Qué son “las siete magníficas” y por qué las grandes tecnológicas vuelven a arrasar en bolsa

Carlos del Castillo

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Apple ya vale más de tres billones de dólares en bolsa, 2,75 billones de euros al cambio. No es una cifra fácil de imaginar, ni siquiera para hallar una comparación. Es más que todas las empresas del Ibex 35 juntas o unas 30 veces lo que vale Inditex. El Reino Unido, el sexto PIB mundial, tendría que acumular el valor de absolutamente todos los bienes y servicios producidos en su territorio durante el 2022 para poder comprar Apple. A Francia no le llegaría con ahorrar un solo año y España tendría que acumular sus ganancias de tres ejercicios.

La compañía fundada por Steve Jobs acaba de batir el récord de Wall Street al superar los tres billones de cotización. Poco ha importado a los inversores que el último producto que ha presentado sean unas gafas de realidad virtual extremadamente caras, enfocadas a un campo de futuro incierto como el metaverso y que ni quiera la propia Apple cuenta demasiadas, ya que va a producir tan solo unas 100.000 en el 2024. El precio de sus acciones este 2023 dibuja la mayor pendiente ascendente de su historia.

“Apple es extremadamente atractiva porque no tiene deuda y amasa mucho efectivo. Esto hace que no esté expuesta a las subidas de tipos de interés y si aparte le añades que es una generadora de caja brutal, el resultado es una compañía que presenta resultados muy buenos, con crecimientos importantes en China y en otros países emergentes y con clientes que parecen insensibles a los precios de sus productos”, expone en conversación con este medio Javier Pino, de Analistas Financieros Internacionales (AFI).

Sin embargo, Apple es solo el caso más extremo de una tendencia que está afectando a otro puñado de compañías conocidas en la jerga bursátil como “las siete magníficas”. Todas son grandes tecnológicas y todas acumulan enormes subidas de cotización este 2023. Amazon, Google, Facebook, Microsoft, Tesla y Nvidia completan el grupo.

“Las siete magníficas” se caracterizan por ser compañías que “pese a ser grandes monstruos, tienen capacidad para adaptarse y para buscar las oportunidades”, apunta Javier Molina, analista senior de mercados de eToro. Dominan amplios mercados, tienen cientos de miles de empleados y aunque mantienen su imagen puntera, establecieron sus negocios hace décadas (la más joven es Facebook, hoy renombrada a Meta, fundada en 2004). Con todo, cuentan con cintura para moverse muy rápido en cuanto aparece un nuevo nicho de mercado. Prueba de ello es lo que Google y Microsoft han hecho con la inteligencia artificial o la entrada de Apple en el negocio financiero con micropréstamos, señala el analista.

Desde que comenzó el año el valor en el mercado de estas empresas marca su propia pauta. El capital no busca tecnología en general, busca su tecnología. Tampoco busca grandes empresas. Las busca a ellas. “Si miramos la primera mitad de 2023, las siete magníficas han generado una rentabilidad del 60% de media, mientras que las otras 493 acciones del S&P (las 500 empresas más grandes de EEUU) solo han generado un 5%”, dice Molina.

La norma es que las empresas con las acciones más caras sean también las que más rentabilidades presentan. Este año, sin embargo, esta tendencia se ha disparado. Mientras que la media del período 1995-2023 es que los diez títulos más valiosos generen rentabilidades del 32%, este año “las siete magníficas” están en el 60%.

¿Por qué está pasado esto? Pino, de AFI, señala que las siete comparten los puntos fuertes que han hecho que Apple sobrepase los 3 billones de dólares. Gran balance de caja, capacidad de innovación, buenos dividendos. Pero también señala un punto psicológico: “Se nota cierto FOMO (siglas en inglés de fear of missing out, es decir miedo a perderse algo, o a quedarse fuera), creo que es el comportamiento que mejor describe al mercado ahora mismo”.

“Son empresas que han presentado resultados muy buenos y es verdad que la inteligencia artificial ha sido un catalizador muy relevante para sus cotizaciones, pero también hay factores negativos en el horizonte. Tenemos que ver cómo afectan las medidas arancelarias en la venta de chips y tecnología a China, que a la vez ha impuesto sus propias contramedidas”, advierte.

“Parece que en este momento están pesando mucho más los aspectos positivos, pero también hay que tener en cuenta los negativos. No me extrañaría que viésemos un freno después de una subida tan importante”, añade el analista.

No son valores refugio, pero tampoco fáciles de hundir

Este 2023 ha mostrado lo difícil que es derribar a una de las siete magníficas. El mejor ejemplo de ello es Facebook (Meta), que ha logrado recuperarse del momento más difícil en sus 18 años de historia. Lo que parecía un descenso imparable desde el anuncio del metaverso, con una caída del 75% de su valor (más de 600.000 millones de dólares), se ha convertido en una recuperación histórica. Meta acumula una subida del 130% en 2023 y se ha vuelto a colocar en la carrera por formar parte del “club del billón”. Mark Zuckerberg ni siquiera ha tenido que dejar caer el metaverso para ello.

El otro ejemplo de esta tendencia es Tesla. Caída del 65% en 2022 con enormes dudas de los inversores por las distracciones de Elon Musk con Twitter, SpaceX y el resto de sus empresas, además de por los constantes retrasos en la tecnología que debía convertir sus coches en autónomos. son factores que no han cambiado demasiado este 2023, pero sus buenos datos de ventas, el anuncio de nuevas plantas de baterías y la rebaja de precio de varios modelos han provocado que en los últimos seis meses su cotización se haya disparado otro 130%, consumando el rebote.

El hecho de que estas compañías sufrieran caídas tan importantes en 2022 muestra que “estos valores no son un valor refugio”, resume Molina, de eToro: “Cuando los inversores se apartan del riesgo, también lo hacen de los valores más tecnológicos”.

La ola es tan fuerte que ya hay candidatos tecnológicos a ser el octavo magnífico. El consejero delegado de Yahoo, Jim Lanzone, explicó en una entrevista en Financial Times que se están planteando que la firma tecnológica vuelva a cotizar el bolsa. Lanzone, que antes fue consejero delegado de Tinder, expone los argumentos para volver a los mercados: “Yahoo está preparada financieramente, tiene un buen balance y somos rentables”.

El truco es que cuando el dinero vuelve, ellas son las más beneficiadas. “Estamos viendo cómo cada vez sale más dinero de gestión activa para ir a gestión pasiva y esta última significa colocarse en aquellos valores que lideran por peso o ponderación los índices”, sigue Molina. “Por tanto, siempre que vuelve a entrar dinero en el mercado, reciben ese inflow. Eso hace que otros valores tecnológicos que también tienen buenos fundamentales se queden más rezagados: no entra dinero, no son tan líquidos y no los analizan muchas de las casas de análisis”.