Hospital Garrahan: el Gobierno controlará el presentismo y podría dar “un plus por productividad”

En plena jornada de protestas por parte de trabajadores del Hospital Garrahan, el Gobierno de Javier Milei avanza con un plan que apunta a reorganizar el funcionamiento del hospital pediátrico, bajo la consigna de la “eficiencia” en el uso de recursos. Entre las medidas que evalúa el Ministerio de Salud, figura la implementación de un sistema de control biométrico de asistencia y un posible adicional por productividad para el personal médico.
El conflicto en el hospital tiene como trasfondo los reclamos salariales y las condiciones laborales de los profesionales de la salud. Desde la cartera que dirige Mario Lugones aseguran que el problema responde a “desórdenes administrativos”, y no a un recorte presupuestario. “El Garrahan no tiene un problema de plata, tiene un problema de estructura”, sintetizó una fuente oficial.
Durante una breve aparición en Casa Rosada, la viceministra Cecilia Loccisano detalló que el hospital cuenta con 953 empleados administrativos y solo 478 médicos de planta. “Hay un desequilibrio muy grande en la dotación que estamos tratando de corregir para priorizar a los médicos y mejorar las prestaciones”, afirmó.
El Gobierno afirma que el objetivo es reordenar el presupuesto —que aseguran fue incrementado en un 244% entre 2023 y 2024— para concentrar los recursos en la atención médica. A partir del 1 de junio, se activará un sistema de ingreso biométrico para registrar el presentismo del personal. “Los que no cumplan no van a cobrar. Se terminó el tiempo de los ñoquis”, deslizaron desde el ministerio.
Entre los trabajadores, la situación es crítica. Médicos residentes denuncian jornadas de hasta 60 horas semanales con una remuneración que ronda los $3.000 por hora, lo que representa ingresos por debajo del umbral de pobreza. Según sus cálculos, el salario mensual debería casi duplicarse para empatar la inflación.

Desde enero, rige un ítem de alta complejidad que representa un 15% adicional sobre el salario básico, y también hubo una suba en la hora de guardia, que pasó de $8.000 a $9.600. Aun así, los profesionales insisten en que esas mejoras son insuficientes.
En paralelo, el Ejecutivo analiza la implementación de un plus por productividad vinculado a la complejidad de los procedimientos realizados, aunque esa medida aún se encuentra en etapa de estudio.
Otra línea de conflicto gira en torno a las contrataciones de servicios tercerizados, como limpieza, vigilancia y alimentación. Según fuentes oficiales, se detectaron irregularidades en licitaciones previas y señalan que “algunos actores buscan interferir en la comunicación directa con los residentes para sostener sus privilegios”.
Tras el anuncio de un paro para este jueves, el Ministerio de Capital Humano dictó la conciliación obligatoria y se convocó una mesa de diálogo que reunió a representantes del Gobierno nacional, de la Ciudad, autoridades del hospital y delegados médicos. Según el Ejecutivo, la instancia busca abrir un canal institucional para resolver los desacuerdos.

No obstante, desde la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan (APyT) alertan sobre un posible colapso sanitario si no se atienden los reclamos: “El hospital necesita recomponer salarios, cubrir vacantes y frenar el vaciamiento”, sostienen.
También hay diferencias en los números. Esteban Argañaraz, delegado de ATE, cuestionó los datos oficiales y aseguró que el hospital cuenta con 4.728 trabajadores, de los cuales más de 3.000 están afectados directamente a tareas asistenciales. “El ajuste es real, y lo están disfrazando con discursos de orden y eficiencia”, denunció.
Mientras el Gobierno destaca como logro haber alcanzado “el equilibrio financiero del hospital por primera vez en una década”, los trabajadores insisten en que ese equilibrio se sostiene a costa del deterioro de las condiciones laborales y la atención.
MM con información de la agencia NA.
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