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OPINIÓN

679 Evolución: una nueva versión austera para ideas conocidas

Cynthia García y Edgardo Mocca

Natalí Schejtman

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Diez días después de anunciar el lanzamiento de 679 y empezar a publicar en redes sociales informes de actualidad política basados en programas periodísticos viejos y nuevos, se estrenó algo parecido a una entrega semanal, con hora y día pautados, y una alternancia entre esos informes y un piso comentado por dos de los panelistas que el programa tuvo en su primera vida como 678, ciclo que emitió la TV Pública entre 2009 y 2015 producido por Pensado Para Televisión. 

La periodista Cynthia García y el politólogo Edgardo Mocca están sentados en una cocina con una laptop en la que ven los informes –muchos de ellos ya estrenados durante la semana–. Esa austeridad es una de las marcas principales de esta nueva era y también de las diferencias con la anterior. Durante el kirchnerismo, la apertura del programa era una declaración de principios: los números 6, 7 y 8 construidos en cartón pintado piqueteaban la avenida Figueroa Alcorta, símbolo a la vez de la paquetería porteña y ubicación del edificio de Canal 7. Esa metáfora abonaba a una idea de David versus Goliat que el ciclo, sus promotores y su audiencia defendían y que se resumía así: tanto lío por un programita solo frente al mar de medios y programas producidos por “la Corpo” –sintetizados en el grupo Clarín– que ganaban en rating, share, en horas de programación, etcétera, etcétera, con un mensaje homogéneo de oposición al gobierno. A pesar de este insistente argumento, que persiste hoy en día, la influencia del programa, su articulación en dos direcciones con el gobierno y con la militancia, sus aportes narrativos y de encuadres al discurso público cercano al kirchnerismo fueron significativos y fácilmente reconocibles. 

Su nueva versión también puede leerse en clave metafórica: ya no hay una Figueroa Alcorta, no hay un canal de televisión que lo sostenga y avale: ahora este núcleo político y discursivo se planta en la cocina de una casa, fuera de las instituciones y al “margen” de la comunicación –y las comillas responden a que su primer envío logró más de 60 mil reproducciones sólo en YouTube a dos días de su estreno, a que el potencial crecimiento de la audiencia en las plataformas tecnológicas globales es enorme y a que en términos de estructura a esas plataformas tecnológicas bien les cabría hoy el sello de “medios hegemónicos”. Un margen, una cocina, una versión underground para un formato televisivo que en su primera etapa decía pelear contra una hegemonía mediática sin dar cuenta de su propio poder.

Ahora, la relativa austeridad de 679 hace que la misma premisa de 678 –y que podríamos resumir en la consigna de que un gobierno popular está amenazado por la articulación sincronizada entre la oposición y la “corporación” mediática– guarde mayor coherencia: la insistencia en que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner era un contrapoder, amenazado y a la defensiva de los poderes “fácticos” o “reales”, era menos creíble desde el principal estudio del canal oficial, que era a la vez un brazo de un sistema de manejo de la comunicación estatal grandilocuente y discrecional, que desde una cocina que deja ver tomacorrientes y vasos. El equipo que está detrás difundió un comunicado en el que aclaraban que no recibían pauta oficial para 679 y su productor integral, Cristian Dilluvio, así como otros miembros del equipo, aclaran que buscan monetizar por medio de las plataformas sociales. 

Las personas detrás del equipo en cuestión han trabajado en algunos casos para 678, para Sobredosis de TV (que se emite por C5N) y vienen realizando informes para distintos programas de televisión, como Los Mammones, TV Nostra o Intrusos, de América, y Desiguales, recientemente convertido en el programa político diario de la TV Pública. Tanto en el caso de Sobredosis de TV como de los informes para los programas mencionados, la empresa responsable es Del Albaicín, de Pablo Mandia, también dueño de la consultora Analogías y funcionario público del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner hasta el año 2015. Sin embargo, desde la empresa aclaran que 679 no es un proyecto suyo sino que hay miembros de su equipo que se embarcaron a hacerlo de manera independiente. El Coordinador General de Contenidos de 679 es Federico Kon, quien también cumplía ese rol en 678 y era socio minoritario de Gvirtz en PPT.  

Por el momento, más allá de que el programa se haya puesto el nombre de 679 Evolución, los informes no difieren del núcleo de sentido que los caracterizó, incluso repitiendo archivos ya conocidos, la ubicua cortina musical de Juan Carlos Baglietto (“multiplicar es la tarea”), la locución característica y, especialmente, las premisas conceptuales. En el primer envío, se habla de los “odiadores” –miembros siempre de la oposición política o de medios con línea editorial opositora–, incluyen a La Nación+ como uno de los focos –acaso más que los canales del Grupo Clarín– y se preguntan si tal periodista, con nombre y apellido, no es más importante que otro para los fines de la Corpo. También, dedican varios minutos a la denuncia que hizo Daniel Gollán sobre un “periodismo mafioso” que tergiversó su comentario sobre la “platita” y un informe sobre Horacio Rodríguez Larreta y el asesinato de Lucas González

Aunque hubo además lugar para un informe sobre la necesidad del “debate interno” en el frente gobernante y algún comentario autocrítico al pasar sobre el viejo 678. En los informes hasta ahora prevalecen archivos del presente con algunas incorporaciones a un pasado más lejano. 

Volver al pasado

El asunto del archivo no es menor: Diego Gvirtz, fundador de PPT, acumuló, organizó y catalogó décadas de archivo televisivo argentino de modo tal que sirviera para el tipo de programas que hacía. En un comienzo, en los primeros 2000, de modo más artesanal, los visualizadores de su productora dividían el material en cuatro categorías: archivo —declaraciones absolutas para contrastar con el presente como “nunca voy a votar a X”–, segmento —una unidad de sentido para armar un informe autónomo—, tema —discusiones sobre asuntos relevantes— y disparador —alguna frase que pudiera inspirar un informe—. Eso se sofisticó con la creación de un software que permitía agilizar el circuito. En 2015, cuando vendió su productora a Indalo, también vendió su archivo, más allá de que en declaraciones recientes mencionó que había grabado la televisión durante el macrismo. Pero además, y principalmente, si hay algo que cambió entre 2009 y 2021 es el acceso de las audiencias a los archivos alojados por empresas de medios y usuarios individuales en YouTube. 678 acompañó también ese proceso en el que el pasado empezó a servir al presente, desde el hallazgo de un acto de Néstor y Cristina Kirchner en 1983 exigiendo juicio y castigo a los militares –utilizado como defensa cuando se señalaba un oportunismo impostado frente al tema– hasta una acumulación de biopics que combinan recreación ficcional mimética con archivo audiovisual poco conocido.

Esta semana, sin ir más lejos, el estreno de 679 Evolución en versión underground coincidió con un tanque global, una superproducción lanzada por otra plataforma: Disney + estrenó Get Back, el esperado, emocionante y multicolor documental sobre la grabación del disco Let It Be de Los Beatles, en cuyos archivos el cineasta Peter Jackson estuvo trabajando cuatro años. Cuando vio el documental, Paul McCartney, ideólogo de la preservación audiovisual del material, expresó una idea sobre el pasado y sobre los archivos. Dijo que, viéndolo, cambió su percepción sobre la separación de Los Beatles. Los videos del pasado llegan en este caso para abrir sentidos, hacernos pensar y hasta contradecir nociones asentadas.

El uso que 678 –y ahora 679– le dieron al archivo fue bastante distinto: cada vez más conformó una operatoria narrativa para sustentar con videos viejos ideas preexistentes para ser usadas en la confrontación política, eligiendo las mejores cerezas para demostrar que algún periodista era destituyente y siempre lo había sido o que un personaje popular era un ángel sin contradicciones mundanas ni errores, descartando de ese mismo archivo lo que no servía para lo que se quería defender o atacar. Esa operatoria consolidó en muchos casos acusaciones injustas o defensas cerradas. Con excepciones: con un archivo frondoso y trabajado con astucia, los hallazgos del pasado y las joyitas crudas que podían iluminar de algún modo el presente también tuvieron lugar.  

En un constante paralelismo con el gobierno de Alberto Fernández y con dónde se ubica y se ubicará el cristinismo, la “evolución” de 679 dialoga con aquel “volver mejores”. La “vuelta” es, de hecho, omnipresente y también fluctuante: no solo retoman la consigna de 2015 “vamos a volver”, sino que hay dos panelistas de la vieja guardia –si bien pronto se incorporarán Sebastián Fernández (conocido como Rinconet) y Javier “El profe” Romero–, volverán secciones como el “empleado del mes” o “la patria zocalera” y al menos en este primer envío no hay una muestra de ampliar los puntos de vista en los informes –aunque ya han dicho que buscan incorporar debates con personas que piensan distinto– ni de dar cuenta de cómo cambió el mentado “rol de los medios”, estructurante de 678, en los últimos años. 

El programa, acaso como el Gobierno, en su versión austera, todavía tiene que definir en sus próximas entregas qué vendría a ser entonces la evolución. 

NS

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