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Por la apertura de fronteras y el cambio favorable, el Gobierno espera un boom de compras de extranjeros

El Gobierno intentó un año atrás hacer una excepción para que ingresen turistas en plan de compras

Delfina Torres Cabreros

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Hubo un tiempo, no tan lejano, en que los argentinos hacían kilómetros de fila en la frontera con Chile o Paraguay para cruzar a comprar televisores, ropa de cama, termos. Con la reapertura del ingreso de personas de países limítrofes y un peso devaluado, los comerciantes locales (y el Gobierno) se ilusionan con la postal opuesta y anticipan una ola de turistas en plan de compras, sobre todo orientada a electrodomésticos y bienes electrónicos. 

Las fronteras con los países vecinos comenzaron a abrir progresivamente los últimos días de septiembre, luego de permanecer más de un año y medio cerradas. A partir del 19 de este mes se termina oficialmente el cupo para los ingresos, lo que aumentará la oferta de transporte, y a partir del 1° de noviembre la frontera queda liberada para las personas provenientes de todo el mundo. 

En el Ministerio de Turismo dijeron a elDiarioAR que en la primera semana de apertura a países limítrofes Aerolíneas Argentinas tuvo una demanda de 20.000 turistas de Brasil, lo que “es un indicio de que van a explotar de brasileños y también de chilenos y uruguayos”.  “Tenemos la intuición de que el turismo de países vecinos va a funcionar muy bien”, anticiparon. Según los cálculos de la cartera que encabeza Matías Lammens, hasta fin de año entrarán entre 150.000 y 200.000 turistas, que generarán un movimiento de alrededor de US$50 millones.

“Afortunadamente, a medida que se abran las fronteras y empiece a venir gente del exterior no solo van a estar muy contentos los hoteles y restaurantes sino que las cadenas de electrodomésticos van a vender una cantidad de productos que no te podés imaginar”, anticipó dijo Marcelo Girotti, CEO de BGH, grupo empresario con una división dedicada a la fabricación de televisores, aires acondicionados, microondas y computadoras portátiles. 

Según Girotti, en pesos equivalentes, resulta mucho más barato comprar un televisor o un microondas en la Argentina que en Estados Unidos. “Esta distorsión que hay entre el dólar oficial, al que están asociados nuestros precios, y el cambio paralelo que puede obtener un turista en la calle hace que nuestros precios sean realmente competitivos”, precisó. 

Días atrás, en una convención de la Red Acero —que reúne a cadenas de venta de electrodomésticos del interior— se habló sobre esto y algunos ejecutivos señalaron que “nunca antes” vieron una diferencia de precio tan fuerte con Chile y Uruguay. 

El Gobierno ya fantaseaba con la posibilidad de explotar la billetera de los extranjeros desde hace meses. En noviembre de 2020 se realizó una “prueba piloto” y se decidió abrir las fronteras para residentes de países vecinos que viajaran por un plazo menor a los 10 días y solo a la ciudad de Buenos Aires, donde se esperaba que realizaran compras estimuladas por un tipo de cambio favorable. Sin embargo, el 25 de diciembre se debió dar marcha atrás con la medida para retrasar el ingreso de nuevas variantes de coronavirus que comenzaron a circular en el mundo. 

En una economía con una dinámica inflacionaria acelerada, la pregunta es si esta mayor demanda que se anticipa ejercerá una mayor presión sobre los precios, que terminarán por sufrir los argentinos. En el sector señalan que ya resulta un “desafío” para los fabricantes no trasladar la suba de los insumos importados a los precios locales.

El aumento de los componentes importados presiona sobre el precio final de los electrodomésticos y bienes electrónicos

En el caso de las computadoras, se suma el hecho de que hay escasez de un insumo central, los microprocesadores. Es un problema global que se arrastra desde el primer momento de la pandemia, cuando la producción en China se alteró por la cuarentena, y que se conjugó con una mayor demanda no prevista de computadoras para estudiar o trabajar desde el hogar. Según anticipan en el sector, esta situación recién se normalizará hacia fines de 2023.  

Por otro lado, hay una suba de costos de logística en el mundo, también derivados de la crisis pandémica. “En un momento pagábamos US$1.000 o US$2.000 el flete de un contenedor y hoy llegamos a pagarlo US$20.000. Cuando traes celulares a lo mejor el prorrateado del aumento es chico, pero cuando traes componentes grandes el impacto es mucho mayor”, apunta un empresario. 

En abril pasado el Ministerio de Desarrollo Productivo firmó un acuerdo con la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte) para mantener estable hasta el 31 de octubre el precio de televisores, teléfonos celulares, microondas y aires acondicionados, con la posibilidad de introducir ajustes mensuales desde junio en base a la evolución del tipo de cambio y la variación del costo de los insumos. 

Según el Índice de Precios al Consumidor que elabora Indec, en los últimos 12 meses la categoría “equipamiento y mantenimiento del hogar” aumentó 49,5%, por debajo del nivel general de inflación, que escaló 52,5%. Sin embargo, a partir de noviembre el acuerdo ya no tendrá vigencia. 

Consultados por este medio sobre la posibilidad de una prórroga, en el Ministerio de Desarrollo Productivo guardaron silencio, aunque el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, anticipó en declaraciones a la prensa que luego del congelamiento de una canasta de bienes de consumo masivo anunciado recientemente avanzará con “otros sectores”. 

Según los fabricantes, que el acuerdo se pueda sostener depende de distintas variables, pero sobre todo de lo que ocurra con el dólar, dado que los componentes importados de algunos productos rondan el 50%. También de lo que suceda con las paritarias, que podrían reabrirse y elevar el componente de los salarios de los trabajadores del sector. 

Girotti consideró que es un “buen negocio” comprar electrodomésticos, porque es una forma de hacerse de un bien ligado en dólares que con los programas vigentes se puede comprar hasta en 30 cuotas. Según el Centro de Estudios de la Producción (CEP XII), del Ministerio de Desarrollo Productivo, si se mira la composición de las compras hechas con Ahora 12 se advierte que antes de la pandemia el rubro de electrodomésticos y tecnología promediaba el 27,5% de las ventas del programa. Entre marzo y diciembre de 2020 esa cifra escaló a 37,3% (con un pico de casi el 50% en abril de 2020) y entre julio y agosto de 2021 volvió a estabilizarse, en 31,4%.

DT

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