Datos de los 16 comicios locales

El desencanto pega en las provincias: picos de 21% de voto en blanco y y bajas de hasta 10 puntos en la concurrencia

elDiarioAR

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La última alerta llegó desde Santa Fe. En las PASO del domingo votó el 63% del padrón, el registro de concurrencia más bajo desde 2011, año en que comenzó a aplicarse el régimen de primarias. Si se toma un indicador más fino, que los politólogos denominan “concurrencia efectiva” y consiste en poner en negativo los votos blancos y los nulos, el último domingo solo el 51,3% de los electores habilitados votó de manera positiva a alguno de los trece candidatos y candidatas de la oferta para gobernador.

La biopsia política del voto santafesino apareció en el comando de campaña de Unión por la Patria (UP) como un indicio preocupante hacia adelante. Agustín Rossi, jefe de Gabinete y candidato a vice de Sergio Massa, contó en una entrevista en el canal C5N que la asistencia a votar fue más baja en zonas que pueden considerarse filo peronistas. No es un dato nuevo: en las PASO de 2021, en la provincia de Buenos Aires hubo menor concurrencia en las barriadas del conurbano donde, en general, el PJ gana con holgura.

Valen, respecto a Santa Fe, algunas observaciones. En las PASO suele haber menos asistencia que en las elecciones generales. No causalmente, en el ranking de concurrencia, las tres provincias donde hubo primarias -Mendoza, Santa Fe y Chaco- son las que tuvieron el porcentaje de votantes más bajo de las 16 elecciones que hubo en lo que va del 2023. Así y todo, en el caso santafesino, comparado por la primaria del 2019, la concurrencia se derrumbó casi 9 puntos: pasó de 71,9 a 63,5%,

La media de las votaciones ejecutivas provinciales refleja una merma general de concurrencia. Comparada con 2019, en el mismo segmento -es decir, gobernador con gobernador, PASO con PASO o general con general-, la asistencia de votantes pasó de 76,4 a 71,77%. Casi 5 puntos de caída.

Salvo Tucumán, que casi llegó al 85% de asistencia e incluso mejoró el registro del 2019, el resto de las provincias están por abajo de 77% y seis de las 16, por abajo de los 70 puntos. La de menor concurrencia fue la primaria en el Chaco con solo un 62,93% de votantes. En dos provincias, Tucumán y San Juan, hubo un efecto contraola: fueron más votantes que en el mismo turno electoral del 2019. Un episodio une a las dos provincias: las elecciones se suspendieron, o reprogramaron, a partir de un fallo de la Corte Suprema. La derivación fue diferente: el PJ ganó, con amplísimo margen en Tucumán, pero perdió en San Juan. Un dato curioso es Formosa: el porcentaje de participación fue idéntica en 2019 y en 2023: votó el 75,44%.

En catorce provincias, la concurrencia cayó pero de manera desigual. En Mendoza y La Rioja, la asistencia se redujo casi 11% mientras que ej Jujuy lo hizo algo más de 10 puntos. Chaco, Santa Fe y Misiones fueron otros distritos con merma importante.

El otro fenómeno que mostró variaciones tiene que ver con el voto en blanco que suele observarse, en paralelo al ausentismo electoral, al desgano o decepción de la oferta política. Tomadas las 16 elecciones que hubo en lo que va del año, el voto en blanco aumentó casi 3 puntos en relación a las mismas elecciones del 2019. En aquel año, el promedio del blanco fue de 4,75% mientras que en este turno electoral llega a 7,71%, casi 3 puntos de diferencia, lo que expresa un aumento de más de 35% en cuatro años.

Hubo casos de altísimo impacto. En Tierra del Fuego, el voto en blanco fue de 21,07% , en San Luis llegó a 13,55% , Jujuy tuvo 11,80% y Chaco, en la primaria, alcanzó el 10,86%. En cuatro provincias, sin embargo, el voto blanco disminuyó: en La Rioja cayó 3,6% mientras que em Neuquén, Córdoba y Formosa bajó pero menos de 1 punto.

Mapeo

De las 22 provincias que eligen gobernador en 2023, trece ya lo hicieron: más de la mitad del mapa electoral con el que convivirá el próximo presidente está definido. El último domingo de julio, con Chubut se sumará la número catorce mientras que Santa Cruz votará en simultáneo con la PASO nacional del 13 de agosto y durante septiembre se completará el calendario de los tres territorios donde hubo primarias pero falta la instancia final, incluso con posibilidad de balotaje como en el Chaco. Antes de la general del 22 de octubre, 18 provincias tendrán a sus futuros mandatarios.

La saga de elecciones provinciales, con sus particularidades, y el mayor o menor registro de lo que puede ocurrir electoramente a nivel presidencial, presenta algunos datos que pueden leerse como indicios no electorales sobre lo que puede ocurrir a nivel nacional. Al margen de las lecturas sobre resultados partidarios -por caso, si los fracasos libertarios en las provincias anticipan un derrape de Javier Milei en la nacional-, hay dos indicadores puntuales que prenden alertas sobre todo en el oficialismo: la concurrencia y el voto en blanco.

PI