Durante los próximos 12 días (del martes 13 al sábado 24) los habitantes del Planeta Cine se trasladarán en masa a la Costa Azul francesa, más precisamente al balneario de Cannes, para participar en el principal evento artístico e industrial del año. Es que durante esas casi dos semanas conviven el festival más influyente con el Marché du Film, el mercado más importante de la temporada. Prestigio, glamour y dinero, trípode que sostiene un andamiaje organizativo sin igual para contener a 4.000 periodistas y otros 15.000 acreditados que viajan para hacer negocios. Una bacanal de proyecciones en las mejores salas, reuniones en stands, cócteles en hoteles de lujo y fiestas en playas privadas, discotecas o a bordo de yates que parecen ciudades flotantes.
Si en el Marché se presentan cada año cientos de películas en desarrollo, en rodaje, en postproducción o ya finalizadas, el festival –en cambio– se reduce a unos pocos títulos. Entrar a Cannes no es fácil y la selección de un film puede cambiar la carrera no solo de ese proyecto sino también de su director o sus productores. Sin contar cortometrajes ni clásicos restaurados, en esta 78ª edición se estrenarán 73 largometrajes en la Sección Oficial (21 de ellos en la lucha por la Palma de Oro) y otros 40 en las tres secciones paralelas e independientes: Quincena de Cineastas, Semana de la Crítica y ACID. Al revés que en otras muestras, como Berlín o Toronto, Cannes apuesta por menos películas para que tengan mayor exposición y repercusión.
Incidencia en el año cinematográfico
Cannes siempre fue un festival que marcó tendencias, pero en el último lustro su influencia ha crecido de forma exponencial. Desde que la coreana “Parasite” ganó la Palma de Oro y luego el Oscar a Mejor Película en 2020, el festival francés se consolidó como el evento de referencia.
Veamos, por ejemplo, lo que ocurrió en los dos últimos años: en 2023 la Palma fue para “Anatomía de una caída”, de la local Justine Triet, que terminó consiguiendo cinco nominaciones al Oscar y la estatuilla a Mejor Guion, mientras que otros títulos de esa edición de Cannes también dominaron la discusión cinéfila: desde “Los asesinos de la luna”, de Martin Scorsese; hasta “Zona de interés”, de Jonathan Glazer. En 2024 la incidencia fue aún mayor: “Anora”, de Sean Baker, hizo doblete como “Parasite” (primero la Palma, luego los Oscar más importantes), mientras que “Emilia Pérez”, “La sustancia” y “El aprendiz” también fueron protagonistas de la temporada de premios.
La gran pregunta que todos se hacen en la Croisette, por lo tanto, es cuáles serán las películas con las que Cannes 2025 invadirá el resto del año cinematográfico que se extenderá hasta marzo del año próximo.
Festival de autores y autoras
En la Competencia Oficial de esta edición habrá, como siempre, mucho cine francés y estadounidense, pero también del resto de Europa. En cambio, la presencia latinoamericana será bastante escasa (el brasileño Kleber Mendonça Filho estrenará “O agente secreto”) y España tendrá dos representantes: “Romería”, de Carla Simón (cierre del tríptico que inició con “Verano 1993” y “Alcarràs”) y “Sirât”, de Oliver Laxe (rodada en los desiertos del norte de Africa).
Este año regresan los hermanos belgas Luc y Jean-Pierre Dardenne (dos veces ganadores de la Palma de Oro) con “Jeunes mères” (ambientada en un refugio para madres adolescentes) y la local Julia Ducournau con “Alpha”, su esperado nuevo film luego de ganar el máximo premio en Cannes 2021 por la provocativa “Titane”. Habrá que ver qué opina el jurado presidido por una estrella local Juliette Binoche.
A Hollywood con amor
El cine estadounidense, ya sea a gran escala o más independiente, tiene siempre un lugar de privilegio en Cannes. En la disputa por la Palma estarán, por ejemplo, los más recientes largometrajes de Wes Anderson (“The Phoenician Scheme”), Kelly Reichardt (“The Mastermind”), Ari Aster (“Eddington”) y Richard Linklater con “Nouvelle Vague”, una historia en francés que transcurre durante el rodaje de “Sin aliento”, de Jean-Luc Godard, película clave para el surgimiento de esa nueva ola a la que refiere el título.
Fuera de Competencia se exhibirán desde “Misión: Imposible - Sentencia final” con Tom Cruise seguramente protagonizando alguna presentación espectacular en medio del estreno mundial, hasta lo nuevo de Spike Lee con Denzel Washington (“Highest 2 Lowest”, inspirada en “El cielo y el infierno”, de Akira Kurosawa). También volverá a Cannes Robert De Niro para recibir una Palma a la carrera en la ceremonia inaugural (luego se proyectará la comedia francesa “Partir un jour”, ópera prima de Amélie Bonnin) y para al día siguiente dar una charla pública sobre su trayectoria.
Cine argentino en crisis
El cine nacional suele tener una importante presencia tanto en la sección oficial como en las muestras paralelas, pero este año contará con una representación muy reducida por la drástica caída en la producción de películas a nivel local por las restrictivas políticas de fomento del INCAA durante la gestión libertaria de Carlos Pirovano. “Drunken Noodles”, de Lucio Castro, se proyectará en ACID, mientras que “Tres”, de Juan Ignacio Ceballos, será parte de la competencia oficial de cortos La Cinef.
Más allá de esos títulos, hay presencia argentina directa o indirecta en varias producciones. Por ejemplo, la muy esperada “Die My Love”, de la escocesa Lynne Ramsay, con Jennifer Lawrence, Robert Pattinson, Nick Nolte y Sissy Spacek, está basada en la novela “Matate amor”, de Ariana Harwicz.
Ucrania, Gaza y las búsquedas políticas
Cannes dedicará buena parte de su primera jornada al “Día de Ucrania”, durante la que se proyectarán tres películas sobre el conflicto con Rusia: “Zelensky”, de Yves Jeuland, Lisa Vapné y Ariane Chemin; “Notre Guerre”, de Bernard-Henri Lévy y Marc Roussel; y “2000 Meters to Andriivka”, de Mstyslav Chernov.
Pero también habrá registros sobre otras regiones del planeta en crisis: desde “Once Upon a Time in Gaza”, de Arab y Tarzan Nasser; hasta “Yes!”, del siempre contestatario director israelí Nadav Lapid, que está ligado a los ataques ocurridos el 7 de octubre de 2023 y narra la historia de un músico de jazz en crisis al que le encargan componer un nuevo himno nacional.
Trump y un golpe de (al) mercado
La decisión del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles a las películas extranjeras para así favorecer los rodajes en su propio país alteró lo que prometía ser un Marché du Film con buen clima de negocios.
En las últimas horas, más de 100 organizaciones de cine y televisión de todo el mundo lanzaron un llamamiento a las instituciones de la Unión Europea y a los gobiernos de los diferentes países titulado “Nuestras historias, nuestras voces: una declaración global por la libertad artística, la diversidad cultural y la soberanía cultural”. En Francia, quedó dicho, se admirará como en pocas otras partes a la cultura estadounidense, pero no están dispuestos a bajar la guardia frente a una ofensiva como la lanzada de forma imprevista y brutal por Donald Trump.
DB/DTC