Un menú escolar vegetariano desencadena guerra política en Francia entre el presidente Macron y la izquierda
El ecologista gobierno de la rica región francesa de Lyon, con fama nacional de “la capital de la verdadera cocina francesa”, prohibió que en las escuelas los alumnos y alumnas coman carne. Una medida que en Francia, país vacuno, causó estupor, pero que, según el gobierno regional de Lyion, es solo temporaria: sería prescindir de la carne vacuna y optar por un menú veggie, hasta que la crisis del Coronovirus desaparezca
Funcionarios nacionales y provinciales denunciaron que detrás de la opción por la ensalada Grégory Doucet, el verde gobernante de Lyon, abuse de una acción “ideológica”, por mañosa y “elitista”, pero la medida veggie entró de lleno en la agenda política y educativa nacional: ahora son muchas las ciudades de Francia, incluso París, que no saben si quitar la carne del menú estudiantil, o hacer como si nada, ofreciendo dos menúes a los chicos, con y sin carne.
Doucet argumentó que la medida de ofrecer en las escuelas públicas un solo menú (el vegeteriano) radica en su practicidad: que cada estudiante se plante a elegir entre dos menúes a la hora del almuerzo alimenta el caos sanitario: se viola la distancia social y el tiempo del almuerzo se duplica: son 29.000 personas que, cuando podían optar entre dos menúes, tardaban dos horas en regresar a las aulas.
La comida, la alimentación en Francia representa aproximadamente una cuarta parte de la huella de carbono nacional: por eso el gobierno viene desarrollando estrategias de promoción del compre y consumo y alimentación local, y que se coma carne, sí, pero menos, y de mejor calidad. El año pasado, el Senado nacional erigió un sano consejo a la ciudadanía: a ver si hacemos todos una dieta más basada en vegetales, para combatir en bloque a la comida chatarra y el delivery. Pero también ha habido propuestas para premiar y favorecer a los empresarios que producen carnes en bajas emisiones de carbono.
Sin embargo, la resistencia a cualquier propuesta para reducir el consumo de carne será feroz por parte del poderoso lobby agrícola de Francia. La decisión de Lyon fue recibida con protestas que se visibilizaron en los desfiles de tractores, vacas y cabras frente al ayuntamiento. Los carteles proclamaban: “Carne de nuestros campos = un niño sano” y “Dejar la carne es garantía de debilidad frente a virus futuros”.
El ayuntamiento de Lyon ha prometido que los comedores escolares volverán a ofrecer una opción de carne tan pronto como se distiendan las restricciones y los alumnos tengan más tiempo para almorzar, señalando también que los menús temporales no son solo vegetarianos, sino que contienen pescado y huevos, y que el anterior alcalde de derecha, Gérard Collomb, dio el mismo paso durante la primera ola Covid-19 la primavera pasada.
Doucet ha dicho que él come carne y negó que estuviera tratando de imponer el régimen alimentario vegetariano a los niños de la ciudad. “Es importante poder ofrecer a todos los niños sentados para almorzar una comida caliente”, dijo a la televisión francesa. “Esto es Lyon, la capital de la gastronomía. Para nosotros, el sabor también es fundamental.”
Sin embargo, tales declaraciones no han frenado a ni uno de los ministros del gobierno centro-derechista francés que busca ser reelecto en las presidenciales de 2022. Todos en el gabinete de Emmanuel Macron se apresuraron a condenar enérgicamente la decisión lyonesa. “Esto es absurdo desde el punto de vista nutricional y un escándalo desde el punto de vista social”, dijo el ministro de agricultura, Julien Denormandie, a Radio France.
“Dejemos de servir ideología en los platos donde comen nuestros hijos”, escribió Denormandie en Twitter. “Démosles lo que necesitan para crecer bien. La carne es parte de eso”. Agregó que le había pedido al Prefecto de la región, el principal funcionario local designado por el Estado central, que anulara la medida del alcalde Doucet: Francia es una nación unitaria, no federal, y París gobierna en todo el territorio.
El ministro del Interior, el conservador Gérald Darmanin, también apuntó y disparó contra lo que llamó la “ideología escandalosa” de la alcaldía de Lyon, y describió la decisión del alcalde como “un insulto inaceptable a los agricultores y carniceros de Francia”.
Darmanin comunicó en Twitter que estaba claro que “las políticas moralizadoras y elitistas de los Verdes excluyen al pueblo, a las personas de bajos ingresos. Para muchos niños, el comedor escolar
La ministra de Medio Ambiente, Barbara Pompili, dijo el lunes con ocasión de su visita a un comedor escolar que las escuelas deberían ofrecer una opción de menú vegetariano. Y añadió que, si bien muchas personas asumieron que “los niños de entornos menos privilegiados comen menos carne, las investigaciones muestran lo contrario”. El ministro de Salud, Olivier Véran, también manifestó que no encontraba impactante un menú sin carne ni pescado.
El presidente Emmanuel Macron, cuyo partido La República en Marcha se definió programáticamente “ni de izquierda ni de derecha” y convocó a políticos de ambos bandos, hasta ahora ha eludido intervenir a título personal en una disputa nacional en la que participa a través de su brioso gabinete.
Durante una visita a una granja el martes, Macron dijo respecto a temas caros a los agricultores y ganaderos que las escuelas deben proveer “un modelo completo de nutrición” y que en Francia se produce “carne de calidad”. La disputa presagia en el futuro próximo una ampliación del campo de batalla.
Doucet, junto con otros políticos del Partido Verde, ganaron el control de las principales ciudades francesas en las elecciones locales del año pasado (Lyon, Burdeos, Estrasburgo, Poitiers, entre otras) , en una derrota para el partido de Macron que reflejó en parte las crecientes preocupaciones sobre el daño ambiental que provoca la agricultura intensiva y otros problemas ecológicos.
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