos, que más o menos son $10.000, después querés salir de Costa Salguero y los Uber no llegan o cuestan $20.000. O sea, salir de ahí es otra guita. Y si te volvés en bondi, esperar un bondi hoy… viste, la inseguridad. A veces pensás que es mejor gastar en Uber que tener que comprarte un teléfono. 

¿Y además de la inseguridad?

–El contexto económico en el que vivimos los últimos 20, 30 años, le fue sacando cosas a los pibes. Una persona se estabiliza económicamente cada vez más tarde. Recién a los 30 o 40 puede alquilar, digamos. Y hoy es casi un diagnóstico de esquizofrenia pensar que podés comprar una casa. Aunque ahora hay créditos hipotecarios.

Los créditos se anunciaron ayer.

–Sí, y lo digo desde el privilegio de tener una madre y un padre que tienen casa propia. Digo, los jóvenes de hoy, de ayer, de hace 20 años, estudian si pueden, si los bancan los padres. Padres que están hasta acá (N.de la R.: Boutet pone la mano a la altura de la cabeza). Esa no es una situación cómoda. Los padres hacen un esfuerzo muy grande y los pibes sienten una culpa muy grande.

Sobre la educación, ya que lo mencionás y porque es un tema que te atañe en tu nuevo rol, ¿qué análisis hacés de la marcha universitaria?

–La marcha es absolutamente legítima, hay que escucharla. Pero creo que los jóvenes deberían haber sido los que lleven esa bandera y no los sindicalistas, los políticos, las Madres de Plaza de Mayo. Las universidades públicas están consensuadas por una amplia mayoría en la Argentina, una mayoría en la que me incluyo. Lo que para mí no es legítimo es la enajenación de los directivos de la UBA, que son conscientes de los presupuestos. Los presupuestos son grandes, eh. Porque dicen “el desfinanciamiento”, está bien. Pero nosotros pensamos que le dieron $20.000 pesos para mantener una facultad que gasta 40 millones en luz y la verdad es que no hay un verdadero conocimiento del alumnado que es, al fin y al cabo, el que reclama válidamente en qué se gasta la plata. Los estudiantes saben que hay curros. Para mí no es una cuestión de subir el presupuesto, de hecho se subió, sino de cuestionar en qué se gasta el presupuesto. 

Sólo para ordenar: el Gobierno anunció un 70% de aumento para las universidades pero sobre gastos de funcionamiento. Eso representa un 9% del presupuesto general y, a mi entender, significa desfinanciar, no “subir” un presupuesto.

–A ver, a las universidades hay que financiarlas y tienen que tener lo que corresponde para funcionar. Pero la marcha fue política.

¿Hay marchas que no sean políticas? Incluso las convocatorias de 2020, las “anticuarentena”, eran políticas. 

–Digo “política” porque tuvo un sentido que no tiene que ver con el espíritu de los estudiantes. Me llama poderosamente la atención, por ejemplo, que no hayan salido con (Sergio) Massa cuando fue él quien bajó el presupuesto. Pero está bien, nos lo bancamos porque somos la contrapropuesta al modelo. La contrapropuesta al modelo que hoy rige los centros de estudiantes y la línea ideológica de las facultades, que no necesariamente es la de los estudiantes. Vuelvo al tema de las universidades: sí, las facultades no deben estar aranceladas y los costos deben financiarse

“Te estás metiendo a hacer política por un loco que no va a llegar a nada”

Unos días antes del balotaje, La Libertad Avanza cerró su campaña en la ciudad de Córdoba, capital de una provincia “antikirchnerista”. Juan Ignacio Boutet lloró al pie del escenario. Era el final de un camino largo y sinuoso. Él, que despreciaba los partidos políticos hasta que descubrió al Partido Libertario, se había cansado de escuchar “te estás metiendo a hacer política por un loco que no va a llegar a nada”. La caravana, Panic Show y Javier Milei: todos los hits en un mismo lugar. El 74% de los cordobeses votaría a LLA el 19 de noviembre

No hay un verdadero conocimiento del alumnado que es, al fin y al cabo, el que reclama válidamente en qué se gasta la plata. Los estudiantes saben que hay curros.

Juan Ignacio Boutet. Presidente de la Juventud de La Libertad Avanza.

Boutet se crió en un hogar donde la política se reducía a “un gorilaje recalcitrante”. Cuando terminó el secundario estudió teatro en La Manzana de las Luces junto a compañeros, en su mayoría, “camporistas ex-montoneros”. Autodidacta en fotografía, aprendió herramientas de diseño gráfico y lo convirtió en su trabajo. Él llama “cuotas de curiosidad” a esas ventanas que uno abre para mirar y cierra cuando siente que ya vio todo. Así define su paso por la carrera de Medicina en la Universidad de Buenos Aires. Curtió el anarco capitalismo. A esa altura, se juntaba con amigos a hablar de política: “Éramos cinco gatos locos en una habitación con humedad hablando de la Escuela Austríaca de Economía”.

Y en ese recorrido, si te pedían que te definieras políticamente, ¿qué respondías? 

–Peronista. Pero peronista de Carlos Saúl Menem.

Para 2021, Javier Milei y Victoria Villarruel habían obtenido el 17% de los votos porteños y ganaron sendas bancas como diputados nacionales en representación de la Ciudad. Y Boutet pasó del anarcocapitalismo a afiliarse al Partido Libertario. “Yo vi el hartazgo de la sociedad en Javier Milei. Veía a un tipo al que no le importaban los costos políticos de decir lo que la gente, al final, estaba pensando. El kirchnerismo hizo mileísta al pueblo. Y mi escuela es Milei”, dice Juan, en esta oficina, otro pucho, la escarapela.

Karina Milei lo llama “Juancito”. La conoció en 2021 pero ella lo registró entre muchos jóvenes libertarios al año siguiente, cuando Boutet producía las preguntas que le hacían a Milei en Cátedra Libre, un programa que se emitió en los Estados Unidos. Cada martes durante cuatro horas y a lo largo de dos meses y medio, Boutet indicaba a los chicos que participaban del ciclo qué preguntar a Javier Milei. Durante la campaña presidencial, el año pasado, Boutet organizó el ciclo “Un café con tus candidatos”. Juan es un reclutador en el que Karina puso el ojo. Ella lo convirtió en el nuevo referente de los jóvenes libertarios.

¿Hay que enrollar las banderas de Gadsden? 

El 28 de marzo, día en que Karina cumplió 51 años, hubo un anuncio importante: La Libertad Avanza arrancaba una campaña de pre-afiliación para presentar las adherencias que se necesitan para constituirse como partido nacional. Una acción que Karina venía cocinando desde enero, justo cuando Boutet dejó el Partido Libertario (PL) y pasó a las filas de los hermanos Milei. Lo único que quedó del PL en la nueva estructura de Gobierno es Nicolás Emma, que ocupa la banca de diputado que dejó Milei. La sede de Viamonte ya no es visitada una vez por mes por el Presidente, que usaba ese lugar como escenario de los sorteos de su dieta. 

No para de sonar el timbre en esta oficina prestada. Un chico viene a afiliarse con su mamá. Lo primero que ven es un póster de Javier y Karina pegado en la pared, debajo de un aire acondicionado. Es una foto tomada el 10 de diciembre, el día de la Asunción. Él lleva la banda y el bastón, la mano en alto y la vista a un costado. Ella va de lino, una cadena de oro al cuello, la sonrisa amplia. Es la única que mira a la cámara.

VDM/DTC

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