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Política y medios

Más cambios en la política comunicacional del gobierno: la TV Pública vuelve a tener un programa diario de actualidad

Desiguales

Natalí Schejtman

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“No hubo un sólo programa político mientras yo tuve Canal 7 bajo mi órbita”, le decía Alberto Fernández en agosto de 2019 a Luis Majul en una entrevista para contestar una vez más una pregunta que solían hacerle en campaña los periodistas más opositores al kirchnerismo: ¿Cómo iba a manejar la política de medios? ¿Volvería 6,7,8 en una eventual presidencia suya?

Las decisiones comunicacionales del gobierno están en un proceso de reacomodamiento. Fernández migra la vocería –encarnada en él mismo durante los primeros años de su mandato– en una nueva figura creada especialmente: con rango de ministra la ex diputada y periodista de profesión Gabriela Cerruti será la encargada de transmitir “la postura oficial de un gobierno de coalición”. El Presidente se jactaba de la falta de programas políticos en la pantalla estatal en sus años como jefe de Gabinete. Mañana la TV Pública estrena un nuevo formato diario periodístico para Desiguales, una novedad de la gestión Fernández. 

Hasta ahora, el programa debatía semanalmente in extenso temas estructurales, desde el resultado de las PASO o las economías populares hasta las juventudes, las políticas audiovisuales o el cannabis medicinal, con un tinte más intelectual –y la presencia de Darío Sztajnszrajber–. Pero a partir de mañana, con el mismo nombre y los mismos conductores –los periodistas Luli Trujillo y Pablo Caruso– será diferente: irá todos los días a las 9 de la noche y se meterá de lleno en la actualidad ya sin el filósofo y con una serie de columnistas que se incorporan: Estefanía Pozzo, Candelaria Botto, Néstor Espósito, Pablo Ibañez, Nicolás Fiorentino, Florencia Barragán, Luciana Bertoia y Gimena Fuertes, periodistas activos en medios gráficos, radiales y televisivos como C5N, Tiempo Argentino, elDiarioAR, Ámbito Financiero o la misma TV Pública, entre otros. 

El desierto de programas políticos de actualidad cotidiana en el canal oficial por fuera de las cuatro ediciones diarias de noticieros en la semana (más ediciones de fin de semana) no llevaba solamente dos años. Cuando asumió Hernán Lombardi al mando del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos en 2015, la mención al programa emblema del canal estatal durante el kirchnerismo creado por Diego Gvirtz y emitido entre 2009 y 2015 era reiterada y entre las primeras apuestas a partir de 2016 estuvieron dos programas periodísticos que buscaban marcar una diferencia desde su pluralismo: el semanal Ronda de Editores –que condujo María O’Donnell durante las primeras dos temporadas y luego Clara Mariño hasta 2019, reemplazo que redujo la amplitud de invitados– y La quinta pata de la noticia, un formato diario con un panel de periodistas jóvenes de procedencias mediáticas diversas como Página/12, La Nación, Chequeado o CN23. Sin embargo, este último apenas duró unos meses. Desde 2017, entonces, ya no había una entrega diaria del canal oficial de temas de actualidad, un género históricamente errático para esta pantalla por la que pasaron La Cornisa u Hora Clave, que nació en el entonces ATC.

Claudio Martínez, actual director ejecutivo de TV Pública y avezado productor periodístico por 30 años, detrás de programas como el Día D de Jorge Lanata, Palabras Más Palabras Menos, con Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda, o Científicos Industria Argentina, conducido por Adrián Paenza, señala que la incorporación de un programa periodístico cotidiano responde a una necesidad de la pantalla: “Básicamente sentimos que en este momento es necesario. Durante mucho tiempo apostamos a tener noticieros –que los seguimos teniendo y los vamos a seguir teniendo– pero nos damos cuenta de que estaba haciendo falta otro tipo de dispositivo para procesar la información cotidiana que a veces no alcanza con el noticiero por la profundidad. Los noticieros en general tienen la obligación y la misión de informar sobre todos los temas que pasan y entonces en un noticiero pueden pasar veinte temas. Nos proponemos hacer un problema que enfoque y profundice con información propia los tres o cuatro temas importantes del día”.

En relación al antecedente directo –y efímero– de La quinta pata de la noticia, el programa de actualidad diario que se emitió durante 2016 y ponía énfasis en marcar la diversidad de procedencias de los periodistas y productores, Martínez marca sus diferencias: “Más allá de los periodistas convocados, la línea editorial estaba definida por los temas de los que iban a hablar. Si haces una gestualidad de la diversidad y decís que no había línea editorial o que era antigrieta pero imponés una agenda de la persecución política como hacía ese programa metés a todos esos periodistas de procedencias diversas a jugar en un barro de dudosa neutralidad”. A la vez, en relación con el relanzamiento de Desiguales, el director ejecutivo señala que la TV Pública tiene “derecho a tener una línea editorial”: “Desde el momento en que nosotros elegimos personas jóvenes con una visión profesional y serena de la actualidad, y con un compromiso, estamos eligiendo una línea editorial. Desde el principio de nuestra gestión de los medios públicos elegimos puntualmente un tono sereno en la comunicación, un tono que evita los insultos y los agravios de tipo personal, que no hace periodismo de periodistas y que trata de tener una abordaje sereno de la actualidad. Esa es una primera definición. Y cuando uno elige a los intérpretes y convoca a los periodistas también está eligiendo una línea editorial”.

Así como durante la campaña de 2019 la pregunta por 6, 7, 8 abundó en las entrevistas que dio Fernández candidato, el programa es una marca ineludible cuando se piensa en formatos periodísticos en el canal oficial. Y mientras que para algunos es un fantasma indeseado, para otros representa un anhelo de un canal público más enfático en su defensa del gobierno que juegue a la polarización como otros canales privados masivos en este momento. Martínez se separa de ambas ideas: “6, 7, 8 se convirtió en un símbolo. Fue un programa, en todo el sentido de la palabra, extraordinario. Un gran formato, un programa fuera de la común, un programa que marcó un antes y un después en los formatos periodísticos. Si vos me preguntás si nosotros vamos a hacer ahora 6, 7, 8 yo te voy a decir que no, porque es algo que ya pasó, que está fuera de época. Tampoco vamos a ocuparnos de la agenda de los otros medios. Creo que sería un error en este momento ocuparnos de lo que están diciendo los otros medios: tenemos que ocuparnos de la agenda política, económica, judicial del país. Ese es el foco del programa que iniciamos el lunes: Desiguales es un programa que no se ocupa de personas sino de ideas y no tiene una agenda agresiva”. 

Con su relanzamiento, el programa se encadena no solamente con otra serie de cambios relevantes para la comunicación del gobierno post PASO, sino que también plantea un eslabón más en la propia historia reciente de la TV Pública. 

NS

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