Este lunes 18 se cerró el plazo para inscribir las candidaturas presidenciales chilenas que competirán en la primera vuelta de noviembre próximo. La lista definitiva para llegar al Palacio de La Moneda la integran: Jeannette Jara, José Antonio Kast, Evelyn Matthei, Franco Parisi, Johannes Kaiser, Marco Enríquez-Ominami, Harold Mayne-Nicholls y Eduardo Artés. Cada uno con su propia historia, sus batallas, y la esperanza de que esta vez, su libreto sea el que elija la mayoría.
Jeannette Jara, la carta del oficialismo. La exministra del Trabajo tendrá su primera experiencia en una elección presidencial tras ganar la primaria oficialista en junio. Militante del Partido Comunista desde los 15 años, Jara es administradora pública y abogada. Su carrera política incluye roles en el SII y la Subsecretaría de Previsión Social. En 2021, intentó sin éxito llegar a la alcaldía de Conchalí. Tras ganar la primaria, su programa ha sido cuestionado por diversos sectores, lo que la ha llevado a anunciar cambios, como en la propuesta de nacionalización del cobre y el litio. Jara se mantiene en los primeros lugares de los sondeos, pero su principal desafío es conciliar su identidad comunista con las exigencias de un electorado que busca moderación.
José Antonio Kast, la tercera es la vencida. El fundador del Partido Republicano busca, por tercera vez, llegar a La Moneda, tras sus intentos como independiente en 2017 y como abanderado republicano en 2021, cuando cayó en segunda vuelta ante Gabriel Boric. Hoy, su opción se mantiene firme en los primeros lugares de las encuestas. Kast, abogado de la Universidad Católica, inició su carrera política en 2002 como diputado, cargo que mantuvo por 16 años. Tras dejar la UDI en 2016 por diferencias y aspiraciones presidenciales, fundó el Partido Republicano en 2019. En esta campaña, ha optado por un perfil más bajo, evitando comentar temas valóricos y polémicas, un cambio de estrategia para atraer a un electorado más amplio. Pese a ello, sus recientes dichos sobre el Congreso, a su juicio “no tan relevante”, le valieron críticas, aunque se apuró en aclarar que siempre respetaría la Constitución y las leyes.
Evelyn Matthei, la carta del centro. La representante de Chile Vamos y Amarillos competirá por segunda vez en primera vuelta, tras ser derrotada por Michelle Bachelet en 2013. Matthei, licenciada en Economía, ha tenido una larga trayectoria política: militante de RN y UDI, fue diputada, senadora y ministra del Trabajo durante el primer gobierno de Sebastián Piñera. Tras su fallida candidatura, se convirtió en alcaldesa de Providencia, puesto que ocupó hasta 2024, cuando confirmó su nueva postulación. Aunque partió en la “pole position” en las encuestas, hoy se ubica en tercer lugar, pero los sondeos aún la dan como ganadora en un balotaje. A pesar de su llamado a la unidad en la derecha, ni Kaiser ni Kast accedieron a una primaria, dejando en evidencia la fragmentación del sector.
Franco Parisi, el candidato fantasma. El fundador y líder del Partido de la Gente (PDG) se postulará por tercera vez a La Moneda. Ingeniero comercial y doctor en EE.UU., Parisi logró sorprender en 2013 y 2021, obteniendo el tercer lugar en la última elección. Entonces, Parisi hizo toda la campaña electoral desde Alabama ya que no podía ingresar a Chile donde existía una orden de arraigo en su contra por deber más de U$S200.000 en la cuota alimentaria de sus hijos. El polémico candidato basa su estrategia de campaña a distancia, utilizando las redes sociales como principal plataforma. Así logró ubicarse en el cuarto lugar en algunos sondeos, capitalizando el descontento de un electorado que se siente ajeno a la política tradicional.
Johannes Kaiser, la ultraderecha. El diputado por el distrito 10 se lanzó a su primera aventura presidencial como representante del Partido Nacional Libertario (PNL), una tienda que fundó en 2024 tras su quiebre con el Partido Republicano. Kaiser, quien reivindica la figura del dictador Augusto Pinochet, se convirtió en una sorpresa a principios de año, superando a Kast en algunos sondeos, un liderazgo que, sin embargo, no logró sostener. Con estudios sin terminar en Derecho y otras disciplinas en Alemania, su vida política comenzó en 2019, en las filas republicanas. Pero sus discrepancias a medida que su discurso se volvía más radical hacia la extrema derecha, lo llevaron a un camino en solitario. Kaiser fue de los primeros en inscribir su candidatura, echando por tierra la idea de deponer su aventura en favor de Kast. En las últimas semanas, ha elevado el tono para diferenciarse del líder republicano, asegurando que, de llegar a segunda vuelta, no modificará su programa, en clara alusión al balotaje de 2021.
Marco Enríquez-Ominami, la quinta es la vencida. ME-O tendrá su quinta aventura presidencial tras superar el requisito de las firmas para ir como independiente. Hijo del líder del MIR, Miguel Enríquez, ha tenido una larga trayectoria que lo llevó a fundar el Partido Progresista (PRO) tras su salida del PS. En su primera postulación, en 2009, logró un sorpresivo 20,14% de los votos. Sin embargo, en sus siguientes intentos no logró consolidar ese apoyo, quedando siempre fuera de la segunda vuelta. El candidato, que se ubica entre el 1% y 3% en los sondeos, renunció recientemente al Grupo de Puebla para dedicarse por completo a su campaña.
Harold Mayne-Nicholls, el outsider del fútbol. El expresidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile (ANFP) se lanza a su primera carrera presidencial tras reunir las firmas necesarias para ir como independiente. Periodista de formación, Mayne-Nicholls se hizo un nombre en el mundo deportivo, trabajando con la FIFA y la ANFP. En febrero de este año se conoció su interés de postular, y aunque tuvo acercamientos con el Partido Radical, finalmente optó por el camino independiente. En los sondeos, su opción se mantiene entre el 1% y el 2%, un respaldo modesto pero que le permite entrar en la discusión pública.
Eduardo Artés, la voz del proletariado. El líder del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) se presentará por tercera vez como candidato presidencial. Este profesor y crítico del gobierno de Salvador Allende, ha fundado diversos movimientos de izquierda a lo largo de su carrera. En 2017 y 2021, fue candidato por la Unión Patriótica, logrando un modesto, pero simbólico, apoyo. Artés, que aparece con un 0,1% en algunos sondeos, logró reunir los patrocinios necesarios para ir como independiente, manteniendo viva la voz de un comunismo minoritario y anacrónico en la política chilena.
Con este abanico de candidaturas, Chile se prepara para una campaña marcada por contrastes ideológicos, estrategias disímiles y liderazgos que buscan consolidarse en medio del desencanto ciudadano. La verdadera batalla comienza ahora: conquistar a un electorado volátil, exigente y cada vez más difícil de seducir en tiempos de incertidumbre.
ERM/MG