Expediente Berni: quejas en el Gobierno y la “solución política” que se acordó en Olivos

Vilma Ibarra fue de las primeras en reaccionar. Apenas circuló en los medios, la secretaria de Legal y Técnica agitó el grupo de WhatsApp de ministros y funcionarios para descargar su enojo contra Sergio Berni y pedir una reacción en bloque contra el destrato del bonaerense a Sabrina Frederic. Interpretó los malos modos de Berni como un desafío a Alberto Fernández. No fue necesario que dijera más: el ministro bonaerense no genera, en ese club, simpatías.

El malestar, además de la conducta del bonaerense, tuvo una matriz política: la rabieta de Berni imantó el ojo periodístico y “empañó una buena noticia”, además de que al mismo tiempo que chocó con Frederic y su segundo, Eduardo Villalba, se mostró amigable con Diego Santilli “mientras Larreta anduvo de gira toda la semana criticando a Alberto”.

"La política de Seguridad en el conurbano la definen Alberto, Cristina y Kicillof, no la definen los ministros en los medios"

Tarde, luego de la Cadena Nacional, la avanzada de Ibarra tuvo un primer efecto. Un mensaje en Twitter de “Mujeres gobernando”, el colectivo que reúne a las funcionarias nacionales, de respaldo a Frederic. “La violencia es el límite” dijo el tuit y expresó “solidaridad” con “la ministra y compañera Sabina Frederic, ante las expresiones de agravio y descalificación recibidas en el día de hoy”. No menciona a Berni pero el hilo le está dedicado. Lo mismo vale para un texto que circuló Agenda Argentina, búnker de intelectuales que enlazó, antes de la conformación del Frente de Todos, trincheras diferentes.

Reproches

Unas horas antes, Frederic se había reunido con Santiago Cafiero, quien el viernes volvió a hablar con ella. Una doble gestualidad que otro ministro, Matías Lammens, corporizó con un encuentro, una foto y una frase: “Es clave el trabajo en equipo y en forma coordinada para lograr los objetivos que nos proponemos como funcionarios públicos”, dijo sin mencionar la rabieta de Berni pero dirigida, puntualmente, a ese hecho. Lammens, que le puso rostro a una demanda de parte del gabinete, juega otro partido: juzga la empatía de Berni con Santilli como un comportamiento tóxico para el gobierno.

El expediente Bermi se convirtió en un asunto engorroso. “Sergio no tiene ninguna táctica política: va para adelante, se calienta, no se banca a Frederic pero no hace lo que hace porque se lo ordena Cristina”, explica un dirigente que lo conoce mucho y de hace años. En La Plata dan, como en cada episodio que protagoniza el ministro, el asunto por terminado.

Berni se vio con Axel Kicillof este viernes a media mañana. No está en los planes del gobernador mover a su ministro, como no lo hizo cuando salió dañado del levantamiento policial de septiembre, que no pudo anticipar ni logró doblegar, aunque luego recuperó juego cuando desactivó la germinal protesta de febrero.

En la gobernación asumen que Berni es un apasionado por las cámaras, contracara de Frederic, a quien juzgan excesivamente pasiva, y entienden al ministro bonaerense como una pieza, aun caótica, que suma. “Hay un sector social no tan afín al kirchnerismo que le gusta lo que hace Sergio”, apuntan al elDiarioAR desde el entorno de Kicillof y citan que la madre de M, la niña secuestrada, pidió por el ministro.

Encuentro nocturno

El tema Berni se coló en la juntada de Olivos donde Alberto Fernández reunió a Máximo Kirchner con ministros e intendentes del conurbano. Estaban Cafiero, Eduardo “Wado” De Pedro, Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi, junto a Fernando Espinoza (Matanza), Mariano Cascallares (Brown), Juan Zabaleta (Hurlingham), Mayra Mendoza, (Quilmes) y Andrés Watson (Varela). .

Kicillof, de gira por el interior, no llegó y Sergio Massa no fue invitado, según confiaron dos de los presentes. El encuentro estaba pautado desde hacía días pero coincidió con el affaire Berni. En verdad, el tema seguridad es un asunto recurrente en cualquier mesa donde se sienta un dirigente del conurbano. El caso M, al igual que el femicidio de Ursula, son capítulos de alto impacto que se replican, a diario y sin tanta visibilidad mediática, en la inseguridad ciudadana.

“La política de Seguridad en el conurbano la definen Alberto, Cristina y Kicillof, no la definen los ministros en los medios”, apuntó una fuente del PJ. En la cumbre se habló de bajar la espuma y darle un cauce político, una “solución política” al tema. “Es el tema número uno de los bonaerense y no podemos perder un segundo con las peleas de cartel”. Berni no tiene buen vínculo con los intendentes y se repitió, como regla, que las inconductas del ministro las debe ordenar Kicillof. Pero se acordó bajar el tono y evitar que las chispas de la disputa Berni-Frederic generen otros fuegos.

Fernández volvió a abrir Olivos y a prometer que mantendrá la dinámica de esas mesas políticas.

PI