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Médicos en alerta

Los trabajadores del Garrahan denuncian que el Gobierno no hizo una oferta de mejora salarial: “Encima de pagarte muy poco, tratan de ensuciarte”

Trabajadores residentes del Hospital Garrahan durante la marcha del 29 de mayo de 2025 frente al edificio del Ministerio de Salud y Desarrollo Social.

elDiarioAR

30 de mayo de 2025 11:17 h

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El día después de una jornada de protestas y sin respuestas del Gobierno a los reclamos que vienen planteando desde hace meses y que llegaron ahora a su punto más álgido, los médicos residentes del Hospital Garrahan anunciaron este viernes la continuidad de las medidas de fuerza y exigieron “un salario justo, acorde a nuestras responsabilidades y carga horaria que sostenemos, y condiciones laborales dignas para cuidar sin descuidarnos”.

“Los residentes somos empleados del ministerio de la Salud de la Nación, nuestro salario no depende del presupuesto del hospital. Por eso, deslindar las responsabilidades con argumentos presupuestarios no solo es incorrecto, sino también es evadir el compromiso que tiene el Estado nacional sobre nuestra situación salarial”, apuntaron los trabajadores de la salud al Gobierno, al tiempo que aclararon estar “a favor de la transparencia y de la correcta gestión de recursos”.

En las puertas del hospital y frente a los medios de prensa, los trabajadores de la salud explicaron que la decisión de continuar con las medidas de fuerza “se basa en la falta de propuestas concretas y la experiencia con acuerdos incumplidos”. Al respecto, detallaron que en septiembre de 2024, el entonces ministro Mario Russo, “firmó un aumento del 38% que fue dado de baja a las pocas horas”.

Nos duele tener que continuar con estas medidas. Sostenemos que nuestro lugar no es enfrente a las cámaras, sino al lado de nuestros pacientes y sus familias. Pero esta situación es insostenible. Reclamamos un salario justo, acorde a nuestras responsabilidades y carga horaria que sostenemos, y condiciones laborales dignas para cuidar sin descuidarnos. El capital humano del sistema de salud se está perdiendo. Esta crisis no solo afecta a quienes hoy sostenemos la atención, sino que compromete el futuro del sistema y la permanencia de nuevas generaciones de profesionales. Estamos preocupados por el futuro de la salud pública”, aseguraron. 

“Seguiremos firmes con nuestra medida de fuerza y solicitamos que se no dé una nueva reunión con una propuesta concreta para solucionar el conflicto. Curar a veces, aliviar a menudo y acompañar siempre. Necesitamos que todos nos acompañen”, pidieron los médicos residentes. 

Por su parte, más temprano, el jefe de clínicas de la sala de cuidados intermedios y moderados del Hospital GarrahanPablo Puccar, cuestionó los números que expuso el Ministerio de Salud respecto a la composición de la planta, y cargó contra el Gobierno Nacional por la situación de los trabajadores de la institución pediátrica. 

“Encima de pagarte muy poco tratan de ensuciarte…la gente se cansa, tenemos límites”, sostuvo, y agregó: “Sé que le estamos dando el gusto de destruir al hospital nosotros mismos yéndonos, pero no se puede más”.

Tras las explicaciones del la viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, que atribuyó la situación a un “desorden administrativo” del hospital, Puccar retrucó: Dice que hay 780 administrativos y 500 médicos, y la planta del Hospital Garrahan es de 4728 personas, esto está en la página, no lo estoy inventando”.

“De la parte asistencial, no solo hay médicos, están los kinesiólogos que son fundamentales, los enfermeros que sin ellos no podríamos trabajar, el equipo de salud mental del hospital, técnicos, biólogos… eso forma 3200 empleados de la parte asistencial, y solo el 20%, o un poquitito menos,18% es la parte administrativa”, detalló en declaraciones a Splendid AM 990.

Puccar es jefe de sala de internación en el Garrahan y trabaja con niños de entre un mes a 18 años que necesitan respiración a través de aparatos artificiales. “Trabajamos con tanta gravedad que sufrimos el fallecimiento de nuestros pacientes. Convivimos todo el tiempo con decirle a los papás diagnósticos que son terribles”, contó. 

En otro pasaje de la entrevista con el periodista Antonio Llorente, el médico planteó: “Si hay cosas para revisar, bienvenidos sean, que las revisen, que las hagan, pero estos argumentos que utilizan para ensuciar evidentemente son para que eso no pase”.

“No conozco a los 500, 600 de la parte administrativa. Las secretarias que trabajan en la parte de internación, donde asisten a 300 chicos internados, son 2 y son fundamentales. Sin ellas hay un montón de cosas administrativas que no las podríamos hacer. Las veo entrar a las 8 de la mañana e irse a las 4 de la tarde”, destacó.

El jefe de clínicas relativizó además los anuncios del vocero presidencial, Manuel Adorniquien anticipó la implementación de un sistema biométrico para chequear los horarios de asistencia del personal y el porcentaje de presentismo de los trabajadores. 

“Todos los días cuando ingresamos pasamos una tarjeta cuando entramos y una cuando salimos. Tenemos una ficha que figura en nuestro legajo el horario de entrada y el horario de salida, pongo a disposición mi portal del empleado para que se puedan mirar las fichadas y no tenemos ningún problema”, retrucó. 

Asimismo, cargó contra la administración libertaria al sostener que el personal médico se siente herido “en lo moral” desde hace más de un año, y sostuvo que las respuestas de la gestión aceleraron el éxodo de profesionales de la institución. “Entre todo el 2024 y lo que va del 2025, recibimos un 20,6% de aumento, mientras la inflación debe estar por arriba de 100%, eso están también en la página del hospital”, aseveró. 

“No queremos pelear con nadie, queremos salvar al hospital de la fuga de profesionales que está habiendo”, insistió, y añadió: “Tengo que estar estudiando para la licenciatura que estoy haciendo y no el convenio colectivo de trabajo. No entiendo lo que está pasando, no entiendo por qué nos están acorralando de esa forma”.

Por último, realizó un llamado a las autoridades del Gobierno Nacional y los invitó a conocer de primera mano la situación que atraviesa la institución y a detectar “los ñoquis” que el ministerio señala. “Hace un año y medio que están gobernando…vengan, les abrimos la puerta, entren, díganme quiénes son. Los que estamos en el hospital no queremos que nadie esté robando. Ahora, si después de un año y medio lo único que tienen para decirnos es lo mismo que hace un año atrás…”, planteó. 

“Estamos cansados, la verdad, no nos cabe duda que están yendo de vuelta para el mismo lado y que esto no va a tener solución”, concluyó el personal de salud.

El Gobierno, entre el control de asistencia y un plus de “productividad”

Este jueves, en plena jornada de protestas por parte de trabajadores del Hospital Garrahan, el Gobierno de Javier Milei avanzó con un plan que apunta a reorganizar el funcionamiento del hospital pediátrico, bajo la consigna de la “eficiencia” en el uso de recursos. Entre las medidas que evalúa el Ministerio de Salud, figura la implementación de un sistema de control biométrico de asistencia y un posible adicional por productividad para el personal médico.

El conflicto en el hospital tiene como trasfondo los reclamos salariales y las condiciones laborales de los profesionales de la salud. Desde la cartera que dirige Mario Lugones aseguran que el problema responde a “desórdenes administrativos”, y no a un recorte presupuestario. “El Garrahan no tiene un problema de plata, tiene un problema de estructura”, sintetizó una fuente oficial.

Durante una breve aparición en Casa Rosada, la viceministra Cecilia Loccisano detalló que el hospital cuenta con 953 empleados administrativos y solo 478 médicos de planta. “Hay un desequilibrio muy grande en la dotación que estamos tratando de corregir para priorizar a los médicos y mejorar las prestaciones”, afirmó.

El Gobierno afirma que el objetivo es reordenar el presupuesto —que aseguran fue incrementado en un 244% entre 2023 y 2024— para concentrar los recursos en la atención médica. A partir del 1 de junio, se activará un sistema de ingreso biométrico para registrar el presentismo del personal. “Los que no cumplan no van a cobrar. Se terminó el tiempo de los ñoquis”, deslizaron desde el ministerio.

Entre los trabajadores, la situación es crítica. Médicos residentes denuncian jornadas de hasta 60 horas semanales con una remuneración que ronda los $3.000 por hora, lo que representa ingresos por debajo del umbral de pobreza. Según sus cálculos, el salario mensual debería casi duplicarse para empatar la inflación.

Desde enero, rige un ítem de alta complejidad que representa un 15% adicional sobre el salario básico, y también hubo una suba en la hora de guardia, que pasó de $8.000 a $9.600. Aun así, los profesionales insisten en que esas mejoras son insuficientes.

En paralelo, el Ejecutivo analiza la implementación de un plus por productividad vinculado a la complejidad de los procedimientos realizados, aunque esa medida aún se encuentra en etapa de estudio.

Otra línea de conflicto gira en torno a las contrataciones de servicios tercerizados, como limpieza, vigilancia y alimentación. Según fuentes oficiales, se detectaron irregularidades en licitaciones previas y señalan que “algunos actores buscan interferir en la comunicación directa con los residentes para sostener sus privilegios”.

Tras el anuncio de un paro para este jueves, el Ministerio de Capital Humano dictó la conciliación obligatoria y se convocó una mesa de diálogo que reunió a representantes del Gobierno nacional, de la Ciudad, autoridades del hospital y delegados médicos. Según el Ejecutivo, la instancia busca abrir un canal institucional para resolver los desacuerdos.

No obstante, desde la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APyT) alertan sobre un posible colapso sanitario si no se atienden los reclamos: “El hospital necesita recomponer salarios, cubrir vacantes y frenar el vaciamiento”, sostienen.

También hay diferencias en los números. Esteban Argañaraz, delegado de ATE, cuestionó los datos oficiales y aseguró que el hospital cuenta con 4.728 trabajadores, de los cuales más de 3.000 están afectados directamente a tareas asistenciales. “El ajuste es real, y lo están disfrazando con discursos de orden y eficiencia”, denunció.

Mientras el Gobierno destaca como logro haber alcanzado “el equilibrio financiero del hospital por primera vez en una década”, los trabajadores insisten en que ese equilibrio se sostiene a costa del deterioro de las condiciones laborales y la atención.

Con información de agencias.

IG

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