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INCENDIOS EN ESPAÑA

Perder la casa y tu sustento por el fuego: “Nunca he tenido miedo en mi vida, pero esta vez lo tuve”

Castrocalbón/San Esteban de Nogales/Genestacio de la Vega
Una vivienda calcinada en El Barrio de Castrocalbón

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El gigantesco incendio que arrasa el sur de la provincia española de León desde el norte de la de Zamora provocó la mayor evacuación que se recuerda en la historia reciente, más de 8.000 personas en la provincia leonesa, ante la peligrosidad de las llamas que cercaron a una treintena de localidades, además de un vecino fallecido cuando intentaba evitar lo peor del fuego. Pero la resistencia precisamente de los vecinos a irse y luchar contra el fuego ha sido decisiva, denuncian todos de forma unánime, para salvar los pueblos. El controvertido lema “Solo el pueblo salva al pueblo” ha prendido tan rápido como se propagó el fuego, repetido hasta la saciedad por los vecinos que nos hemos encontrado.

En Castrocalbón 'El Barrio' fue parcialmente pasto de las llamas. Este conjunto de casas un poco alejadas del núcleo urbano ha visto como un tercio de sus edificaciones han ardido. Entre ellas varias casas habitadas. Madre e hija contemplan con una gran entereza el desastre de la suya. La vivienda ha quedado reducida a paredes semiderruidas y escombros, y estaba recién reformada. Fueron desalojadas, pero regresaron para ver el desastre ya que hasta el último minuto intentaron pararlo con una pequeña bomba y ayuda de otros vecinos que fue del todo insuficiente.

“Tú que tienes aquí una casa para vivir y ahora esto”, se lamenta la hija. La madre observa su huerto aledaño, intacto, mientras explica cómo era su vivienda y señala que se ha quemado la nueva y otra que poseen no se ha visto afectada, “otra casa más abajo no se quemó, podía haberse quedado esta”. “Ha sido muy muy gordo, teníamos el fuego por dos lados”, relata la hija mientras recuerdan cuando les avisaron, “sacar las mangueras que viene pintando mal”. “Tienen que pillar al que lo hizo porque está hecho a propósito”, reivindica.

Viviendas arrasadas por el fuego en El Barrio de Castrocalbón
Vecinos de Castrocalbón en vigilancia de reproducciones

En Castrocalbón se creó un punto de encuentro para organizar los grupos que vigilan las reproducciones para intentar apagarlas. No hay apenas cobertura salvo aquí, incluso hay algunas zonas del pueblo sin luz porque los transformadores reventaron por el fuego. Su sube al Palacio y se puede observar toda la contorna. Grupos de jóvenes se organizan conformando patrullas de varios por seguridad para acudir desde donde llegan avisos de pequeñas reproducciones. Señalan la insuficiencia de medios, aquí si hubo brigadas en lo peor –la tarde y noche del lunes al martes–, y que si no es por los vecinos que no se quisieron ir hubiera ardido todo el pueblo. Había que salvar las casas y las instalaciones agrarias en las que muchas familias tienen su empleo. Solo se pudo lograr parcialmente. “Nunca he tenido miedo en mi vida, pero ayer lo tuve”, resume uno todavía con el susto en el cuerpo.

Pese al desalojo masivo ordenado por las autoridades este martes los pueblos de la zona han ido volviendo a una rara normalidad. Un día dedicado a repasar el perímetro y sofocar reproducciones. El fuego ha quemado algunos de ellos de forma parcial, como Palacios de Jamuz, y en el resto se ha quedado a las puertas o incendiando edificaciones y viviendas, como en Pinilla de la Valdería. El terror permanece en los vecinos y vecinas que se quedaron.

Vivienda afectada en Pinilla de la Valdería

Comunicaciones imposibles

Las comunicaciones móviles se vinieron abajo la tarde del lunes y no se han recuperado. En algunos pueblos funcionaba el fijo gracias a la fibra. Pero este martes ya no funcionaba tampoco. Un recorrido por las carreteras afectadas deja un panorama bastante desolador. El fuego avanzó en modo lengua arrasando cultivos y bosques, de forma irregular por los continuos cambios de tiempo. Este martes al final de la tarde se han vivido grandes chaparrones, pero no afectaron de forma decisiva alguno de los frentes todavía activos.

En San Esteban de Nogales, una localidad de León pegada a la provincia de Zamora, la intervención de los vecinos, de una brigada de la Junta y la UME fueron decisivas para evitar que se arrasara el pueblo, que se vio cercado por dos frentes, señala uno de los vecinos. Se salvó incluso una granja de pollos en la que hubo que emplearse a fondo, con la pista de pádel a punto de ser pasto de las llamas. “Los jóvenes nos fuimos al monte a apagar un poco lo que veíamos hasta las 3 o 4 de la mañana pero al día siguiente fue horrible”, relata. “La UME y las brigadas están desbordadas porque es que está toda España igual”, resume destacando su intervención para salvar su localidad.

Este miércoles la jornada ha sido más tranquila, de control, pero al finalizar la tarde todo el valle se ha vuelto a llenar de humo proveniente de una reproducción cercana que podría convertirse en frente. El Ayuntamiento ha organizado un punto de avituallamiento y descanso para proporcionar agua y comida a las brigadas y desde allí se van organizando las brigadas para volver a luchar contra el fuego, pese al cansancio acumulado por jornadas interminables.

San Esteban de Nogales

Vigilancia vecinal

La carretera que une Alija del Infantado está llena de vehículos en el alto desde el que se observa todo el valle. Allí acuden los vecinos y vecinas para detectar las reproducciones y dar el aviso correspondiente. Desde primera hora de la mañana hasta última de la tarde mientras el sol y el humo dejen ver algo. Preocupa una reproducción en la zona de Bécares, cuya columna de humo se ve perfectamente desde primera hora de la tarde. Un grupo de vecinos intenta extinguir otra reproducción más pequeña cercana.

Lo mismo ocurre en Destriana, en la comarca de La Valduerna donde el fuego se extendió arrasando cientos de hectáreas de pinares, parte del sustento de la zona. Los vecinos se organizan con lo que pueden, tractores, mangueras y cubos, mientras observan como tres helicópteros usan su piscina para recargar agua contra un frente cercano. El humo se apodera del cielo y todo se vuelve de color amarillento.

Tractores movilizándose en Destriana contra la llegada del fuego
Pinares quemados en La Valduerna

En Genestacio de la Vega dos mujeres, Feli y Chon, descansan a la puerta de su hogar. Relatan la tarde y noche de horror que vivieron el lunes, “Doy gracias a Dios que fue diurno, si es nocturno no sale como salió”, resume. “Ya teníamos todo apagado y con la noche solo veíamos focos y focos y focos. Si prende una casa adiós todas, tienen todas madera en el tejado”. “En los pueblos todos teníamos animales y paja para ellos, y como se vendieron los animales, luego eso si prende, es un auténtico polvorín”.

En La Nora del Río otro grupo de vecinos intenta extinguir un conato reproducido a 500 metros de la localidad. No hay tiempo que perder. Con sulfatadoras y garrafas de agua media docena de vecinos refrescan la zona para evitar que esta pequeña zona boscosa termine por arder entera. Avisan al 112 pero no llega nadie. Incluso pasa el vehículo del guarda forestal sin ni siquiera parar a preguntar si se necesitaba algo, atestigua este periodista. “Una vergüenza”, resumen sin perder tiempo en volver a la tarea. La indignación ha prendido entre el vecindario.

Campos y monte de Genestacio de la Vega arrasados por el fuego
Lucha contra las reproducciones en La Nora del Río
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