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El gobierno de Ottawa en Canadá declaró el estado de emergencia y convoca tropas para combatir a los antivacunas

Las protestas en Ottawa duran sin fin desde que el sábado 29 de enero llegó a la capital canadiense el "Convoy de la Libertad"

Julio César Rivas / EFE

Toronto, Canadá —

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En ningún otro país del mundo ha liderado el movimiento anti-vacunas una ofensiva tan sostenida, tan organizada, y tan orientada contra los órganos de gobierno del Estado como en Canadá. Ni ninguna otra hay tan exitosa, al menos según los objetivos que quienes la delinearon se habían propuesto. Durante una conferencia de prensa, el jefe de la Policía de Ottawa, Peter Sloly, reconoció la derrota de sus fuerzas y su incapacidad para restaurar el orden previo en la capital canadiense e hizo un llamamiento para que se envíen dos millares suplementarios de tropas para controlar la situación actual, generada por los anti-vactunas

Peter Sloly hizo un público llamado. Pidió el auxilio de otros cuerpos de seguridad, como la Policía Montada y la Policía Metropolitana de otras ciudades del país.

En las últimas horas, la Policía de Ottawa ha arrestado a 20 personas e impuesto unas 500 multas por incumplimiento de la normativa local, como el transporte de combustible para mantener los camiones en funcionamiento o exceso de ruido por el uso constante, día y noche, de las bocinas de los vehículos.

El domingo, el alcalde de la ciudad, Jim Watson, decretó el estado de emergencia, lo que permitirá obtener material y equipos más rápidamente, entre ellos agentes de refuerzo. Watson calificó en un comunicado la situación provocada por las protestas como “la emergencia más grave” que Ottawa ha experimentado en su historia.

El jefe de la Policía explicó que se ha llegado a este punto porque se trata de “una protesta sin precedentes, nunca vista antes en Canadá”, frente a la que las fuerzas del orden no estaban preparadas. En ese sentido, recordó que algunos organizadores habían planteado inicialmente una manifestación que duraría tres días, pero otros grupos la han convertido en una “ocupación”.

No obstante, Sloly dijo que lentamente las autoridades están empezando a ahogar la protesta. Pero no por su propia acción, sino por una decisión privada. El portal GoFundMe decidió no distribuir y retiene en su poder 10 millones de dólares canadienses (unos 7,89 millones de dólares estadounidenses) de donaciones, que así resultan indisponibles para quienes los recaudaron, los organizadores de la ofensiva anti-vacunas

Aun así, este lunes se supo que en dos días los antivacunas han recaudado otros 3,5 millones de dólares más a través de GiveSendGo, un portal que se describe como una página cristiana de donaciones.

Por su parte, el líder del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), Jagmeet Singh, solicitó que la Cámara de los Comunes celebre este mismo lunes por la noche un debate de emergencia sobre las protestas.

Singh explicó en una rueda de prensa que las acciones de los antivacunas y grupos radicales han dejado de ser una protesta y constituyen “un intento de derribar al Gobierno”, con financiación extranjera, en referencia a las donaciones que los manifestantes están recibiendo. El líder político afirmó que esa injerencia extranjera proviene de EEUU, dado que una parte de los fondos recaudados a través de GoFundMe procede de donantes en el país vecino.

Tanto el expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), como el consejero delegado de Tesla, Elon Musk, han apoyado de forma pública las protestas.

Un comité de la Cámara de los Comunes canadiense ya ha iniciado una investigación sobre las donaciones de GoFundMe y solicitará que los directivos de la compañía testifiquen en los próximos días.

Por el momento, la principal victoria contra la protesta la han conseguido los residentes de Ottawa, a través de una demanda colectiva presentada este lunes por valor de millones de dólares contra los organizadores antivacunas.

Tras interponer esta denuncia, un juez de Ontario prohibió a los manifestantes el uso de las bocinas de los camiones, una de las principales molestias que están sufriendo los habitantes de la capital.

Las protestas se iniciaron el pasado 29 de enero cuando el llamado “Convoy de la libertad”, organizado por camioneros opuestos a las vacunaciones contra el covid-19, atrajo a Ottawa más de 3.000 camiones y a entre 10.000 y 15.000 manifestantes, entre los que figuran organizaciones de extrema derecha.

Un grupo de alrededor de 250 camioneros y centenares de personas han mantenido la protesta frente al Parlamento y se han comprometido a no abandonar Ottawa hasta que las autoridades canadienses eliminen todas las medidas adoptadas para contener la pandemia.

Algunos incluso han solicitado la destitución del Gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y han pedido su remplazo por nuevas autoridades designadas por el Senado y por la gobernadora general del país, Mary Simon, que ejerce las funciones de jefa de Estado.

AGB

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