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Ciberdelito

El video porno deepfake que casi termina con una carrera política: “La gente se cambiaba de vereda”

Cara Hunter en el Parlamento en Belfast en una imagen de enero de 2025

Anna Moore

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Para la política irlandesa Cara Hunter, recordar el momento en que descubrió que habían hecho un deepfake con su imagen es como “ver una película de terror”. El escenario es la casa rural de su abuela, en la parte occidental del condado de Tyrone. Era abril de 2022 y su abuela cumplía 90 años. “Todo el mundo estaba allí”, recordó Hunter. “Estaba sentada con mis familiares más cercanos y amigos de la familia cuando recibí una notificación a través de Messenger de Facebook”. Era de un desconocido. “¿Eres tú la del video... el que está circulando por WhatsApp?”.

En aquella época, Hunter grababa videos constantemente. Faltaban menos de tres semanas para las elecciones a la Asamblea de Irlanda del Norte, a las que se presentaba para mantener su escaño por el East Londonderry, y en los videos era posible verla haciendo campaña, pidiendo votos y debatiendo. Pero, como mujer, recibir un mensaje de un hombre desconocido fue suficiente para que saltaran las alarmas. “Le respondí que no estaba segura de saber a qué video se refería”, recordó Hunter. “Entonces me preguntó si quería verlo”. Y lo envió por esa aplicación.

Ahora hay chicas que me llaman para decirme que les ha pasado lo mismo y que les ha arruinado la vida. Una joven me contó hace poco que le había pasado a ella y a otras 14 personas, todas menores de 18

Cara Hunter

“Era extremadamente pornográfico. No voy a entrar en detalles, pero quiero que se entienda lo que tuve que procesar; incluso ahora, aquí sentada hablando de ello, siento de repente un rubor abrasador”, dijo. “En el video hay un dormitorio de paredes azules y enchufes americanos, aparece una mujer, una mujer que parece tener mi cara, haciendo el pino y practicando sexo oral a un hombre; y yo estaba viéndolo rodeada de mi familia, en medio de una campaña electoral muy reñida”. Al mismo tiempo, el teléfono de Hunter no paraba de recibir mensajes de desconocidos que habían visto el video. “Todos eran realmente violentos”, lamentó. “Eran mensajes de personas que odian a las mujeres”.

Esto ocurrió hace tres años. Es difícil comprender ahora lo desconocido que en ese momento era el llamado deepfake, algo de nicho. “Las únicas ‘imágenes alteradas’ que yo conocía entonces eran los filtros de Snapchat”, dijo Hunter. “Mi primera reacción fue preguntarme si era una mujer que se me parecía”, agregó. “Una amiga me preguntó si se trataba de una de esas tecnologías donde le ponen tu cara al cuerpo de otra persona; lo buscamos en Google, tratando de averiguar cómo se llamaba”.

Imagen de Cara Hunter, miembro del Partido Socialdemócrata y Laborista de Irlanda del Norte

La tecnología avanzó de forma alarmante desde entonces. “Ahora hay chicas que me llaman para decirme que les ha pasado lo mismo y que les ha arruinado la vida. Una joven me contó hace poco que le había pasado a ella y a otras 14 personas, todas menores de 18”, relató Hunter. “Los profesores me dicen que en los colegios se ha notado un aumento en las aplicaciones que te desnudan; la asequibilidad y la accesibilidad se han multiplicado por diez”.

“No sabía qué hacer”

Las leyes de Inglaterra y Gales están abordando por fin el problema. La Ley de Seguridad en Internet y la Ley de Datos de 2025 ilegalizaron la creación, la solicitud y el intercambio de imágenes íntimas hechas con tecnología deepfake. En Irlanda del Norte también hay planes de penalizarlo, con un proceso de consulta cerrado el pasado mes de octubre.

Pero los daños que genera no terminan de entenderse en la opinión pública. De acuerdo con una nueva investigación policial publicada la semana pasada, una de cada cuatro personas sigue mostrándose indiferente a la creación y distribución de deepfakes con contenido sexual o creyendo que no tienen nada de malo.

En la vida pública, son pocas las mujeres que no saben lo que es ser tratadas como un objeto y, cuando se produce un deepfake, lo último que quieres es llamar más la atención

Cara Hunter

“Me sorprendió mucho: estamos en un mundo donde las imágenes falsificadas y altamente sexualizadas pueden arruinar tu vida, tus relaciones, tu reputación y tu carrera, y hay gente que piensa que es algo divertido, un poco gracioso”, dijo Hunter suspirando profundamente. “Me sorprendió pero, al mismo tiempo, no me extrañó; la normalización de la violencia contra las mujeres y las niñas es algo de lo que no se habla lo suficiente”.

Para Hunter, que acaba de cumplir 30 años, las semanas que siguieron al lanzamiento del video fueron “terribles”. “No sabía qué hacer, ¿tenía que escribir un comunicado de prensa? ¿Tenía que subir algo a Facebook? Ya era difícil que te tomaran en serio políticamente siendo una mujer joven, de 27 años”, recordó.

El consejo de su partido, el Socialdemócrata y Laborista, fue ignorar el video. Hunt dijo que incluso ahora, cuando lo recuerda, no puede creer lo sucedido. “Faltan dos semanas y media para las elecciones, si difundes un comunicado de prensa, tu nombre aparecerá junto a la palabra pornografía, la gente te verá a través de un prisma sexual y también irán a buscar el contenido. Si ahora son 10.000 personas las que conocen ese video, cuando dirijas la atención hacia él, serán 100.000 las que lo conocerán”, recordó que le dijeron en su formación política. Esas cifras se le quedaron “grabadas en la mente”.

Se me acercó un hombre y me pidió que le practicara sexo oral; seguí adelante, hasta que llegué al bar, entré y se hizo un silencio sepulcral; me di cuenta de que había sido un error

Cara Hunter

Hunter acudió entonces a la Policía, que se disculpó y le comunicó que ningún delito había sido cometido y que, de todos modos, no disponían de la tecnología ni de la experiencia necesarias para investigar lo sucedido.

Fue Hunter quien encontró el video original con el rostro de la mujer que sí lo había grabado. Lo logró subiendo capturas de pantalla a motores de búsqueda que trabajan con imágenes. Cuando quiso saber quién había difundido por WhatsApp el deepfake, se encontró con que la plataforma encriptaba los contenidos por el derecho a la privacidad de sus usuarios. “Me gustaría pensar que tengo derecho a que no me arruinen la vida”, señaló. “Eres solo una persona frente a un enorme sistema tecnológico”.

Imagen de archivo de Cara Hunter

Muchos recuerdos de ese periodo siguen mortificándola. Como el de su tío llamando a su puerta después de que un amigo le mostrara el video. Tuvo que invitarlo a entrar, pedirle que se sentara y explicarle que ella no era esa mujer. Más tarde, también tuvo que explicarle todo a su padre.

“La gente se cambiaba de vereda”

“Dondequiera que fuese, la gente con la que solía hablar se cambiaba de vereda para evitarme”, dijo. “En la preciosa ciudad costera donde vivo, que tengo la suerte de representar, hay un bar a un kilómetro y medio de mi casa donde un par de días después de lo ocurrido celebraban una fiesta por el cumpleaños de un empleado”, contó. “No puedo dejar que esto me consuma, voy a ir allí y tomarme una copa”, pensó en aquel momento. “De camino, se me acercó un hombre y me pidió que le practicara sexo oral; seguí adelante, hasta que llegué al bar, entré y se hizo un silencio sepulcral; me di cuenta de que había sido un error”.

A pesar del miedo de Hunter a que su silencio se interpretara como prueba de la autenticidad del video, siguió el consejo del partido y trató de hacer campaña con normalidad. “No me importa si salgo elegida o no, solo quiero que esto termine”, recordó que le dijo a su marido –que entonces era su novio–. Al final, Hunter ganó por solo 14 votos, lo que convirtió su escaño en el más precario de Irlanda del Norte.

Después de eso decidió hacer pública su experiencia, convirtiéndose en una voz clave dentro de la campaña por la legislación contra deepfakes de imágenes íntimas. Es sorprendente que siga siendo una de las pocas. Muchas figuras públicas, entre las que también hay diputadas, tienen sus propias experiencias con el tema, pero casi ninguna habla de ello. Tal vez la excepción sea la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez. Hunter puede entender por qué. “En la vida pública, son pocas las mujeres que no saben lo que es ser tratadas como un objeto y, cuando se produce un deepfake, lo último que quieres es llamar más la atención”, explicó.

Pero Hunter sintió tanta vergüenza y humillación que “no podía permitir que todo ese cortisol corriendo por las venas fuera en vano”. “Era como un deber ético; me había sucedido a mí y estaba en una posición en la que podía ayudar a dar forma a las políticas; tenía voz y tenía una plataforma, así que tenía que darlo todo”, afirmó.

No me importa si salgo elegida o no, solo quiero que esto termine

Cara Hunter

Por supuesto, ese no era el tema por el cual Hunter quería darse a conocer. Aunque creció en Irlanda del Norte, cuando tenía 10 años pasó un año en la ciudad estadounidense de Boston, donde su madre, profesora de enfermería, se había mudado por motivos de trabajo. Más tarde, a los 16 años, la familia logró la Green Card y se mudaron a vivir varios años a California. “Nunca habría podido hacer lo que hago sin esa experiencia”, dijo. “Cuando llegué allí, era tímida. En Estados Unidos, en el colegio, tienes que escribir y pronunciar discursos y presentar PowerPoints convincentes; sin duda, eso me ayudó a desarrollar mi identidad”.

El inicio de una carrera

Su primer plan profesional era dedicarse al periodismo. Hasta que su más viejo y más cercano amigo se quitó la vida. Entonces comenzó a investigar sobre temas de salud mental. Su trabajo de fin de carrera fue sobre los suicidios en la generación del alto el fuego, en el marco del conflicto de Irlanda del Norte. “Estaba entrevistando a políticos y uno de ellos me dijo, ‘si este tema te apasiona tanto deberías dedicarte a la política local’”, recordó.

A los 24 años, el Partido Socialdemócrata y Laborista la invitó a presentarse a las elecciones municipales y se convirtió en la teniente alcalde más joven de Derry City y Strabane. Dos años después murió el político John Dallat y Hunt fue nombrada diputada en la Asamblea de Irlanda del Norte, donde asumió la portavocía de salud mental.

La mañana en que Hunter tomó posesión de su cargo, se enteró de que tenía un tumor cerebral. “Me estaba preparando para ir a Stormont cuando mi médico de cabecera me llamó”, contó. “Es un tumor hipofisario, tengo suerte, no es maligno y gracias a Dios no es lo suficientemente grande como para necesitar radioterapia; pero puede afectar a la vista y a la fertilidad, por lo que es una enfermedad que debería conocerse”.

Cada vez que sugiero a una mujer que se plantee presentarse, tengo que pedirlo tres o cuatro veces; en el caso de los hombres, nueve de cada diez dicen que sí de manera inmediata

Cara Hunter

Los síntomas que tuvo en un primer momento fueron dolor en los senos y amenorrea, por lo que se hizo un análisis de sangre para medirse la prolactina (la hormona que los tumores hipofisarios hacen que se produzca en exceso). Su tratamiento es medicación diaria y evitar el estrés. “Los niveles de prolactina pueden dispararse cuando se está bajo estrés”, dijo riéndose. Al año siguiente, fue víctima del deepfake.

Teme que experiencias como la suya disuadan a las mujeres jóvenes de entrar en política. “Tengo en la oficina a unas chicas jóvenes muy competentes haciendo prácticas y no quiero que piensen que esto es parte integrante de la experiencia política”, dijo. “Cada vez que sugiero a una mujer que se plantee presentarse, tengo que pedirlo tres o cuatro veces; en el caso de los hombres, nueve de cada diez dicen que sí de manera inmediata”.

No hay duda de que el deepfake afectó directamente al proceso democrático. ¿Cómo no iba a hacerle perder votos? Las mujeres son las principales víctimas de esta tecnología. Según un estudio de 2023, el 98% de los deepfakes que circulan por Internet son pornográficos y, en un 99% de los casos, las víctimas son mujeres.

Pero los posibles daños futuros van mucho más allá en esta era que Hunter llama de “las Olimpiadas de la IA”. Entre los primeros ejemplos figuran el deepfake con la voz del expresidente de EEUU, Joe Biden, instando a los ciudadanos a no votar en las primarias de New Hampshire o el video del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ordenando a sus soldados que se rindan.

El Gobierno británico comenzó a abordar la pornografía deepfake, mientras que en Dinamarca las autoridades fueron mucho más allá modificando la ley de derechos de autor: los cambios propuestos garantizan el derecho de cada persona a su propio cuerpo, rasgos faciales y voz –la ley permitiría las expresiones satíricas y las parodias–. “Si pudiéramos introducir eso aquí, diría ¡aleluya!”, exclama Hunter. “Lo que también podríamos hacer, y lo que realmente me gustaría ver, es una marca [de agua] obligatoria en todos los videos hechos por IA, para que todo el mundo sepa lo que está viendo”, agregó.

Estoy en el escaño con menor ventaja de Irlanda del Norte y, en las últimas elecciones, fui una estrella del porno, así que ¿qué diablos viene ahora?"

Cara Hunter

Más allá de la política, Hunter piensa casi todos los días en el video de la habitación con paredes azules y una mujer boca abajo. “Incluso ahora me pregunto si debería ofrecer 500 libras [unos 570 euros] al que tenga información sobre la persona que lo hizo”, explicó. “Necesito entenderlo… ¿Fue algo personal? ¿Fue porque me odian a mí o porque odian a las mujeres y no les gusta ver a una mujer en el poder? ¿Fue algo sectario, porque soy una mujer católica nacionalista? ¿Fue solo gente que tal vez me haya visto ahí arriba y haya pensado ‘voy a bajarle los humos’?”.

Hunter no está segura de su futuro en política. Por el momento, todavía está emocionada por su boda el pasado mes de septiembre. “En diciembre me entregarán el álbum de boda y estoy contando los días”, dijo. Su marido, Peter Eastwood, no se dedica a la política, pero es hermano de Colum Eastwood, antiguo líder del Partido Socialdemócrata y Laborista. “Siempre digo que, al menos, la política me ayudó a encontrar a mi marido”, explicó.

“Tenemos elecciones en mayo de 2027 y, sinceramente, hay cierta preocupación”, sostuvo. “Estoy en el escaño con menor ventaja del norte y, en las últimas elecciones, fui una estrella del porno, así que ¿qué diablos viene ahora?”. Sus padres quieren que se retire, sobre todo teniendo en cuenta el tumor hipofisario. “Me han dicho una y otra vez que nada vale más que mi salud”, contó.

“Me dicen que el nivel de acoso es inmenso, que estoy funcionando con cortisol y que no es seguro, que no es estable”. “Pero me encanta mi trabajo”, añadió. “Me encanta poder despertarme, escuchar un tema el lunes por la mañana y llevarlo al ministro el lunes por la tarde; tener ese alcance en temas que realmente me importan es un regalo”. Hace una pausa y se escucha otro suspiro largo. “Pero siempre hay una preocupación en el fondo de mi mente. La verdad, no lo sé, esa es la respuesta más sincera”.

Texto traducido por Francisco de Zárate

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