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Una prórroga hasta la victoria final

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¡Hola! ¿Cómo estás?

Espero que andes bien. Son días movidos en Brasil y lo será de acá hasta el domingo que viene, cuando se defina quién va a ser el nuevo presidente de Brasil. Lula o Bolsonaro. Dos candidatos atravesados por la redonda, que tuvieron en sus campañas el apoyo de distintos futbolistas: desde Neymar, que generó revuelo en las redes sociales, hasta el ex futbolista Rai, que el lunes metió el tema de las elecciones en medio de la gala del Balón de Oro. “Una prórroga hasta la victoria final” dijo Lula después de los resultados que hubo en primera vuelta como forma de caracterizar este tiempo suplementario de “un partido” que finaliza en una semana, pero que empezó hace tiempo atrás y que hoy vamos a intentar repasar.

¡Sacamos del medio!

Estadio Vila Euclides “1ro de Mayo”

El estadio elegido, más que por el fútbol pasó a la historia por ser el escenario de las huelgas generales de los trabajadores metalúrgicos brasileños paulistas en los años 1979 y 1980, cuando languidecía la cruenta dictadura de Brasil. Por supuesto, en ese entonces llevaba el nombre de un dictador: Presidente Arthur da Costa e Silva, el segundo militar que presidió la dictadura después del golpe de 1964. Luego, por decreto del alcalde paulista Antonio Tito Costa, el estadio del distrito de Vila Euclides, ubicado en el municipio São Bernardo do Campo, pasó a llamarse “1 de Mayo”, en homenaje al movimiento obrero que lideró Lula Da Silva.

En la imagen, sacada por el fotógrafo Juca Martins, lo muestra al dirigente sindical en lo que fue la primera asamblea de 1979 y que tuvo lugar en el estadio que hoy aloja al club São Bernardo, de la tercera división de la liga brasileña. Esa vez, como este año, Lula protagonizó la esperanza del pueblo brasileño. En la foto se lo ve en medio de más de 80 mil obreros, en un estadio que en sus gradas podía albergar sólo a 15 mil personas.

Sin escenario y sin sonido, Lula se paró arriba de un escritorio en mitad de la cancha y habló gritando. Sus palabras eran repetidas a coro por los trabajadores más cercanos para transmitírselas a los que estaban más al fondo. Allí se realizaron 18 asambleas, que no estuvieron exentas de la persecución militar. Durante esos encuentros, sobrevolaban en el estadio los helicópteros del Ejército con soldados armados, mientras que en las inmediaciones se hacían presente policías y las tanquetas que buscaban intimidar a los manifestantes.

Estas históricas asambleas de los metalúrgicos paulistas representaron un momento clave para la creciente oposición popular en la lucha por la democracia. El resto es historia conocida: “aquí nació un presidente” dijo Lula en el 2011, después de dos mandatos cumplidos, cuando volvió al estadio para ver el partido por el torneo estadual entre São Bernardo y Corinthians. Aquel día, llevó puesta una camiseta con el color de los dos clubes, los del local y los de su pasión incondicional: el Corinthians.

Primer tiempo

Vai Corinthians, Não Pare de Lutar

Así como desde el sindicalismo Lula luchaba contra la dictadura, el equipo del cual era hincha se sumaba desde el fútbol a esa proeza para que Brasil vuelva a ser un país democrático. “Democracia Corinthiana” se llamó el equipo de Corinthians de principio de los años ´80, que utilizó el terreno de juego y la pelota como altavoz para cambiar la sociedad brasileña. Con un sociólogo como director deportivo y de la mano del futbolista Sócrates, el plantel impregnó una política de total democracia: se votaba todo, en tiempos donde no se podía elegir nada. Cómo hacían los metalúrgicos, los del Timao también aplicaron una doctrina asamblearia. Pero, además, salían con mensajes e insignias en su camiseta en pos de la democracia y concurrían a las manifestaciones para que haya elecciones directas para elegir al presidente de la Nación (diretas jà)“Ganar o perder, pero siempre con democracia”, profesaban.

De allí Lula estableció una profunda amistad con el “doctor” Sócrates. En el 2011, cuando el futbolista falleció lo recordó como un ejemplo de conciencia política, y en el 2017, cuando la Escuela Nacional Florestan Fernandes del Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra de Brasil (MST) inauguró el campo de fútbol Dr. Sócrates Brasileiro, Lula estuvo presente para honrar la memoria de su amigo. El registro de ese partido fue utilizado en uno de los spots de campaña de este año, en el que lo tiene como presentador al ex futbolista Juninho Pernambucano. El video muestra como aquel día, Lula, con el número 13 en la espalda (por el número de su partido) mete un gol de penal y lo festeja como lo hacía Sócrates: con el puño en alto. “El crack más grande de Brasil está de vuelta, el hombre que sólo trajo alegría al pueblo” dice en el video Juninho en referencia al candidato del PT y agrega “la gran esperanza del país, para volver a ser campeón”, mientras aparecen los logos de las políticas que llevó adelante Lula durante su gestión, como Bolsa FamiliaMinha Casa – Minha Vida y Fome Zero.

Otro de los spots electorales de este año también hace un paralelismo con el fútbol y va dedicado al exjuez Moro, quien encarceló a Lula en el 2018 y que en primera vuelta obtuvo una banca como senador en el Estado de Paraná por el bolsonarismo. En ese video de campaña se ve como dos amigos discuten si el ex mandatario es o no inocente por supuestos casos de corrupción. Para resolver acuden al VAR, representado por el ex jugador Pernambucano que explica: “Lula fue juzgado sin delito y sin pruebas, sólo para sacarlo de las elecciones de 2018. Y lo peor, el juez luego se convirtió en ministro del candidato electo, una vergüenza inmensa”.

La vez que el juez Moro fue designado por Bolsonaro como su Ministro de Justicia, las hinchadas antifascistas de clubes Brasil salieron a repudiar la designación en un comunicado: “un árbitro que entra al campo con la camiseta del equipo contrario, entrena al equipo, hace la formación y arresta a la estrella rival en el vestuario, ¿puede hacer eso? no puede. Es un gol contra la democracia”. Esa vez, Lula recogió el guante y mandó una frase futbolera: “Del juez ladrón, el fanático entiende”.

Cuando salieron a la luz los informes de “The Intercept”, sobre el complot entre Moro y los fiscales de la causa “Lava Jato”, Bolsonaro, quien solía (y suele) ir a los estadios y vestirse con distintas camisetas de clubes brasileños, llevó al Ministro a la cancha del Flamengo para respaldarlo en medio del escándalo. “Sergio Moro no juega al fútbol, pero está haciendo un gol de chilena desde mitad de cancha”, esgrimió aquel día e hizo que durante el partido se ponga una camiseta del club para que lo ovacionen los plateistas cercanos. Esa vez, los políticos jugaron de local por los estrechos vínculos que el presidente mantenía con la dirigencia del mengao. Hincha del Palmeiras, Bolsonaro no dudo en subirse al poderío futbolístico y popular de un club que moviliza a más de 50 millones de fanáticos. En 2019, en los días previos a la final de la Libertadores entre el Flamengo y River, el presidente no desperdició momento para regalarle una campera del mengao al presidente chino Xi Jinping: “Ojalá haya 130 mil millones de hinchas nuevos para Flamengo”, dijo esa vez. El club rojinegro también le sirvió como punta de lanza para hacer que la pelota vuelva al ruedo en plena crisis sanitaria producida por la pandemia y legitimar así, su política aperturista. Más adelante Bolsonaro les devolvería el favor al Flamengo otorgándole por decreto los derechos televisivos en detrimento de los intereses de la cadena televisiva Globo. Muchos de los hinchas del actual finalista de la Copa Libertadores no les perdonaron esa alianza a sus dirigentes. Clube do povo, fora Bolsonaro” (club del pueblo, fuera Bolsonaro), pintaron en las inmediaciones del club durante el 2020.

No fue la única manifestación de una hinchada en contra de Bolsonaro. En carne propia sufrió la silbatina de todo un estadio. Pero además hubo simpatizantes que en las tribunas siempre hicieron presente el pedido de libertad a Lula.

Sobre todo, los hinchas corinthianos que ya habían mostrado su cariño cuando el ex mandatario atravesó un cáncer de laringe. El club de sus amores fue un estímulo vital para Lula durante los 580 días que estuvo preso. El día que fue condenado a 9 años y medio de prisión, el Corinthians jugó el partido de ida por la final del Torneo Paulista, donde ganó por 1 a 0. Ante la noticia Lula tenía que salir a hablar, pero nunca lo hizo: “Disculpen por no dar la conferencia de prensa ayer. Necesitaba ver al Corinthians derrotar al Palmeiras”, dijo en aquella jornada, como forma de burlarse de una justicia que se estaba burlando de las leyes. Finalmente, el partido de vuelta lo vio en la cárcel, donde festejó el campeonato obtenido a través de la tanda de penales. Su club le había dado una alegría importante en uno de los peores momentos de su vida.

Un mes después de salir de prisión, Lula volvió al estadio Sócrates donde jugó un partido para celebrar su libertad. “Toca para Lula, que está libre” lo denominaron al fulbito en el que participó el músico Chico Buarque y que fue presenciado por más de cuatro mil personas. El encuentro se realizó días antes de una gira que el ex mandatario emprendió por todo el país de cara a las elecciones municipales del 2020 para apuntalar los apoyos para el PT. Desde ahí, ya de vuelta al ruedo, Lula comenzó a jugar el partido más importante, el que hoy está en prórroga.

Segundo tiempo

“Una prórroga hasta la victoria final”

Luego de conocerse los resultados en primera vuelta, Lula caracterizó este mes de campaña como el alargue de un partido de fútbol que se juega después de los noventa minutos. “Una prórroga hasta la victoria final” dijo en un tono relajado, recordando que lo de él son los partidos de 120 minutos: en el 2002 le ganó en segunda vuelta a José Serra, entonces candidato por el PSDB; mientras que en el 2006 le ganó el balotaje a Geraldo Alckmin, quien hoy es su compañero de fórmula.

Este año, el mundo de la redonda también se entrometió en la campaña electoral. Primero porque Bolsonaro se apropió de la camiseta de la selección, usándola como símbolo de campaña. Hasta le pidió a sus votantes que vayan a votar con la verdeamarela. Un estilo que se repite en varios candidatos de la derecha en la región, como fue el caso de Keiko Fujimori que lo hizo en las elecciones de Perú del año pasado. No sólo la candidata vistió la rojiblanca en sus actos, sino que desplegó toda una campaña en torno a la camiseta llamada #PonteLaCamiseta, que fue respaldada por muchos futbolistas de la selección. En este caso, el delantero de Brasil Richarlison salió al cruce del presidente y lamentó el uso político “a un color que es de todos”.

La presencia del ambiente del fútbol también apareció días antes al domingo electoral del cuatro de octubre, cuando Bolsonaro salió a relucir el apoyo que tiene de reconocidos futbolistas. La nómina de adhesiones estuvo integrada por ex futbolistas como Rivaldo, Cafú y Robinho, y por los que están en ejercicio como Lucas Moura, Dani Alves y su amigo Felipe Melo, que hizo un video con toda su familia diciendo que Bolsonaro “representa a Dios, la vida, la familia y la libertad”. Por su parte, el ex futbolista Romario, que desde hace años está metido en la política, renovó su banca de senador por Río de Janeiro de la mano del actual presidente brasileño. Al “Chapulín”, hay quienes, además de recordarle los goles de puntín, le evocan la vez que se levantó la camiseta y mostró una remera que decía “armas no protegen, matan”. Sus críticos le achacan cómo ahora puede apoyar a Bolsonaro, que desde el 2019 mediante decretos fomentó y habilitó el acceso de la población a las armas.

Sin embargo, fue el apoyo de Neymar a Bolsonaro lo que generó mucho revuelo en Brasil. El ex futbolista Walter Casagrande, el 9 de la histórica Democracia Corinthiana, dijo: “Neymar mostró incoherencia, alienación y su falta de conciencia social”. A la crítica, de cómo puede ser que jugadores que salieron de los sectores populares hoy acompañen a políticos que defienden intereses opuestos, se le suma la contradicción de apoyar a un candidato acusado y hasta denunciado de racista. En las redes sociales le cuestionaron a Ney el voto a un candidato xenófobo cuando días atrás había repudiado los insultos racistas que recibió su compañero de selección Vinicius Jr.

No sólo eso, en el 2020 Neymar junto a Mbappé hicieron suspender un partido de Champions League por un acto de racismo de un árbitro hacia un jugador. Por otro lado, la adhesión del diez del PSG generó la suspicacia que vincula el apoyo del jugador con la suspensión del juicio que atraviesa en el país por evasión fiscal. De forma irónica, el martes, en una entrevista para el ciclo de charlas del canal de youtube Flow PodcastLula volvió a reflotar esta idea: “Neymar tiene derecho a elegir a quien quiera para ser presidente. Creo que tiene miedo de que si yo gano las elecciones, yo sepa lo que Bolsonaro le perdonó de su deuda del impuesto a la renta. Creo que es por eso que me tiene miedo”. Sin embargo, el apoyo del futbolista a Bolsonaro data ya desde las elecciones de 2018. Aquella vez, Juninho Pernambucano también despotricó contra Neymar y contra todos los futbolistas que apoyaron a Bolsonaro: “Me pongo enfermo cuando veo a jugadores brasileños de derecha como Neymar apoyando a fascistas. Nosotros venimos de abajo y somos pueblo. ¿Cómo vamos a estar del otro lado?”.

La importancia que hay sobre estas elecciones en Brasil quedó reflejado de forma mundial este lunes, cuando el tema se coló en la famosa gala del Balón de Oro 2022. Allí estuvo este lunes, el ex futbolista Rai, campeón de la selección brasileña del mundial de 1994 y hermano del legendario Sócrates. Su presencia en los premios se debió a que la revista France Football creó el “Trofeo Sócrates” para esta edición, como forma de destacar la acción solidaria o de conciencia social de los futbolistas.

Como no podía ser de otra forma, lo ganó el senegalés Sadio Mané, por el trabajo social que hace en su ciudad natal, Bambali, donde financió la construcción de un hospital y de escuelas. Rai fue el presentador del premio y al igual que su hermano, no dudó en aprovechar el espacio para dar un mensaje político. Haciendo el gesto de la “L”, en apoyo a Lula, dijo ante los grandes jugadores del mundo y ante millones de espectadores: “Mi país tendrá que tomar una decisión muy importante a finales de mes por un mundo mejor. Todos sabemos muy bien de qué lado estaría Sócrates, y todos estaríamos detrás de él. Es importante para Brasil y para todo el mundo”.

El balotaje se realizará el domingo que viene, en el día del nacimiento de Diego Maradona, un viejo amigo de Lula. El mismo que lo apoyó para su candidatura en el 2018, antes que Lula sea encarcelado y no pudiera competir. Aquella vez, el astro del fútbol le dejó una frase que se actualiza en estos días: “Los corruptos ganan algunas batallas pero las guerras de los países las ganan los que realmente quieren al pueblo. Lula, amigo mío, siga para adelante”.

Penales

-Para conocer más la historia del equipo de la Democracia Corinthiana les recomiendo la película “Democracia en blanco y negro” del director Pedro Asbeg. También les dejo el episodio “Democracia Corinthiana” del podcast Fútbol Rebelde.

-Hoy a las 17:00 se define el campeonato y al menos que Independiente se apiade de sus vecinos y le saque una victoria o un empate a Boca, el equipo xeneize será el nuevo campeón. Del otro lado juega Racing contra River, en lo que será el último partido del ciclo Gallardo.

-Mauricio Arditi es licenciado en Comunicación Social y acaba de publicar “Al interior del fútbol”, una guía del fútbol argentino que recopila más de dos mil equipos de todo el país. Lo pueden descargar acá.

-El sábado 29 Deportea palpita el mundial con una exposición en la que habrá feria de libro deportivo, “charlas mundialistas”, muestra de figuritas y un homenaje a Maradona. Se realiza en Lavalle 2083 y la entrada es libre y gratuita.

La figura

Karim Benzema

El francés Karim Benzema obtuvo este lunes el Balón de Oro, en el que increíblemente no tuvo como candidato a Messi. De gran nivel en la Champions, que ganó el año pasado con el Real Madrid, a Karim lo veremos en el mundial después de años de ausencia en el equipo galo al haber sido apartado en el 2015 por la Federación Francesa de Fútbol por haber estado involucrado en el intento de chantaje con un video sexual a su entonces compañero de selección, Mathieu Valbuena. Aquella vez, Benzema denunció que fue una excusa para sacarlo por sus raíces argelinas y que Deschamps cedió a una parte racista de Francia. Finalmente, el año pasado, después de seis años, el mismo entrenador lo volvió a convocar para poder ganar el mundial como en el 2018. Acá un mix de goles y jugadas del ganador del Balón de Oro.

Espero que hayas disfrutado de este partido.

Nos vemos la próxima fecha para seguir tirando paredes juntos.

Abrazo de gol.

Lucas

¡Hola! ¿Cómo estás?

Espero que andes bien. Son días movidos en Brasil y lo será de acá hasta el domingo que viene, cuando se defina quién va a ser el nuevo presidente de Brasil. Lula o Bolsonaro. Dos candidatos atravesados por la redonda, que tuvieron en sus campañas el apoyo de distintos futbolistas: desde Neymar, que generó revuelo en las redes sociales, hasta el ex futbolista Rai, que el lunes metió el tema de las elecciones en medio de la gala del Balón de Oro. “Una prórroga hasta la victoria final” dijo Lula después de los resultados que hubo en primera vuelta como forma de caracterizar este tiempo suplementario de “un partido” que finaliza en una semana, pero que empezó hace tiempo atrás y que hoy vamos a intentar repasar.