Ni Superman, ni los dinosaurios de la enésima entrega de Jurassic Park ni los niños desaparecidos de Weapons. Las estrellas de la temporada cinematográfica se llaman Rumi, Mira y Zoey, son coreanas y… no son de carne y hueso. Ni siquiera pasaron por una sala de cine. Son las protagonistas de la cinta de animación Las guerreras k-pop, el auténtico fenómeno de los últimos meses que va camino de convertirse en la película más vista de toda la historia de Netflix.
A la publicación de este artículo, nueve semanas después de su estreno, sus visionados alcanzan los 210.500.000, solo por debajo de Red Notice, que lidera con 230.900.000. Pocos esperaban que, con los nueve millones de visionados que hizo en su primera semana en la plataforma, se iba a convertir en el mayor éxito de la compañía. Ya en su segunda semana sus visionados alcanzaron los 25 millones, y desde entonces su cifra apenas desciende o incluso sube (en Corea del Sur no se movió del primer puesto en todo este tiempo). Oscilan siempre entre los 24 y 25 millones. Por el momento, ya superó a No mires arriba y Carry-on y se espera que la semana que viene llegue al primer puesto.
La historia de un trío de k-pop integrado por cazadoras de demonios y cuyas canciones traen el equilibrio al mundo conquistó a los más pequeños -que ven en bucle el filme inflando los visionados semana tras semana-, pero sobre todo a los adolescentes, que vieron en Huntr/x y en su grupo rival, la boy band Saja Boys, a sus nuevos ídolos no solo cinematográficos, sino también musicales, y es ahí donde radica uno de los grandes éxitos del filme y una de las claves del fenómeno, en su banda sonora.
Canciones al número uno
Sin duda el gran atractivo de la película y lo que la hizo brillar por encima de otros títulos de animación estrenados en Netflix es su apuesta por el k-pop, el género musical nacido en Corea del Sur y cuyo fenómeno fan es uno de los más potentes. No solo en su país de origen, sino en todo el mundo. Los conciertos de sus grupos son acontecimientos masivos y la viralidad en redes de sus canciones y bailes convierten a estos productos, creados ex profeso para triunfar, en máquinas de hacer dinero.
Las guerreras k-pop mezcla la música con la fantasía -otro género que triunfa en los adolescentes como muestran sagas literarias como Alas de ónix-. Pero, es sin duda su parte musical lo que hizo que sea una máquina imbatible. El grupo animado y ficticio creado para el filme superó a los grupos de carne y hueso del k-pop. El single que ellas sacan en la película, Golden, hizo que Huntr/x se convierta en el primer grupo femenino de k-pop en lograr el número uno de la lista Billboard.
Los récords no terminan ahí. Tres de las canciones del filme, Golden, Soda Pop y Your Idol (estas dos últimas cantadas por la boy band del filme) están en el top ten. Un hito así no ocurría desde que lo lograra la banda sonora de Laberinto de pasiones, protagonizada por Whitney Houston en 1996. El álbum con todas las canciones también es un éxito y se encuentra en el segundo puesto de las listas de ventas de EEUU. A nivel global, Huntr/x se convirtió en el tercer grupo de k-pop más escuchado del mundo, solo superado por los populares BTS y Stray Kids.
Para lograr el éxito de las canciones recurrieron a expertas coreanas en k-pop. Kim Eun-jae, conocida como Ejae, la cantante coreano-estadounidense Audrey Nuna y la rapera y compositora Rei Ami son quienes pusieron las voces a las canciones. Además, para arrastrar a fans de otros grupos, la banda sonora incluye temas de bandas famosas del pop coreano como Twice o MeloMance. Entre los productores destaca Jenna Andrews, que previamente había trabajado en la música de otros ídolos del género como BTS, Twice y Blackpink.
Una máquina de hacer dinero
Con Las guerreras k-pop Netflix encontró, además, una máquina de hacer dinero. Las películas y series de la plataforma tienen como finalidad lograr nuevos socios o fidelizar a los antiguos. Sin embargo, la jugada con el filme animado se extiende más allá, y ellos supieron explotarlo. Primero, con la comercialización de la banda sonora, pero también creando un portal de merchandising propio donde se puede comprar todo tipo de objetos del filme como buzos que oscilan entre los 70 y los 85 dólares, peluches a 68 y los pantalones de pijama que usa una de las protagonistas por 80.
La versión física de la banda sonora se lanzó, originalmente, con un número limitado de copias, pero tras los datos rápidamente se repusieron y empezaron a lanzar, cada poco tiempo, nuevos productos. Los más populares, una camiseta de la banda y el peluche del tigre, ya están en el top cinco de los artículos más vendidos del año en Netflix. Muy pocos títulos tienen sus propias páginas de merchandising. Solo aquellas que arrastran un fenómeno fan mundial como Stranger Things, Merlina, y ahora Las guerreras k-pop, lo logran.
Netflix vio en esta película una gallina de los huevos de oro, y también decidió sacar más dinero, irónicamente, en las salas de cine. En un evento que ellos dicen que es para “celebrar el éxito mundial” de la película, estrenarán el filme en cines en formato sing along, es decir, con las letras de las canciones en la pantalla para que los fans las canten como si se encontraran en un karaoke conjunto. Un evento que tendrá lugar los días 23 y 24 de agosto en cines de EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido.
Un 'k-pop' también para Occidente
El éxito de la película es que se convirtió en un fenómeno en todo el mundo. Era el objetivo claro de esta producción y, por eso, desde el primer momento se involucró en los apartados artísticos a nombres relevantes de la industria de Corea y de Hollywood en un intento de encontrar un equilibrio que contentara a los fans nativos del k-pop, pero también a todos los seguidores mundiales del filme.
Para ello Sony -que dejó 100 millones de dólares en este filme desde su división de animación, y que es responsable de algunas de las películas más populares de los últimos años como las dos entregas de Spider-Man y La Familia Mitchell vs. Las Máquinas, otro éxito de Netflix- contrató una dupla de directores. Por un lado, Maggie Kang, nacida en Corea, fan del k-pop y forjada en los equipos técnicos de muchas películas de dibujos animados recientes, pero cuya primera obra como directora es esta. Por otro, el director de EEUU Chris Applehans.
Ocurrió lo mismo con su banda sonora, donde la presencia de productores de la industria norteamericana se unió a la de compositores y productores expertos en k-pop. El resultado es que incluso grupos reales de k-pop se grabaron videos cantando y bailando las canciones del filme, que incluyen letras que mezclan inglés y coreano.
La fórmula matemática salió a la perfección. Los usuarios de los foros de reddit de fuera de Corea del Sur alaban que sea fiel al espíritu de las bandas que les gustan, aunque algunos sí achaquen ciertos guiños demasiado made in USA. En Corea del Sur la película es un auténtico fenómeno e incluso desde la web de Korea.net, que “representa la voz del gobierno coreano y promueve el país” alaban la película y su representación del “legado coreano” en todo el mundo.
En el asalto mundial del k-pop la próxima parada está en el emblema del cine occidental, los Oscar. El éxito de la película la colocó claramente como la favorita en la categoría de Mejor película de animación, pero muchos gurúes de la carrera de premios auguran que hay otra categoría donde podrían tener la estatuilla, la de Mejor canción original, donde Golden parece ahora mismo la favorita.
Los antecedentes son favorables. Las dos últimas canciones animadas que fueron número uno en la lista de Billboard fueron Let it go, de Frozen, que logró el Oscar a la Mejor película de animación y a la Mejor canción original, y We don’t talk about Bruno, de Encanto, que logró el Oscar a la Mejor película de animación. La canción, el emblema del filme de Disney, no pudo ganar el premio de la Academia porque el estudio tuvo que elegir la canción que presentaba para optar al galardón antes de saber el boom entre la gente y optó por la balada Dos oruguitas, que logró la nominación pero no el premio. A pesar de ello, el número musical central de la ceremonia fue para We don’t talk about Bruno, igual que se espera que Golden lo sea en la próxima entrega en marzo de 2026, donde el filme ya llegará con la medalla de oro a la película más vista de la historia de Netflix.