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Advertencia del massismo: “Así como venimos tenemos rumbo de colisión”

Sergio Massa y Alberto Fernández.

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La tropa massista asintió ante cada misil de Cristina Kirchner. Un grupo de funcionarios y legisladores del Frente Renovador avaló con su presencia la sublevación ideológica de la vicepresidenta. Los dirigentes leales al presidente de la Cámara de Diputados estuvieron el lunes al anochecer en el acto de Avellaneda. Y tras la queja pública de la vice, llegó el ultimátum propio contra Alberto Fernández. Se trata de un “llamado de atención” expresado de forma (un poco) menos explícita que el de CFK. 

Sergio Massa no quiere desperfilarse. Pretende comunicar su agenda de reclamos, sin abandonar su veta dialoguista. Si bien el tigrense no alzó la voz, su espacio blanqueó su malestar con el rumbo elegido por el Presidente. Sobre todo, ante la falta de institucionalización de la coalición de gobierno. 

“Todos le dan la razón a Massa, pero no le hacen caso. Si queremos controlar la inflación, ir por una Argentina productiva, que haya un puente entre los planes y el trabajo, llevemos adelante una mesa de conducción. Definamos ahí los pasos a seguir. No podemos seguir cambiando figuritas, pero sin tener un rumbo hacia dónde vamos”, protesta ante elDiarioAr el ministro de Transporte de la provincia de Buenos Aires Jorge D´Onofrio.

El ministro bonaerense se convirtió en uno de los voceros informales de Massa. D´Onofrio escuchó en vivo a Cristina Kirchner en el acto de la CTA. Lo acompañó gran parte de la tribu del Frente Renovador: la diputada nacional Mónica Litza, los bonaerenses Nicolás Russo y Rubén Eslaiman y el senador provincial José Luis Pallares.

“No buscamos sacar pecho, ni dejar a salvo nuestra posición. Pero falta una mesa, y hay consenso generalizado al respecto. Necesitamos una mecánica de discusión para saldar diferencias. Tenemos dos personas que se comunican elípticamente a través de los medios. Deberíamos sumar a la CGT, la CTA, los gobernadores y movimientos sociales en una mesa de conducción. No sería Disney dar ese paso, pero tenemos que darlo”, opina el massista Jorge D´Onofrio.

Respecto a la posibilidad de que Massa asuma un supra-ministerio de Economía, el ministro de Transporte bonaerense le resta importancia a esa posibilidad. “No es un tema de espacios o de nombres. Sergio no busca sumar fichitas, es un debate sobre la mecánica y el rumbo. Y tampoco proponemos cambios radicales. Con muy poquito podríamos generar mayor confianza. Todos deberíamos ceder un poco. No se trata de exigirle cosas al Presidente. No es un ultimátum. Pero sí es un llamado de atención para romper la inercia. Así como venimos, tenemos rumbo de colisión”, concluye D´Onofrio.

Para Massa, los últimos cambios de Gabinete no califican como un cambio de rumbo. No, al menos, en los términos esperados. La designación del massista Guillermo Michel en la Aduana no es suficiente para ordenar los choques de miradas internas. Y muchos menos, el desembarco de Daniel Scioli en Desarrollo Productivo. Con el traje de presidenciable siempre puesto, Scioli arrastra una enemistad histórica con Massa. 

Massa coincide con el cristinismo en sus críticas al ministro de Economía Martín Guzmán. Pero, a diferencia del camporismo, no convirtió los cuestionamientos en un hobby público y cotidiano. En realidad, limitó sus objeciones a uno de los fetiches del tigrense: el impuesto a las Ganancias y su perjuicio sobre la clase media, el núcleo de votantes propios en el imaginario massista.  

Esta suerte de ultimátum se profundizará en el Congreso bonaerense del Frente Renovador. El encuentro se realizará el 15 de julio en Mar del Plata. La tercera para del Frente de Todos todavía tiene pendiente concretar una juntada nacional.

A principio de año, el FR tenía agendado ese congreso para el 23 y 24 de abril en Mar del Plata. Lo había promocionado como una mezcla de retiro espiritual, bravata hacia el resto de los actores frentetodistas y lanzamiento de la candidatura presidencial del jefe. Eran demasiadas expectativas, con un enorme riesgo adherido. ¿Cuál? Incomodar a los socios del oficialismo y dejar de crecer las encuestas que el presidente de la Cámara de Diputados monitorea con obsesión. Por eso Massa dio de baja el mitin nacional del Frente Renovador. El internismo permanente del FdT reflotó la idea del encuentro federal. 

AF

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