El día después

El Gobierno se reacomoda tras el triunfo y prepara su ofensiva legislativa

La mañana del lunes en la Casa Rosada fue, ante todo, silenciosa. Después de la euforia del Hotel Libertador, los pasillos recuperaron su ritmo habitual: funcionarios de paso breve, saludos medidos y la certeza de que la calma también forma parte de la victoria. “Ayer festejamos, hoy volvemos al trabajo”, resumió un funcionario con tono burocrático, mientras un asesor murmuraba que el desafío recién empieza.

En ese clima de serenidad impostada, Javier Milei ordenó bajar el tono y acelerar la agenda. Tanto la reforma laboral como la tributaria ya estarían redactadas y, según confirmaron en Balcarce 50, serán enviadas al Congreso en diciembre, cuando se concrete el recambio legislativo. “El Gabinete se va a construir a la luz del nuevo Congreso, de las alianzas que tengo que buscar para poder pasar la agenda. Lo importante es conseguir las reformas”, dijo el Presidente en una entrevista con A24.

El objetivo es discutir ambas leyes con la nueva correlación de fuerzas, que deja a La Libertad Avanza como uno de los bloques más numerosos en Diputados y con peso propio en el Senado. En el Gobierno admiten que la victoria del domingo reconfiguró el tablero político: “No es lo mismo tener 35 diputados que 90 y pico”, subrayó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que seguirá en funciones al menos hasta fin de año.

Francos insistió en que el oficialismo está en “una posición de fuerza diferente” y que buscará consensos “sin ceder en el rumbo”. En su entorno confirman que ya trabaja con el ministro del Interior Lisandro Catalán y con el asesor Santiago Caputo en la construcción de acuerdos con gobernadores y bloques provinciales. Sin embargo, el ida y vuelta con los mandatarios es todavía incipiente: más gestos que conversaciones formales.

El Presidente ratificó que el diálogo con los mandatarios será “en el corto plazo”, pero aún no fijó fecha ni formato. La mano de obra política, por ahora, corre por cuenta de los operadores de siempre: Francos, Caputo y Catalán, y en paralelo, los recién electos Patricia Bullrich y Diego Santilli, que empezaron a actuar como nexos informales. El “Colo”, que dio la sorpresa en Buenos Aires, habló este lunes con Rogelio Frigerio y Gustavo Valdés, dos gobernadores de perfil dialoguista, mientras que la ministra de Seguridad ya se piensa como posible presidenta provisional del Senado a partir de diciembre.

“El triunfo nos da margen para negociar con menos costo político”, se sinceró un funcionario libertario. En la práctica, el Gobierno apuesta a capitalizar la debilidad del espacio Provincias Unidas, que perdió peso parlamentario, y a tejer una red de acuerdos caso por caso para garantizar quórum.

Mientras tanto, en los despachos se repiten dos certezas: que los cambios de Gabinete serán recién en diciembre y que el Consejo de Mayo, la mesa que discute el llamado Pacto de Mayo, se convertirá en el vehículo institucional de las reformas. Allí confluyen representantes del Ejecutivo, del Congreso, de los empresarios y de los sindicatos.

Reformas en marcha

Aunque los borradores están listos, el Gobierno espera el nuevo escenario parlamentario para garantizar que las iniciativas no naufraguen en el Congreso. La intención oficial es flexibilizar las negociaciones salariales y fomentar, según su criterio, la formalización del empleo. El secretario de Trabajo, Julio Cordero, confirmó que la reforma laboral incluirá “salarios dinámicos” (sueldos que podrían modificarse según el mes), convenios por empresa, pago en distintas monedas y un sistema de adicionales por mérito.

“La reforma laboral permitirá que muchos informales pasen a la formalidad, lo que subirá la recaudación y duplicará los fondos para las jubilaciones. Ganamos todos”, sostuvo Milei, convencido de que el resultado electoral legitima la segunda etapa de su programa económico. En paralelo, la reforma tributaria buscará simplificar el sistema impositivo y reducir la presión fiscal sobre las pymes.

Por otro lado, Milei, que no descartó cambios en su equipo, dejó entrever que las designaciones dependerán del resultado de las negociaciones legislativas. “Cualquiera que sirva a los efectos de conseguir los resultados, los voy a sumar. Soy bilardista”, repitió, fiel a su estilo.

Entre los nombres en danza, siguen bajo observación los de Francos y Catalán, aunque el Presidente no tiene apuro. Los reemplazos de Patricia Bullrich y Luis Petri, que asumirán en el Congreso, se definirán recién en diciembre. Y el futuro del Ministerio de Justicia sigue abierto tras la salida de Mariano Cúneo Libarona, sin reemplazante confirmado.

“Estamos tranquilos, pero no relajados”, dijo este lunes un funcionario. La euforia se disipó, pero el entusiasmo no: el Gobierno se siente fortalecido, con margen político para avanzar, pero consciente de que los acuerdos con las provincias y el Congreso definirán si el triunfo se traduce en poder real. “Ganamos poder, pero sobre todo tiempo”, admitió la misma fuente, al describir la lógica que domina ahora los pasillos de Balcarce 50.

PL/CRM