Las elecciones 2023

Máximo abrió la discusión sobre las PASO y el PJ acelera un plan para eliminarlas

Máximo Kirchner declaró abierta la temporada electoral. O, al menos, la temporada de reformas electorales. Lo hizo al convertir al PJ bonaerense, el partido que preside, en la primera mesa grande del Frente de Todos (FdT) que se zambulle a discutir un plan para eliminar las PASO o, al menos, a porotear sobre la conveniencia o no de que en el 2023 se mantenga el actual modelo electoral, gestado, diseñado y aprobado durante el primer gobierno de Cristina Kirchner.

Máximo jugó como árbitro y habilitó una propuesta que tuvo una doble matriz: primero la lanzó la senadora Teresa García, una figura con terminal directa en la vice, y luego se sumó el ministro de Hábitat, y jefe territorial de Avellaneda, Jorge Ferraresi. Las usinas que iniciaron la discusión pueden leerse en clave tribal: lo de García puede leerse como la postura del cristinismo y lo de Ferraresi como la posición de los intendentes, al menos los del conurbano.

En el mismo ejercicio de interpretación, que Máximo habilite la discusión y preste el micrófono para que empiece el debate, e incluso vaya más allá y proponga que el tema se incorpore en el temario de la próxima reunión del Consejo del PJ bonaerense -que se realizaría a fines de octubre-, se puede leer como un mensaje de que La Cámpora, que en el 2020 se negó a eliminar las PASO, ahora expresa otra posición.

Para completar el mapa de los sobreentendidos, lo de Ferraresi tiene otro doblez: expresa una postura en el gabinete nacional que no fue, hasta acá, la que exhibió el presidente Alberto Fernández en una cena con dirigentes de la CGT en Olivos. En Casa Rosada le bajan, sin embargo, el tono a aquella negativa. “Alberto cree que sería conveniente mantenerlas pero si se discute y hay consenso en el FdT, lo acepta”, confió a elDiarioAR una fuente oficial.

Clanes y votos

De a poco, el mapa de posiciones en el FdT empieza a definirse. Hasta ahora, no había ninguna instancia del oficialismo donde se hubiera instalado de manera formal la discusión sobre qué hacer con las PASO. Paradójicamente, fue un puñado de legisladores frentodistas los que salieron a decir que no estaban de acuerdo con eliminarlas pero detrás de esas posiciones había otra razón: que ninguna trinchera del FdT se hacía cargo del plan para sacarlas.

Eso desplegó, sin una pizca de inocencia ni de casualidad, Kirchner: un escenario donde los distintos clanes del frentodismo puedan discutir si creen conveniente o no eliminar las primarias. Los gobernadores fueron, hasta acá, los más explícitos en decirlo pero siempre de manera informal, a la vez que los intendentes del FdT bonaerenses, en cuentagotas, a la espera de una voz oficial, lo hicieron trascender.

El razonamiento básico es que a cualquier peronista que tiene que defender un territorio le conviene que no haya PASO. Hay una doble razón: sin primarias, se magnifica la interna de Juntos por el Cambio (JxC) y eso puede llevar a ese espacio a la fractura. La otra es matemática: entre las PASO y las generales, las terceras fuerzas se desinflan y eso, casi sistemáticamente, beneficia a las expresiones opositoras porque aparece el voto útil-o voto anti- que termina mejorando la performance de la oposición o, para ser más preciso, de los rivales del peronismo.

Ocurrió con Mauricio Macri en 2019 que creció hasta superar por alguna décima los 40 puntos mientras la fórmula de los Fernández quedó estancada en lo que había sacado en la PASO. Aunque a nivel nacional existe el balotaje, que puede funcionar como instancia que ordene el voto útil o el voto anti, en la mayoría de las gobernaciones y de los municipios, no existe la segunda vuelta.

Cálculos

“Los votos están”, asegura un dirigente que conoce la dinámica del Congreso nacional. Los cálculos forman parte de una lectura delicada y volátil porque mientras el FdT parece sumar apoyos ajenos a su bloque, aparecen disidencias internas como las que explicitaron diputados como Leandro Santoro y legisladores de Los Cayetanos, el grupo que nuclea al Movimiento Evita, la CCC y Barrios de Pie.

Ante la ausencia de una mesa política del FdT, en medio de la falta de comunicación entre el presidente y la vice, y con diálogo acotado entre Fernández y Sergio Massa, la tarea de contar votos y medir movimientos le tocó a Eduardo “Wado” De Pedro, ministro del Interior, que hizo esa tarea en consulta con Massa. Pero como las cuentas están sometidas a vaivenes y no existió la conversación para definir cuál es la posición del Presidente, la discusión aparece públicamente congelada.

Juan Manzur, el jefe de Gabinete, es quien expresa la postura de los gobernadores y quien debería dar el OK, en nombre de ese sector, para avanzar con la discusión legislativa.

Sin esa definición, Kirchner abrió el debate en el PJ bonaerense, decisión que apunta a que se genere una posición lo más uniforme posible del FdT para proponer, o avanzar en la discusión legislativa, con la eliminación de las PASO.

Pero el clima no es el mejor. No solo por el malestar que generó la designación, inconsulta por parte de Fernández de tres ministros, sino porque terminó de mostrarse una fractura en torno al 17 de octubre: el PJ bonaerense que preside Máximo Kirchner decidió unirse, de manera oficial, a la marcha a plaza de Mayo que convocaron gremios de buena relación con Cristina Kirchner. Ese día, la CGT oficial hará un acto en Obras Sanitarias y Fernández tiene previsto participar de un acto organizado por el PJ de Tucumán.

Luego de la reunión en La Plata, intendentes del conurbano participaron de un encuentro que se realizó en SMATA para definir la organización de la marcha del 17.

PI