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Don Olimpio: nuevo disco y un acercamiento al cancionero de la música popular de autor actual

Es uno de los grupos más potentes de la nueva generación de músicos populares. Por eso, que Don Olimpio saque disco nuevo es todo un acontecimiento. Vengo estará en las plataformas desde este 3 de noviembre y será presentado después en vivo en el Teatro Margarita Xirgu de Buenos Aires el 24 de noviembre.

Si en los dos trabajos anteriores el octeto tocó sobre todo temas tradicionales, en este tercer disco eligieron un puñado de canciones de autores contemporáneos. Hay temas de Ana Robles, Juan Saraco, Gabo Ferro, Luz Galathea y Hugo Fattoruso -invitado especial- y varias composiciones de miembros de la banda como Milagros Caliva, Andrés Pilar y Nadia Larcher.

El 24 en el Xirgu, además de los temas nuevos, sonarán, claro, algunos de sus discos anteriores, Dueño no tengo (2017) y Mi Fortuna (2019). Y habrá un segmento para bailar, como viene ocurriendo en La Olimpeña, un evento que el grupo organiza mensualmente desde mayo de este año.

En entrevista con elDiarioAR, el pianista Andrés Pilar, encargado de la dirección y los arreglos, y Nadia Larcher, la potente y conmovedora voz de la banda, contaron detalles del disco nuevo y del show de presentación.

El grupo está integrado además por Juan Pablo Di Leone en flautas, voz y arreglos; Federico Randazzo en clarinetes y voz; Juan Manuel Colombo en guitarras y tambor chico; Diego Amerise en contrabajo y tambor piano; Agustín Lumerman en percusión; y Milagros Caliva en bandoneón y voz.

¿Por qué eligieron para este disco temas de autores contemporáneos? ¿Cómo fue esa decisión?

AP: Antes de la pandemia, en enero de 2020, Adrián Iaies nos propuso hacer tres shows con tres temáticas diferentes en La Usina del Arte. Entonces se nos ocurrió que una de las temáticas que queríamos hacer era un repertorio más contemporáneo. Y medio que cuando empezamos a preparar ese concierto, después cerró todo por la pandemia y nos quedamos con esa idea. Había otro que era hacer el repertorio de Chabuca Granda y otro era el Don Olimpio tradicional, digamos. Y, bueno, quedamos con la idea del repertorio de compositores, compositoras y ahí también aparecieron nuestros temas y se completó el laburo. La mitad del disco son temas propios. Dos de Nadia, dos míos, uno de Mili (Caliva) y cinco de contemporánees.

NL: También nos dimos cuenta que estaba muy rico el cancionero de los compositores, las compositoras y les compositores. Tenemos una canción de Luz Galathea que es una compositora trans. Lo digo así porque lo consultamos con ella y ella dice: es necesario que se visibilice la canción trans también. Hicimos una lista gigante de canciones. Hay canciones y compositores y compositoras que quedaron fuera de este disco, pero porque la pandemia nos limitó mucho el trabajo y fuimos haciendo lo que pudimos. Y llegamos a esta pequeña muestra. Siento que es un pequeño acercamiento a lo que es el cancionero de la música popular de autor, de autora hoy. Y me parece que a Don Olimpio le hizo bien porque también transicionamos, para usar esta hermosa palabra, hacia una manera diferente de construir la música, que ahora ya nos tiene en otro formato. Y estuvo bueno eso. Cómo nos vinculamos con las canciones, cómo trabajamos con el ida y vuelta para pensar los arreglos. Todo eso fue interesante. En el medio de la pandemia, además, que fue un desafío.

¿Cómo fue evolucionando el grupo a lo largo de estos tres discos? Creo que al principio, Andrés, vos proponías los arreglos.

AP: Primero fueron temas que yo dije: bueno, tengo estos arreglos. Después lo siguiente fue preguntarle a Nadia. Siempre con Nadia hubo un ida y vuelta más fluido en relación al repertorio. Entonces para el segundo disco ya estuvo como mucho más repartido: temas que propuso Nadia, temas que propuse yo. Y creo que eso fue en general el mix. Y, bueno, en realidad en este disco también un poco fue con Nadia el laburo ese de selección. Lo que hicimos fue tirar un montón de temas juntos en una playlist. Y después un día nos juntamos en casa con los chicos en un ensayo y escuchamos varios de los temas. Y ahí medio que decantaron algunos.

NL: Era un terreno nuevo y fueron decantando ideas. Por ejemplo, en “Madreselva” (el tema de Galathea), toda la parte de gualambao que hay fue una propuesta de Mili. Entonces empezamos a trabajar de otra manera. Lo que hace Andrés maravillosamente es que toma todas esas ideas y después las trabaja con su lápiz de arreglador para devolvernos unas hermosas partituras y que suene la música, que es maravilloso eso, es un arte absoluto, que a Don Olimpio le hace muy bien.

¿Cómo se animaron a poner temas propios, los temas de ustedes?

AP: Ya había uno en el primer disco, “Rodar la voz”, un tema mío. Y después Nadia se puso a componer también en la pandemia.

NL: Sí, pero es loco porque uno de los temas que grabamos, que se llama “El Sol”, lo compuse hace muchos, muchísimos años, en Andalgalá, la primera vez que me fui de mi casa y que me fui a vivir a una casa a tres cuadras. La primera vez que salí de la casa de mis viejos compuse esa canción. Y fue loco porque vos la escuchaste y te gustó (le dice a Andrés).

AP: Ella me la mostró un día en la casa con la guitarra y dije: esta va para Don Olimpio.

NL: Así, con toda la confianza. Como vos decías ahora: ¿cómo se animaron? Y es como: ay, sí, ¿cómo nos animamos? Porque en realidad fue un acto de confianza. Podemos hacer sonar esto. Lo mismo nos pasó con el chamamé de Mili, que es tan bello. Lo mismo nos pasó, las ganas de tocar la música de ella. Y, bueno, con tus canciones (las de Andrés) también.

En paralelo a la grabación del disco, desde mayo de este año Don Olimpio celebra una vez por mes su particular peña llamada La Olimpeña en Dumont 4040. Allí el grupo toca en vivo sus temas y otros, hay clases de danzas folklóricas y baile.

Respecto a la Olimpeña, ¿cómo se les ocurrió la idea? Y una vez que se concretó, ¿cumplió con las expectativas? ¿Las superó?

AP: El año pasado empezó a circular la idea: che, tenemos que hacer una peña. Después de tanto encierro, además. Fue como las ganas de encontrar un espacio de encuentro real, de cuerpos, de gente, de quilombo, de nuevo. Lo que necesitábamos después de tanto barbijo. Y después en el verano, este verano, en el medio del intercambio del chat del WhatsApp, Fede dijo: bueno, ¿qué onda? ¿cómo viene el repertorio de la Olimpeña? Bautizó en ese mensaje a la Olimpeña. Y todos dijimos: ¡qué buen nombre! Bueno, ahí surgió el nombre. La primera fue en mayo y re cumplió con las expectativas, superó todo. Pensamos que iba a ser una por mes y, sí, finalmente fue una por mes. No sabíamos si iba a ser poco o mucho, pero es un buen número. Y está buenísimo. Cada una es diferente.

NL: Yo creo que también la Olimpeña viene de un espíritu que trajo Mili también de empezar a abrir el juego a tocar sin el arreglo. La Olimpeña también tiene mucho de eso, hay muchas canciones que están tocadas desde el espíritu de cada uno, de cada una. Y fue hermoso porque además nos volvió a encontrar con canciones que cantábamos cuando éramos chicas. Y empezar a estudiar también a la par de lo que estábamos haciendo. Empezar a estudiar los géneros de nuevo. Ah, ¿cómo era esto de las vueltas del escondido? Y nos volvió a vincular con eso hermoso y con ese repertorio y con ese cancionero maravilloso que tiene nuestra música tan gigante.

A mí me me parece buenísimo que van muchos músicos. Eso no es tan habitual.

NL: Hay muchos músicos y bailan, que me encanta. Bueno, eso también, es un espacio para la danza y eso nos fue cambiando también la conciencia de tocar para que las personas bailen ¿Qué se necesita para eso? Ahí vino la conjunción con Flor Vijnovich (profesora de danzas) también. Fue interesante.

Y este disco lo grabaron después de tocarlo mucho.

AP: Siempre hicimos esos. Nunca llegamos muy crudos al disco. Algunos temas sí están menos ensayados porque son los últimos, pero hay otros que están muy tocados. Porque está bueno grabar cuando ya está todo maduro. Y ya se tamizó. Y se tamiza en los ensayos, no de otra manera. En el papel está la idea original. Y después cada uno le aporta lo suyo, le cambia, le pone. Y el grupo se retroalimenta con lo que le cambió tal y lo que le aportó uno, el fraseo y no sé qué. Y llegar al disco con eso laburado es un placer.

NL: Y seguimos grabando en vivo. Básicamente volvimos a grabar en vivo. Ya coqueteamos con la idea de hacer discos más en capas y en etapas pero hay algo de Don Olimpio que se arma al tocar en vivo. Y volvimos a grabar así: primeras tomas y adentro el disco. Tiene una frescura eso. Después el aporte de Ale Saro (encargado de la grabación y la mezcla) es fundamental, porque él nos ayuda a terminar de entender el disco y de darle los colorcitos y las cositas lindas que tiene.

¿Qué pueden adelantar del show del 24?

NL: Estamos preparando todo ese concierto, que va a ser distinto a la Olimpeña. Hay algunas cosas que estamos terminando de diagramar pero sobre todo vamos a subir un poco la propuesta a nivel visual y a nivel de luces y de audio y trabajar con eso un poco más integrado para que se eleve la sensación. Porque el Xirgu es un teatro divino, hermoso. Pero hay que laburarlo. Es un teatro grande. Y después también vamos a tener un bloque de Olimpeña, porque ya estamos en ese mood. Queremos que bailen, así que va a haber una presentación. Estamos armando todo así detalladamente para que sea lindo, sea bonito, así que esperamos verles ahí.

¿Y la idea después es seguir haciendo fechas? ¿Cuáles son los planes?

AP:  Después del Xirgu hay una Olilmpeña más, el 10 de diciembre. Y después descanso. Igual siempre llega el verano y está la idea de los festivales, pero no está siendo fácil.

NL: Nuestro plan es generar una Olimpeña ambulante, salir un poco de Capital. Ya tenemos invitaciones de Córdoba, de Rosario. O sea, las personas que fueron escuchando, que quieren a la banda, dicen: ay, queremos la Olimpeña acá. Y nos pareció hermoso generar la presentación del disco adentro de la Olimpeña, como lo venimos haciendo, porque básicamente venimos tocando mucho el disco que vamos a presentar en el Xirgu, así que creemos que ese va a ser el plan para el año que viene. Empezar a girar un poco más y que se sostengan los toques acá.

También va mucha gente joven a escucharlos. ¿Creen que se está ampliando el espacio para la música que hacen?

AP: No, no lo veo mucho. Pero, está bien para el volumen que maneja esta música. O sea, no hay un incentivo extra. Debería haberlo, porque, che, es nuestra música, viejo, dale. Pero no, no lo hay. ¿Me preguntás? Digo, no, falta. Falta un montón. Pero, bueno, lo que hay está bien.

NL: Sí. También es loco eso, porque es pensar que si nosotres mismes no generamos los espacios, no se abre esa consideración. El asunto es que son espacios autogestivos, independientes, cooperativos. Y se necesita mucho empuje. Nosotres estamos agradecides con el apoyo que tenemos. Una persona me dijo el otro día: la tribu va a bailar. Y me encantó esa idea porque, claro, hay personas que vienen a la Olimpeña, ya han venido, han vuelto y han vuelto y ese apoyo es muy lindo. Porque en los medios de comunicación nuestra música adorna las efemérides de algunos momentos del año y después está por ahí. Como que no está siendo lo representativo, lamentablemente. Pero, bueno, sigue, seguimos resistiendo. Yo siento que es un arte a atemporal ya. Porque late al ritmo de otras cosas, me parece. Y las jóvenes que van creo que sienten eso, sienten ese latido, que es diferente. Pero, bueno, sí. Implica mucho esfuerzo.

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