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Comodoro Py y una agenda sin brújula

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Hace mucho que no hablo de judiciales porque la agenda socioeconómica argentina es urgente. Más de un millón de chicos se saltean una comida y 4 de cada 10 argentinos son pobres. Si eso no es lo urgente, nos falla la brújula. Además de forma desigual, todos sufrimos el aumento de precios y de la inseguridad. Hoy por ejemplo, en el noti de A24 entrevistamos a Teresa de Berazategui, trabajando como empleada doméstica logró ahorrar y armar su local de ropa: este fin de semana le robaron todo, la dejaron sin nada. En este contexto me pone triste que la vicepresidenta nos arrastre a todos a un debate público sobre sus causas judiciales.

Pero hoy voy a hacer un espacio en “Cata de Noticias ”para pensar sobre lo que está pasando en Comodoro Py con el juicio a Cristina Kirchner, entre otros 12 imputados, por “Vialidad” porque es histórico al tratarse de una vicepresidenta en ejercicio. 

En un libro que publicamos con el fiscal Federico Delgado en 2016 con la editorial Planeta llamado “La cara injusta de la justicia” contamos con teoría y ejemplos cómo el Poder Judicial suele acariciar a los poderosos y aplastar a los débiles. En este caso, los alegatos del fiscal Luciani son un pedido fuerte mientras gobierna el Frente de Todos. Rompe con esa teoría.

En “Cata de noticias” mi espacio radial en el que intento alejarme del ruido que todo esto genera vale hacer algunas aclaraciones . Respiremos y pensemos por fuera de la grieta unos minutos.

*Los alegatos del fiscal Luciani son un pedido no vinculante, pero son la expresión del fiscal que representa a la sociedad. 

* Ahora los defensores van a hablar sobre el fiscal y es probable que sean duros y cuestionen la confección del proceso 

*Mientras tanto, los que agitan el clima son los dirigentes políticos porque dan por sentado que el juicio ya terminó: de un lado y del otro hablan de una sentencia escrita, de culpabilidad y de inocencia y, en realidad, el juicio ingresó en la fase final, pero aún faltan etapas. Y así, los políticos enloquecen a la gente. Un diputado de Juntos por el Cambio pidió pena de muerte para la Vicepresidenta y un sindicalista K amenazó con acomodarle los dientes al fiscal.

Más allá de los hechos de corrupción en la Obra pública denunciados en la causa de Vialidad, que vale recordar que fueron denunciados por Lilita Carrió en 2008 y que en Comodoro Py hicieron en ese entonces una calesita judicial para demorar y complicar la investigación, es interesante correrse de los gritos hoy y mirar por qué el proceso judicial está envuelto en sospechas de uno y otro lado y por qué eso puede ser un riesgo para la calidad de nuestra democracia. 

De nuevo, no estoy opinando de los hechos de corrupción denunciados, no estoy hablando de culpabilidad o inocencia. De hecho me parece trascendente que la justicia diga si hubo corrupción. Que lo confirme. El problema para la democracia es si no dice nada , si tarda en decirlo o si lo dice y la mitad de la sociedad desconfía de lo que dice la justicia.

Estoy mirando algunos cuestionamientos y sospechas sobre ciertos aspectos del proceso. Por ejemplo, si ponés en “mute” los gritos probablemente veas que la gran mayoría de la política, con silencios o con declaraciones, se blinda frente al delito de asociación ilícita porque temen que un precedente así se repita en el futuro. 

Por ejemplo, el dirigente de “Juntos por el Cambio” Miguel Ángel Pichetto expresó que va a ser difícil cerrar el esquema probatorio de la asociación ilícita y que le parece “un poco mucho que un Gobierno se constituya para delinquir”. 

Mientras tanto, militantes y simpatizantes del Frente de Todos marchan, gritan, piden. El Estado, igual que en materia económica y social, se muestra impotente. Nadie sabe bien qué hacer. 

En este contexto, el desafío para los jueces del TOF 2 es enorme. Ayer en Clarín el presidente del Colegio Público de Abogados Ricardo Gil Lavedra dijo que solo el 14% de los argentinos confía en la justicia. La pregunta es ¿cómo harán los jueces para convencernos de un veredicto y eliminar la sospecha? Si la condenan, ¿convencerán a la mayoría de los argentinos? ¿Y si la absuelven?

Corre el tiempo y nos aproximamos al momento de la sentencia, Cristina encolumna al peronismo en su denuncia de persecución judicial y el presidente Alberto Fernández aparece corrido y cuando habla comete furcios. Mientras tanto, el tercer accionista de la coalición gobernante y actual ministro de Economía Sergio Massa avanza con su plan de ajuste y estabilización en un contexto inflacionario, de pulverización de cualquier tipo de ingresos, de brecha cambiario, de índices de pobreza inmorales y de falta de dólares . 

 ¿Cómo sigue todo esto? Es Argentina así que siempre es mejor cerrar con “una historia en desarrollo”.

Editorial del 29 de agosto de “Cata de Noticias” por Radio con Vos

Hace mucho que no hablo de judiciales porque la agenda socioeconómica argentina es urgente. Más de un millón de chicos se saltean una comida y 4 de cada 10 argentinos son pobres. Si eso no es lo urgente, nos falla la brújula. Además de forma desigual, todos sufrimos el aumento de precios y de la inseguridad. Hoy por ejemplo, en el noti de A24 entrevistamos a Teresa de Berazategui, trabajando como empleada doméstica logró ahorrar y armar su local de ropa: este fin de semana le robaron todo, la dejaron sin nada. En este contexto me pone triste que la vicepresidenta nos arrastre a todos a un debate público sobre sus causas judiciales.

Pero hoy voy a hacer un espacio en “Cata de Noticias ”para pensar sobre lo que está pasando en Comodoro Py con el juicio a Cristina Kirchner, entre otros 12 imputados, por “Vialidad” porque es histórico al tratarse de una vicepresidenta en ejercicio.