El sociólogo Juan Carlos Torre, autor del libro “Diario de una temporada en el quinto piso”, aseguró hoy al participar en la primera jornada del Coloquio de IDEA en la ciudad de Mar del Plata que “Argentina ha pasado a ser en el mundo un ejemplo de malversación de talentos y recursos” y pidió “dar un corte a eso y sacar al país del naufragio”.
Torre, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, destacó que “una peculiaridad argentina es la capacidad de renacer”, su “resiliencia”, y subrayó en ese sentido su “materia humana, preparada para moverse en la adversidad”.
El sociólogo integró el primer panel junto a Sebastián Ceria, presidente de la fundación de investigación política Fundar y CEO de Qontigo, con la conducción de Daniel Herrero, presidente del 58° Coloquio, director de IDEA y presidente de Toyota Plan Argentina S.A.
“Suenan las campanadas del tiempo, frente a un paisaje donde el país está inquieto y la polarización política está a la orden del día. Nos está incitando a tomar la iniciativa. Argentina ha pasado de ser en el mundo un ejemplo de la malversación de talentos y recursos, está asociada todo el tiempo a un fracaso, es una especie de mancha venenosa”, aseguró.
En ese sentido, dijo que “hay que dar un corte a esto, hay que sacar al país del naufragio”, pero advirtió que “muchas veces uno escucha mensajes” orientas por “lo que Fernando Henrique Cardoso llamaba utopías regresivas, recrear experiencias que seguramente fueron importantes en el pasado, en circunstancias completamente distintas”.
“La Argentina tiene experiencias felices en clave nacional-popular, en clave desarrollista, en clave más liberal, y muchas veces son las fuentes de inspiración. Pero atención, más de una vez los políticos nos convocan hacia adelante con la cabeza mirando hacia atrás. Para evitar esa tentación, nada mejor que mirar ejemplos exitosos que han sabido en circunstancias difíciles crear experiencias exitosas”, indicó.
Torre expresó su optimismo al subrayar “la capacidad de renacer” de Argentina, “que camina, se cae y se levanta”.
“Esa capacidad de levantarse, la resiliencia argentina, es importante a la hora de hablar de optimismo. Nuestro optimismo descansa sobre una convicción: tenemos una materia humana preparada para moverse en la adversidad”, dijo.
Se refirió además a la “dificultad de entrever un sendero y un punto de llegada”, lo que aseguró que convierte a los argentinos “muchas veces” en “miopes”.
“Salir de esa miopía racional, para alargar el horizonte temporal de nuestras iniciativas es la tarea”, aseguró, y agregó: “Tenemos en Argentina, a expensas de un clima macroeconómico muchas veces adverso, empresas, personas, iniciativas que han logrado blindarse y crear a partir de su esfuerzo experiencias exitosas”.
Respecto del lema de este encuentro empresarial, “Ceder para crecer”, estimó conveniente “en el plano de las empresa, ceder autoridad para involucrar a quienes trabajan y que la sienten como propia”, y en “el de los ingresos, quizás significa que aquellos que tienen más, extiendan un gesto solidario a aquellos que han quedado en la banquina”.
“En la relación de Argentina con el mundo, significa recortar los márgenes de proteccionismo para reconvertir nuestras empresas y volverlas competitivas en el mundo”, agregó.
Destacó que en esa línea que “ceder para crecer es una operación intelectual que descansa en que hacemos algo hoy para tener un fruto mañana”.
“Hacemos algo hoy para obtener un fruto mañana. ¿Pero cuál es el puente? La confianza política, que se genera en torno a un rumbo capaz de activar los recursos que tiene el país y es capaz de devolver al país esa capacidad de incorporación social que fue su marca distintiva como nación en América Latina”, expresó.
Ceria, por su parte, abogó por “la colaboración entre el sector privado y el Estado”, y dijo que hay que “tratar de ver al Estado como quien nos puede ayudar a apalancar nuestras iniciativas”.
DA