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Cómo toma protagonismo el autoritarismo en América Latina

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega

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¿Democracia o autocracia? En 2010, dos de cada 10 ciudadanos prefería la democracia frente a otras formas de gobierno. En 2023 bajó a uno de cada dos. Y en 2023, el número de ciudadanos que afirmó que les da lo mismo un gobierno democrático o uno autocrático casi se ha duplicado.

Este es el resultado del Informe de la corporación chilena Latinobarómetro, que sostiene que las democracias latinoamericanas “se hacen vulnerables y abiertas al populismo y al autoritarismo”. Mientras Brasil está retomando la senda democrática, se muestran tendencias autocráticas en varios países de Centroamérica. Según afirman los expertos, este cambio se debe a que las autoridades no han conseguido solventar los problemas más acuciantes que tienen los ciudadanos.

¿Está Latinoamérica ante el declive de la democracia?

De acuerdo a un estudio de la Fundación Bertelsmann, la calidad de la democracia se ha deteriorado en los últimos 20 años en 137 países en desarrollo o emergentes. Según esta investigación llamada “Índice de Transformación” , actualmente hay 63 democracias, frente a 74 autocracias: Estados en los que ni hay elecciones libres ni un Estado de derecho que funcione.

Además, sólo en los dos últimos años, las elecciones en 25 países fueron menos libres y justas que antes. Dos años marcados por una nueva situación geopolítica, la guerra en Ucrania y la pandemia de coronavirus. Y en 39 países, la libertad de expresión y la libertad de prensa se han visto cada vez más restringidas.

Estudio más completo y amplio

Sabine Donner, una de las autoras del estudio, explicólos efectos de los toques de queda y restricciones, en parte, de las libertades civiles en el desarrollo democrático durante la época del coronavirus: “La pandemia fue la oportunidad para restringir aún más los derechos y concentrar aún más el poder en los gobiernos. Pero ”en principio, la pandemia no ha creado ningún problema que no existiera ya“.

La Fundación Bertelsmann asegura que su estudio sobre la democracia es el más amplio y completo, basado en 5.000 páginas de informes nacionales, con la ayuda de 300 expertos, universidades y laboratorios de ideas de unos 120 países. Se examinó el estado de la democracia, el desarrollo económico y la acción gubernamental. Las tres categorías se encuentran actualmente en mínimos históricos.

Positivo: las democracias despiertan poco a poco

Según la autora Sabine Donner, las democracias establecidas son cada vez más conscientes de que el mundo es cada vez menos libre: “En los últimos de dos a cuatro años, la gente y los gobiernos, los Estados democráticos, incluidos nosotros aquí en Alemania, están más alerta ante los desafíos autoritarios, se han hecho más conscientes que hace una década”. 

¿Son las democracias demasiado lentas e inflexibles?

A los gobernantes autoritarios les gusta justificar sus acciones, afirmando que las democracias son inflexibles e incapaces de seguir el ritmo de la competencia global. El estudio, sin embargo, contradice esos puntos de vista: los peores resultados con la gestión de la apandemia los obtuvieron regímenes corruptos y antidemocráticamente organizados como Camboya, Venezuela o Zimbabue. Los 45 países con menor efectividad no son democracias.

Según Sabine Donner, las autocracias no actúan de forma más cautelosa que las democracias. Esto lo demostró China durante la pandemia “cuando quedó claro que los confinamientos estrictos no funcionan, que hubo grandes protestas, a pesar de toda la represión. Las autocracias también pueden verse presionadas, porque la población no está satisfecha con los resultados”.

El compromiso cívico es clave

El compromiso civil de las personas que apoyan las elecciones libres, la libertad de prensa y la separación de poderes siguen siendo cruciales para un desarrollo menos autocrático. El estudio enumera, como ejemplos positivos, las recientes elecciones en Kenia y Zambia en África y en Europa, en Polonia o la República de Moldavia.

Las influencias culturales o religiosas juegan un papel menor. ¿Pueden los países musulmanes como los de la región del Golfo hacer retroceder por sí solos las tendencias autocráticas? Sabine Donner dice al respecto: “No sé por qué esto no debería funcionar. Tomemos como ejemplo a Taiwán o Corea del Sur, que durante mucho tiempo estuvieron gobernados de forma autocrática y se modernizaron económicamente. Y ahora son democracias muy estables y exitosas. No existe ningún mecanismo automático que lo impida”.

Buenos ejemplos: Corea del Sur, Costa Rica, Chile, Uruguay

Y esta es la conclusión del estudio: en realidad, a todos los países les va mejor con la democracia y el Estado de derecho. Y en el comunicado de prensa del estudio, se explica que Estados como Corea del Sur, Costa Rica, Chile, Uruguay y Taiwán, “anclados en el Estado de derecho, orientados estratégicamente, su gobernanza no sólo garantiza buenos resultados para los sistemas de educación y salud y mejorar los niveles de vida, sino también para fortalecer la democracia”.

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