Guzmán quedó conforme con el proyecto consensuado en el Congreso, pero pide que se lo sancione antes del 21 de marzo
Al ministro de Economía, Martín Guzmán, le pareció bien la solución que encontró el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, de simplificar el proyecto de ley del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para lograr el apoyo de la oposición. Es que en un principio Guzmán había enviado una iniciativa con un solo artículo en el que a la vez se aprobaba la refinanciación de la deuda y también el programa económico al que el FMI condiciona cualquier renegociación. También había incluido en los anexos todo el plan completo, con sus adjuntos, para demostrar que nada estaba oculto, como temían tanto oficialistas como opositores. Pero después, por pedido de Juntos por el Cambio (JxC) y antes de la discusión en comisiones de Diputados, el Frente de Todos (FdT) desdobló el proyecto en dos artículos: uno sobre la reprogramación del crédito otorgado al gobierno de Mauricio Macri en 2018 -que vence en 2022 y 2023- y otro sobre el programa económico.
Entonces sobrevino la amenaza de JxC de que votaría a favor de la refinanciación, pero en contra del plan. Eso sí preocupó al ministro al recordar que las reprogramaciones de pagos con el Fondo siempre vienen condicionadas. La aprobación de sólo la mitad del acuerdo podría provocar problemas a la hora de elevarlo al directorio del organismo -donde están representados todos los países miembros- para su ratificación. Por eso, la fórmula negociada a último momento por Massa y Luciano Laspina, diputado del PRO, conformó al ministro, en contraposición a los rumores que lo describían molesto por la reunificación de los artículos. Al final, los diputados aprobarán la refinanciación, pero dejando constancia explícita de que es parte de un programa de Facilidades Extendidas, como se denominan aquellos que concede el FMI por diez años.
Lo que sí preocupa al jefe del Palacio de Hacienda es que el proyecto, que se votará hoy en Diputados, se sancione la semana próxima en el Senado. Para lograrlo, no hay tiempo para reunir las comisiones y deberían juntarse dos tercios del Senado para tratarlo directamente en el recinto. El apuro del ministro obedece al hecho de que el lunes 21 y el martes 22 de marzo vencen sendos pagos al Fondo por un total de US$ 3.200 millones. Si el Congreso no aprueba el acuerdo la semana próxima, entre el lunes 14 y el viernes 18, el directorio del FMI no podrá ratificarlo el 21 y entonces la Argentina entrará en un atraso. No sería grave si hubiese perspectivas de que pronto el Poder Legislativo lo sancionaría, pero sí implicaría complejidades técnicas no menores. Porque una vez que un país entra en un atraso con el FMI, el organismo ya no puede refinanciarlo y entonces las opciones son recurrir a abonar con las menguadas reservas del Banco Central, de US$ 37.380 millones, de las que pocas son líquidas (algunos economistas como Marina Dal Poggetto sostienen que no quedan y otros como Javier Alvaredo las calculan en sólo 1.000 millones), o tener que salir a buscar el préstamo de un tercero, ya sea otro país u otro organismo internacional. Una vez que se abone ese vencimiento, se podría aprobar el acuerdo y llegarían los recursos del FMI, pero después de toda esa maniobra compleja que si se puede evitar, sería mejor, según la opinión de Guzmán. Más si con la votación de Diputados se despeja la incertidumbre de que la mayoría del FdT y JxC están por la positiva.
AR
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