Se espera hasta un 5% más de participación que en las PASO, aunque no está claro a quién beneficiaría

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Para las elecciones generales del 14 de noviembre, los analistas coinciden en que la concurrencia rondará el 72/73% del padrón, un 5% más de electores que en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Sin embargo, mientras que algunos consultados aseguran que esos votos son del oficialismo, sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, donde se espera que esos votantes ausentes en las PASO se inclinen por el Frente de Todos, otros analistas opinan que gran parte de esos votos son de mayores de 70 años, alineados con la oposición. 

En las PASO, la participación total fue del 67,5%. Constituyó el piso más bajo de concurrencia a las urnas desde la vigencia del sistema, cinco puntos por debajo de la asistencia en las PASO legislativas del 2017. En las elecciones generales de ese mismo año, la asistencia a las urnas fue del 76,6%. “No creo que la concurrencia llegue a los 75 puntos en estas elecciones”, asegura Lucas Romero, de la firma Synopsis, en diálogo con elDiarioAR

Casi todos los demás analistas coinciden: esperan, a nivel nacional, una participación del 72/73% del padrón electoral. Solamente un analista vaticinó una gran concurrencia a las urnas, con una participación de entre el 75 y el 80%. El anuncio de los últimos días de la flexibilización del protocolo sanitario para las elecciones generales y la consiguiente reducción de los tiempos de espera en los establecimientos de votación (se volverá a la fila única en cada una de las mesas de votación) debería favorecer la participación, aseguran los especialistas, aunque no esperan los mismos niveles de asistencia que elecciones anteriores. 

En la Provincia de Buenos Aires la participación en las PASO había sido del 68,3%; para las generales, los analistas auguran una concurrencia varios puntos porcentuales mayor. “En PBA los electores tienen un gran incentivo que los debería motivar a votar: el interrogante con respecto al resultado”, sostiene Romero. “Como la elección está pareja, cada voto cuenta”, asegura. 

Lo mismo se espera en Salta, provincia que tuvo la asistencia más baja en los comicios de septiembre, con un 58,5% de participación. “La disputa está muy reñida allí. Habrá una participación de 10 puntos porcentuales más que en las PASO”, asegura Ricardo Rouvier, de Ricardo Rouvier & Asociados, en diálogo con elDiarioAR. Cristian Buttié, director de CB Consultora, asegura que en Chaco, segundo distrito con la participación más baja en las Primarias (un 59,8% del padrón), pasará algo parecido. 

En La Pampa, donde ganó sorpresivamente Juntos, Rouvier asegura que la participación será mucho mayor que en las primarias, donde concurrieron a las urnas un 68,8% del padrón, porque el peronismo se lanzará a “reconvertir la elección”.

En la Ciudad, en cambio, no se espera una participación mucho mayor, por lo definido que se encuentra el resultado. Lo mismo que en Córdoba y Mendoza, donde los analistas estiman que el ausentismo rondará los mismos niveles que en las PASO. 

A quién beneficia

Hay dudas entre los analistas con respecto a si la mayor participación beneficiará al oficialismo o si por el contrario, esos votantes se inclinarán por alguna de las opciones de la oposición. “Históricamente la mayor participación ayudó a Juntos por el Cambio. Pero en las PASO hubo un segmento del Frente de Todos que no fue a votar, por lo que el diferencial entre la concurrencia de las PASO y de las generales debería distribuirse equitativamente entre el oficialismo y la oposición”, asegura Buttié. 

Romero atribuye la mayor parte del ausentismo en las PASO a los mayores de 70 años que, por miedo y falta de incentivos, no fueron a votar. “En ninguna elección están obligados a ir a las urnas, pero como en las generales se definen cosas, este segmento de población concurre a votar”, asegura Romero. “Históricamente, los adultos mayores se inclinan, en su gran mayoría, por la derecha”. 

“En el caso de que supiéramos que el ausentismo se explica, en cambio, por los jóvenes que no concurrieron a votar -lo que es difícil de saber por la falta de información sobre el tema-, seguramente esos mismos jóvenes, con tendencia a votar por el oficialismo, tampoco vayan a las urnas en las generales”, sostiene Romero. “No veo posible un fuerte incremento de participación entre estos posibles sectores jóvenes que no fueron a votar y que en general votan al peronismo”. 

Rouvier asegura que en la Ciudad, Córdoba y Mendoza, el aumento -pequeño- de la participación ayudará indefectiblemente a la oposición a agrandar la diferencia con las listas del Frente de Todos. En la Provincia, por otra parte, el aumento en la participación debería beneficiar al oficialismo. “Sin embargo, hay factores que no podes medir. Por ejemplo, si los intendentes hicieron el trabajo territorial que debían a favor del Frente de Todos. Si se quedaron en su casa, o si pidieron el corte de boleta para proteger a sus concejales, el aumento en la participación no necesariamente beneficiaría al oficialismo”, concluye Rouvier. 

En las PASO, el porcentaje de voto en blanco con respecto al total de votos emitidos fue del 3,7%. Los analistas coinciden en que, para las elecciones generales, no se espera una reducción importante en este porcentaje, que no se aleja de la media de voto en blanco en las últimas elecciones. “El que quiso manifestar su enojo lo hizo no concurriendo a votar, y eso se repetirá en las elecciones de noviembre”, asegura Rouvier. 

El único distrito donde se espera un considerable aumento de los votos afirmativos es Mendoza, donde el voto en blanco fue bastante más alto que el promedio, con un 9,7% de sobres sin boletas: allí, asegura Buttié, la probable reducción del voto en blanco podría llegar a capitalizarlo Mendoza Cambia, la lista Juntos por el Cambio. 

AS/WC