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La pelea en la oposición

JxC llevó su interna a la Vendimia, mientras se rompe la alianza en Tucumán y Pichetto se anota entre los candidatos

Cornejo, Larreta, Suárez y De Marchi, juntos el jueves en Mendoza.

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“Que ese Pelado no aparezca por Mendoza”. El comentario malicioso se escuchó en el terruño radical que comandan el gobernador Rodolfo Suárez y el senador Alfredo Cornejo, justo en la previa a la atractiva –y cada vez más política– fiesta de la Vendimia. 

El pedido tuvo poco éxito: Horacio Rodríguez Larreta visitó la provincia el jueves, un día antes del arribo de Patricia Bullrich, y a dos a que lleguen Facundo Manes y Gerardo Morales, los anotados por la UCR en la carrera presidencial de la oposición. Juntos por el Cambio eligió este fin de semana el paisaje andino como telón de fondo de su interna electoral. 

Cuando falta poco más de un mes para el cierre de las alianzas locales, las presencias en Mendoza de los dos precandidatos amarillos no hizo más que revolver el ya alterado armado provincial, y que tiene impacto nacional. Aunque en la provincia hay PASO –son el 11 de junio– no parece haber un acuerdo a la vista entre Cornejo –que quiere volver a la gobernación– y el diputado del PRO Omar De Marchi –ladero del alcalde porteño y quien está lanzado a competir por la provincia–. El cierre de alianzas es el 12 de abril y está latente la ruptura de JxC, como ya pasó en Neuquén y Río Negro, sobrevuela en Córdoba y es inminente en Tucumán. 

“Yo siempre defiendo la unidad”, dijo Larreta ante la prensa cuando aterrizó en Mendoza y logró una paz momentánea. Entre sándwiches y copas –de agua, por el horario matinal– juntó en una misma mesa a De Marchi, Suárez y Cornejo durante el conocido Desayuno Real, uno de los eventos más importantes del calendario vendimial. Pero en menos de 24 horas, la ex ministra de Seguridad le dejó un aviso espinoso: “Las rebeliones individuales para ir por afuera no van”, dijo en una entrevista radial al arribar a Mendoza.

Detrás de las expresiones mediáticas, sobran las chicanas en off para entender que la foto de unidad fue forzada. “Cornejo estaba como mosca detrás de Horacio, desesperado para mostrarse con él”, confió entre risas a elDiarioAR uno de los testigos del encuentro del jueves. Para contrabalancear, en el búnker de Bullrich remarcaron que Larreta llegó a Mendoza 24 horas antes del inicio oficial de la Fiesta de la Vendimia, que comenzó el viernes y terminará este lunes. “No fue invitado especialmente por el gobernador. Patricia, sí”, se jactó un halcón.

La presidenta del PRO, incluso, pasó la noche en la provincia, pero no se cruzó con De Marchi. Sí logró una foto de alto impacto, con Suárez y Cornejo, pero también con Manes, Emilio Monzó, el correntino Gustavo Valdés y la pareja Carolina Losada-Luis Naidenoff. La postal la compartió en sus redes el neurólogo, que tuvo con la ex ministra una bilateral a solas. “Coincidimos en que la unidad de desafíos y programas debe prevalecer entre los dirigentes para construir, entre todos, la Argentina que nos merecemos”, comentó el médico en un posteo, luego de haberse reunido a solas con Mauricio Macri la semana anterior.

El problema Mendoza

La disputa por Mendoza lleva semanas en el debate cambiemita, y es uno de los puntos en el mapa donde la alianza opositora tiene serios problemas para llegar a un acuerdo. Fue el jujeño Morales quien levantó el punto de la imposibilidad de una interna entre Cornejo y De Marchi, durante una de las últimas reuniones de la mesa nacional de JxC. La UCR ve como un desafío innecesario que su aliado amarillo busque competirle en una provincia que gobierna desde 2015 y donde tendría importantes chances de renovar. 

Al reclamo se plegó Bullrich –que coquetea con Cornejo una fórmula mixta– y Larreta tomó nota. Pero poco cambió hasta ahora. Según quienes lo trataron personalmente en su visita por Mendoza, el jefe de gobierno no le bajó línea a De Marchi. “Él confía en la madurez de los dirigentes locales. En defensa del federalismo, va a respetar lo que acá se decida. Él no iba a venir de Buenos Aires a resolver las cuestiones de Mendoza. Cuando habla de saltar la grieta lo hace hacia afuera y hacia adentro”, dijo una encumbrada fuente consultada por elDiarioAR.

En el PRO mendocino aseguran que la alianza con el radicalismo apenas sirvió para ganar las elecciones en 2019, pero que ese dispositivo no se tradujo luego en un esquema de gobierno compartido. Se reconocen “fuera” de la gestión, junto con la Coalición Cívica y el Partido Demócrata, y apuntan a que la UCR se alió con el Frente Renovador de Sergio Massa. 

“Cambia Mendoza no es un armado como JxC. No hay asimetría”, es el argumento de De Marchi para sostener su precandidatura. Según supo este medio, está dispuesto a ir a una PASO “siempre y cuando haya mínimas coincidencias internas”. Si no, podría lanzarse por fuera. Sus contactos llegan hasta Javier Milei, que hace poco formalizó su sello libertario en la provincia. “Se ve que Cornejo está preocupado por nosotros porque falta un mes y medio para el cierre de las alianzas. Si no existiéramos, no se pondría así. Todo lo que no puede controlar lo pone nervioso”, empiojaron la discusión en el PRO. 

“Horacio no puede ordenar a De Marchi y está en problemas”, replicaron en el despacho de Cornejo ante la consulta de elDiarioAR. Aseguran que el senador “quiere ir a la interna”, que la ganaría. Y recuerdan que en el cierre de listas de 2021 el diputado amarillo –hoy uno de los vicepresidentes de la Cámara baja– tensó la cuerda siempre con la amenaza de romper, pero que finalmente terminó acordando. Para este año, el único arreglo local hasta ahora es el de mantener la alianza en siete municipios que despegaron sus elecciones de la general provincial.

El “problemón” Tucumán

Si JxC tiene una crisis en Mendoza, en Tucumán está al borde de la ruptura. Al filo de la presentación de las alianzas electorales, la coalición opositora va camino a quebrarse por la falta de acuerdo entre los dos dirigentes que quieren competirle la gobernación al binomio peronista Jaldo-Manzur: el intendente de San Miguel, Germán Alfaro, y el diputado radical Roberto Sánchez

“Está difícil”, reconoció un cambiemita de la mesa nacional involucrado en la trama de los comicios provinciales. “Está jodido, hay mucho despiole”, admitió una fuente del armado federal de Larreta. Allí las diferencias no son entre los bandos amarillos, sino entre el macrismo y el partido centenario. 

La tensión creció esta semana porque la UCR –junto con la Coalición Cívica y el exbussista Paulo Ternavasio– se adelantó e inscribió como propio el frente Juntos por el Cambio. La decisión enojó al PRO y sus aliados del Partido por la Justicia Social (PJS) –el sello del intendente capitalino–. Amenazaron con impugnarlos. Rápido de reflejos, Sánchez “invitó” a Alfaro a sumarse a su flamante sello inscripto. “Voluntad de acordar hay, pero falta diálogo”, comentaron en el radicalismo a elDiarioAR. Sobran las ironías.

Las elecciones son el 14 de mayo –en Tucumán no hay PASO–, pero el día D para la oposición será mañana. A las 20 cierra el plazo para oficializar los frentes. La rosca está a la orden del día. “Este fin de semana no se duerme”, bromeó una fuente.

Pichetto y la “ampliación del espectro”

En ese mapa de peleas locales, JxC activó una “mesa chica” nacional con dos dirigentes por partido para resolver los conflictos en los distritos. Este lunes habrá una nueva reunión, para analizar los coletazos de la rosca en la Vendimia pero con el foco puesto en lo que se resuelva en Tucumán. Se espera también para los próximos días un nuevo encuentro entre los presidentes de las principales fuerzas aliadas: Bullrich, Morales, Maximiliano Ferraro –de la Coalición Cívica– y Miguel Ángel Pichetto –de Encuentro Republicano Federal–.

Justamente el actual auditor de la Nación dio la nota la semana que pasó, anotándose como otro de los precandidatos presidenciales de la oposición, luego de acompañar a Macri en la fracasada búsqueda del “segundo tiempo” en 2019. Su figura reafirma la estrategia opositora de intentar pescar votos en un extremo ideológico que hoy podrían verse entusiasmados por Milei. 

Casi a la derecha de la ex ministra de Seguridad, Pichetto es un abonado al Inadi: el viernes fue denunciado por decir que los mapuches son “un pueblo invasor”, luego de haber criticado días atrás la sexualidad de la ministra Ayelén Mazzina: “El Ministerio de la Mujer está en manos de una lesbiana, podrían haber puesto a una mujer”, le dedicó.

Pichetto se suma al lote de Larreta, Bullrich, Morales –se lanza oficialmente el 15 de marzo en el Gran Rex– y Elisa Carrió –que, según afirman a su lado, “por ahora no hay nada que la baje de la candidatura”–. Lejos, en Europa, Macri todavía mantiene su incógnita.

En la oposición hacen estimaciones optimistas: ven encuestas que los ubican entre 38 y 40 puntos, y con la multiplicación de figuras creen llegar a los 45, número mágico que permite hacerse de la presidencia en primera vuelta –siempre y cuando lo recogido en las PASO se arrastre a las generales–. “Hay que entender su lanzamiento como la ampliación del espectro de JxC”, explicó la postulación de Pichetto un aliado que lo trata cotidianamente. Y agregó: “Tenemos que ver si la pluralidad de precandidatos aumenta el espectro de votos”.

MC

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