Debate de Provincia: Santilli atacó con la pandemia y Tolosa Paz no dejó de recordarle que era “porteño”

El debate acababa de terminar. Invitados y asesores habían invadido el estudio. Los conductores respiraban tranquilos y pedían los números del rating cuando una cámara encendida juntó a la candidata del Frente de Todos, Victoria Tolosa Paz, y al de Juntos, Diego Santilli. Ante la pregunta de una periodista, sobre si había sido difícil el debate cara a a cara, Tolosa Paz siguió con el tono de un par de minutos antes. “Para mí, hacerle esa pregunta era natural. Quiero saber si va a retirar la demanda que perjudica a los bonaerenses”, respondió. “Me voy del debate con la sensación de que por primera vez el kirchnerismo se sienta a debatir”, retrucó Santilli. Y antes de que el vicejefe porteño se fuera, ella le replicó: “Santilli se va enojado porque no está acostumbrado a debatir”. Esa escena lateral fue el cierre de un debate menos atractivo que el que la semana pasada habían dejado los candidatos a diputados de Ciudad. Con discusiones estudiadas y respuestas más acartonadas que ese intercambio final que quedó fuera del programa.

El escenario, la alfombra, el dron, los carteles y los camarines estaban preparados como la semana pasada. En la entrada cada uno de los candidatos recibía las últimas recomendaciones de quienes los venían asesorando. Tolosa escuchaba al sociólogo Alberto Quevedo y Santilli al intendente de Lanús Néstor Grindetti. Hasta que los hicieron pasar al centro del estudio y todos los acompañantes se agruparon en la tribuna. En las gradas, casi respetando ideologías, a la izquierda estaba el FIT-U. con Néstor Pitrola, Myriam Bregman, Cristian Castillo y Romina del Plá, entre varios dirigentes. Y en el ala derecha, los que habían llegado con Cynthia Hotton y José Luis Espert. En el centro estaba el FdT, Juntos y el randazzismo. Allí no había grietas, Manes le hacía comentarios a Katopodis y todos se indignaban cuando el candidato liberal insultaba sin filtro. 

La discusión sobre temas de inseguridad dividió aguas. Santilli, Hotton, Espert y hasta Randazzo hablaron de las “puertas giratorias” en las comisarías y plantearon endurecimiento de penas, apuntaron del crecimiento del delito y a denunciar a los jueces que liberaban presos. Todos ellos apuntaban a una audiencia que les pedía eso y no dudaron en ir a fondo. Espert incluso dijo que se debía bajar la ley de imputabilidad a 12 años. Algo que ya no cosechó tantas adhesiones. 

De la misma manera que la semana pasada Santoro buscó a Vidal para construir su duelo, Tolosa Paz hizo lo propio con Santilli. Pero el Colorado no tuvo tanto interés en entrar en el enfrentamiento directo. Hasta que no le quedó otra. “Deciles a los bonaerenses si vas a defenderlos a ellos o a los porteños”, le tiró Tolosa y marcó su estrategia. Desde ahí hasta el final le iba a recordar que Santilli llegaba desde otro distrito y mencionaría hasta cansarse que su rival “no conoce” la Provincia. Santilli la corría con la inseguridad y ella le decía que “sin plata” no había seguridad. La plata en cuestión era la de la coparticipación que a Santilli le costaba defender sin ser acusado de “porteño”.

Como sucedió con Javier Milei siete días atrás, Espert quiso debatir con los candidatos del FdT y Juntos, pero ellos no lo eligieron como contrincante. Subió de tono la discusión hasta decirle seis veces a Tolosa que decía “estupideces”. Mientras eso sucedía frente a las cámaras, desde la tribuna le pedían a los conductores que lo interrumpieran. “Así no se puede seguir, es una falta de respeto total”, gritaba una mujer sentada atrás de Martín Insaurralde. Quizás ese fue el momento más tenso del debate, el único que Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano no pudieron controlar. 

La réplica de Santilli fue con lo que más cómodo se sentía y por donde sus asesores le recomendaron: la pandemia. “Vacunaron a sus amigos, compraron mal y tarde las vacunas, cerraron las escuelas y cerraron la economía”, afinó el discurso. En ese bloque se lo sintió más cómodo y sus intervenciones fueron más festejadas en la tribuna. Por eso en el duelo frente a frente con Tolosa no quiso abandonar el tema. Le dijeron que rendía y aprovechó.

En las otras peleas, Del Caño retomó la estrategia de Myriam Bregman en el debate anterior y embistió contra el candidato de Avanza Libertad. “A vos te gustan los empresarios que fugan capitales en cuentas off shore”, le dijo del Caño. “¿Decime cuándo yo dije que estaba a favor de las cuentas off shore?”, contestó el aliado de Milei. “¿En cuáles de los países que vos defendés la gente no se muere de hambre, Nicolás?”, siguió el cruce. “Porque en Chile y Colombia, tus ejemplos las cosas van bárbaro”, ironizó el candidato del FIT-U. 

Mientras todo ocurría, los productores del programa le avisaban a Bonelli que tenía que darle tiempo a Randazzo. “Dale, hay que despabilarlo, le toca a él”, pedían por el comunicador. El ex ministro del Interior estuvo callado muchos minutos y a diferencia del resto de los que compartían el panel con él, casi no pidió la palabra. Como un sincericidio, Bonelli le quiso decir a Hotton que no podía elegir ninguno de los cuatro candidatos anteriores como rivales y se le escapó: “A usted le toca Randazzo, es lo que hay”. El debate de ellos dos bajó el rating sobre el final y varios de los que miraban los números querían que terminara para poder mejorar antes del cierre. 

A diferencia del otro día, al terminar, todos se saludaron y luego recibieron devoluciones. La mayoría escucharon de sus asesores que habían estado bien. Todos habían bajado la guardia a esa altura, salvo Santilli y Tolosa, que tenían tiempo y energía para ese último encuentro a un costado del estudio. 

AM