Viajes sonoros en el tiempo: el Teatro Colón como experiencia inmersiva

En su novela Time and Again (1970), Jack Finney imagina un proyecto secreto del gobierno de los Estados Unidos para realizar viajes en el tiempo mediante la auto-hipnosis. El éxito del proyecto requiere un espacio cuidadosamente acondicionado y un estado mental del viajero adecuado para el procedimiento. En el centro del libro late un misterio policial con pistas en ambos extremos de la línea de tiempo (1882 y 1970), todo lo cual le permite a Finney bucear en la rica historia de Nueva York para ajustar cuentas con la turbulenta historia del siglo XX: el edificio que funciona como túnel del tiempo no es otro que el Dakota, en el Upper West Side de Manhattan (en otro capricho del tiempo y el espacio, impensado por Finney en 1970, el edificio evoca, para un lector moderno, el asesinato de John Lennon en una de sus entradas, diez años después de publicada la novela).
Y si bien se dice una y otra vez que el Teatro Colón no es un edificio, sino la comunidad de artistas que, de 1910 a esta parte, conforman una parte importante de la historia de la ciudad de Buenos Aires, lo cierto es que las actuaciones de esos artistas, como ocurre con las artes performáticas, existen en un momento en el tiempo y luego dejan de existir, una vez que cae el telón, suena la última nota de la partitura, y los aplausos se funden en los oídos del público con los sonidos del tránsito de las calles aledañas.
En cuanto a la auto-hipnosis que imaginaba Finney en su novela, el Colón cuenta, desde hace unos años, con la Heritage Live Collection, una serie de grabaciones de funciones históricas en el Teatro Colón, restauradas para lograr la experiencia del sonido en vivo en la sala, sin filtros agregados y con el objetivo de rescatar los armónicos originales que otorgan al Colón su aura especial entre los teatros del mundo.
Disponibles en todas las plataformas de streaming (YouTube, Spotify, Apple Music, Tidal, etc.), las grabaciones de la Heritage Collection son el resultado del proyecto de curación, restauración y divulgación del patrimonio sonoro del Colón, coordinado por Diego Fischerman y con Roberto Sarfati a cargo de la resolución de las dificultades técnicas que implica el trabajo de restauración.
Todo este esfuerzo permite que los títulos que integran esta Heritage Live Collection sean escuchados en todo el mundo (Japón, Alemania y los Estados Unidos lideran las estadísticas). Así, uno puede “viajar” a 1965 para escuchar el primer recital solista de Martha Argerich en el Colón, a los 24 años, apenas unos meses después de haber ganado el concurso Chopin en febrero de 1965 (aquí). O los conciertos ofrecidos por Horacio Salgán y su orquesta en 1972, con Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche como cantantes (aquí) y Astor Piazzolla y su Conjunto 9, en 1983 (aquí).
Para los amantes de la ópera, se pueden mencionar interpretaciones como El barbero de Sevilla de Rossini en 1969, con Teresa Berganza y Sesto Bruscantini con dirección de Bruno Bartoletti (aquí), algunos momentos de la actuación de Maria Callas en 1949, cuando cantó Norma de Bellini (aquí), o el extraordinario recital de Birgit Nilsson junto a la Orquesta Estable del Teatro y la dirección de Roberto Kinsky en 1967 (aquí), donde se puede escuchar cómo la ovación del público movió a la soprano sueca a ofrecer, como bis, una segunda “muerte de amor” de Tristán e Isolda de Wagner.
Los nuevos títulos que se incorporan en estos días a la colección incluyen Carmen de Bizet en 1968, con Grace Bumbry y Jon Vickers bajo la batuta de Georges Prêtre (aquí), Il trovatore de Verdi en 1969, con Leontyne Price, Carlo Bergonzi y Piero Cappuccilli (aquí), el Mono Villegas junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y la dirección de Pedro Ignacio Calderón en 1971 interpretando la Rhapsody in Blue de Gershwin (aquí), y el histórico concierto del Sexteto Tango en 1972 (aquí). Para los próximos meses, se anuncian un recital de Aníbal Troilo y su orquesta en 1972, Aida de Verdi con Martina Arroyo, Carlo Bergonzi y Cornell MacNeil en 1972, y un recital de Benjamin Britten y Peter Pears en 1967.
Con la fiebre de El Eternauta todavía flotando en el ambiente, zambullirse en los títulos de esta Heritage Collection permite, de alguna manera, construir una playlist personal que habilite no sólo un viaje en el tiempo, sino también la posibilidad de jugar con nuevas combinaciones, con la imaginación de la música por venir, mientras suenan a nuestro alrededor las notas producidas en algún momento del siglo XX en un histórico edificio de la calle Libertad.
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