Cafiero confirmó que la Argentina se sumará al proyecto de la “Ruta de la Seda” de China

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El canciller Santiago Cafiero ratificó que la Argentina firmará el ingreso a la iniciativa china conocida como Ruta de la Seda, un proyecto estratégico de desarrollo de infraestructura que el imperio del centro impulsa a escala global y con el que busca consolidar su expansión económica y política en el contexto de su creciente desafío al liderazgo de los Estados Unidos.

“Tenemos un compromiso desde hace tiempo por parte del presidente (Alberto Fernández) de avanzar. Estamos haciendo los estudios necesarios para adaptar ese acuerdo a las necesidades que tiene la economía argentina y la infraestructura que la Argentina necesita”, dijo Cafiero en un encuentro el lunes en el Palacio San Martín con un grupo de periodistas que participan del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI). Argentina es la primera economía importante de América latina que ha resuelto sumarse a la iniciativa china. Brasil y México, dos países con un considerable desarrollo económico y científico tecnológico, aún no se han pronunciado.

Es la primera vez que desde la Cancillería hay un pronunciamiento explícito sobre el tema. Aunque en septiembre pasado, el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja anticipó que la Argentina había decidido de participar del proyecto. “La noticia es que Argentina ya ha tomado la decisión y ya se ha comunicado que va a ingresar en esta iniciativa”, dijo entonces Vaca Narvaja. “Estamos convencidos que va a ayudar para ampliar nuestra capacidad exportadora y también para apalancar nuestro desarrollo. Países como los nuestros necesitan mucha infraestructura”, sostuvo en una entrevista con el sitio CGTN, a poco de la salida de Felipe Solá de la cancillería y su reemplazo por Cafiero. 

China avanza con un proyecto delineado en la última década y que representa su salida al mundo. Implica cuestiones estratégicas como la proyección de las rutas de tránsito marítimo y el lanzamiento en 2013, de la iniciativa de “Una franja y una ruta”, que promueve líneas de conectividad con sus socios globales en Eurasia, África y América latina. El proyecto prevé la construcción de autopistas, ferrocarriles y puertos de aguas profundas para asegurarse la provisión de insumos Los analistas no descartan que los puertos podrían servir eventualmente  para que recalen naves de guerra.

La Argentina, que mantiene una “asociación estratégica integral” con China que ya incluye el desarrollo de conectividad, venía demorando una definición respecto de la iniciativa “Una franja y una ruta”. Se especuló con que habrían existido presiones de los Estado Unidos para que no lo hiciera.

La definición de Cafiero se conoce en el contexto de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional para la reestructuración de la deuda por US$ 44.000 millones de dólares tomada durante el gobierno del presidente Mauricio Macri. El gobierno de Estados Unidos, principal accionista de FMI, ve sin duda con inquietud la penetración acelerada de China en la región. El saliente jefe del comando sur de EE.UU., Graig S. Faller, estuvo de visita oficial en la Argentina y Uruguay en abril pasado. A mediados de año reiteró la posición de Washington -y la suya misma-  acerca de la creciente influencia china en América latina. “La influencia de Beijing en la región es cada vez mayor, desde la infraestructura informática hasta los activos espaciales... los centros culturales y la asistencia de Covid…”, advirtió en una entrevista con el sitio estadounidense Político. “Cuando viajo, veo docenas de proyectos portuarios de la República Popular China de diversas formas y tamaños. Pekín está buscando puertos de aguas profundas en Jamaica, República Dominicana, El Salvador, Argentina y otros lugares”, dijo Faller. 

Cafiero dijo que la Argentina tiene 16 proyectos “priorizados” con financiamiento chino -en el contexto de la asociación estratégica- y que el Gobierno buscará “compatibilizar” estos proyectos con la iniciativa de la ruta de la seda. La expectativa del Gobierno es firmar el acuerdo durante la próxima visita del presidente Alberto Fernández a China, por invitación de Xi Jinping, aún sin confirmación por el avance de las nuevas variantes de coronavirus.

Sobre cuándo la Argentina tomará una decisión en relación a la incorporación de la tecnología 5G, o de quinta generación, en telefonía celular, en medio de presiones globales cruzadas de EE.UU. y de China, Cafiero recordó que, a diferencia de otros países de la región que ya están avanzando, la Argentina cuenta con una infraestructura previa, una red pública, la Red Federal de Fibra óptica, sobre la que los nuevos operadores tendrán que trabajar. Pero evitó una respuesta: “Estamos como expectantes”, dijo.

 “Esperaremos a que venga al país y mantendremos las reuniones institucionales que corresponden”, aseguró el canciller cuando se le preguntó por declaraciones del recién confirmado -el sábado- embajador de los Estados Unidos Marc Stanley sobre la política exterior y la macroeconomía argentinas. “Trabajaremos con los delegados que los gobiernos nos envíen como lo hacemos habitualmente”.

WC